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Flaco favor hizo el cuervo al minero

Los Ravens conquistan la Superbowl en la despedida del legendario Ray Lewis

Flaco favor hizo el cuervo al mineroEFE

bilbao. Joe Flacco, el quarterback -mariscal de campo, que dirían en español de México- de los Ravens de Baltimore, fue elegido el jugador más valioso de la Superbowl XLVII, que se disputó en el Superdome Mercedes-Benz de Nueva Orleáns.

Joe Flacco igualó el récord de Joe Montana y Kurt Warner, al conseguir once touchdowns entre todos los partidos de las eliminatorias. Además, consiguió otro récord, al alcanzar tres touchdowns en la primera parte del partido.

Era la primera vez que se enfrentaban dos entrenadores que son hermanos en cualquiera de las finales de los deportes profesionales estadounidenses. John Harbaugh es el entrenador de los Baltimore Ravens, y su hermano Jim, quince meses más joven, es el de los San Francisco 49ers. Sus padres y su hermana acudieron al partido con el corazón partido.

Los dos hermanos comparten la intensidad y el arrojo necesarios para dejar huella allí por donde pasan. De hecho, John, el de los Ravens, a mitad de temporada cambió a su coordinador de ataque, Cam Cameron, por Jim Caldwell. Este último había realizado una labor lamentable en la temporada anterior como entrenador principal de los Indianápolis Colts. Así y todo, John Harbaugh se la jugó y el tiempo le ha dado la razón.

Jim, por su parte, tuvo que reaccionar ante una conmoción cerebral sufrida por su quarterback titular, Alex Smith, y el suplente, Colin Kaepernick, respondió de una manera sorprendente. Cuando Alex Smith se restableció, Jim siguió apostando por el suplente frente a las críticas casi unánimes de toda la prensa deportiva de San Francisco. Tuvo arrojo y ha demostrado que su elección es un quarterback de muchísimo futuro.

Ray Lewis comenzó a jugar profesionalmente en 1996 y se retiraba ayer. Era el último partido de su carrera profesional. Muchas de las voces que se oían durante los días previos al partido apuntaban que sería "muy bonito" que se retirara ganando su segundo anillo. Efectivamente, el linebacker de Baltimore Ravens consiguió su objetivo. Además, ha jugado dos Superbowls en su vida profesional y ha ganado las dos: la anterior fue en 2000, frente a los Giants de Nueva York.

Lewis sufrió una lesión importante durante la temporada y hubo momentos en los que se dudó de si podría jugar; de hecho, jugó con un aparatoso protector en su brazo derecho. El amor propio de este jugador, considerado como el tercer mejor linebacker de todos los tiempos, hizo que pudiera jugar las eliminatorias y también la final.

El superdome Mercedes-Benz Nueva Orleáns albergó por décima vez una Superbowl, siete en este mismo estadio. Su aspecto era asombroso. Su aforo rebosaba de camisetas azules, la de los cuervos, y rojas , la de los mineros. Y allí se celebró la previa al partido con una canción elegíaca a los Estados Unidos, cantada por 26 niños y niñas del colegio Sandy Hook de Connecticut -donde recientemente se produjo la matanza-, junto con Jennifer Hudson. A continuación, Alicia Keys, al piano, interpretó el himno nacional estadounidense. Siempre me quedará una duda: cada vez que veo un evento de este tipo en Estados Unidos, me da la impresión de que el intérprete tiene la obligación de chillar. En el caso de Alicia Keys, podemos afirmar que su actuación fue francamente mejorable.

Hablando de actuaciones, la de Beyoncé fue perfectamente prescindible. Ya sé que soy más de rock; aun así, no creo que un partido de estas características merezca una actuación como esta. Es como si aliñáramos la ensaladilla rusa con besamel. Por cierto, su marido, el rapero Jay-Z, asistió al partido. Su estética no infundiría tranquilidad a ciertas horas de la noche, y del día, según los lugares.

Y, ¿qué decir de la técnica? Faltaban 13 minutos y 22 segundos para acabar el tercer cuarto, cuando se apagó la luz. La broma duró 36 minutos: menos mal que esto les ha ocurrido a los estadounidenses. ¿Se imaginan los chistes que se hubieran hecho a costa de la organización si esto hubiera ocurrido al otro lado de la frontera?

En ese mismo instante, Baltimore Ravens iba ganado el partido por 28-6. El partido parecía acabado. Sin embargo, no sé si debido al apagón, a las fuerzas telúricas o a la termodinámica, San Francisco 49ers se puso 28-23 a falta de 3 minutos y 10 segundos para acabar el tercer cuarto. Los cuervos graznaban con nerviosismo, pues tenían en mente la remontada de los mineros en el estadio de Atlanta frente a los Falcons quince días antes. Sin embargo, un retorno de 108 yardas de Jacoby Jones devolvió momentáneamente la tranquilidad al nido de las aves. Cierto es que la defensa de los mineros, la mejor de la liga durante la temporada regular, ha bajado sus prestaciones durante las eliminatorias, y esto se vio reflejado en el partido de ayer: sin quitar mérito a los Baltimore Ravens, los mineros fallaron excesivamente en los placajes y consintieron excesivas conversiones de terceros downs. Y esto fue letal.

Así y todo, los mineros respondieron a ese retorno para touchdown con su quarterback, Colin Kaepernick, que anotó un touchdown de carrera de 15 yardas, lo cual también establece un récord en este apartado en la Superbowl.

Cuando faltaban 4 minutos y 19 segundos para acabar el partido, los mineros estaban por detrás a 5 puntos. A falta de 1:46, tuvieron que devolver el balón a los cuervos, pero ya no tenían tiempos muertos. Hicieron devolver el balón a los Ravens cuando faltaban 12 segundos para el final. Y aquí nos encontramos con la genialidad del entrenador de los Ravens, que se hace anotar un safety, lo cual le da 2 puntos a los 49ers, pero les deja solo 4 segundos de reloj. La final estaba decidida. Los mineros habían jugado 5 Superbowls y las habían ganado todas. Esta vez no pudo ser. Además, se puede pensar que entre todos han escrito el guion de una futura película de Holliwood.