Bilbao. El reinado de Iñaki Goikoetxea está en peligro. El gran dominador de la cesta punta vio como Imanol López le plantaba cara y ponía en duda su hegemonía. El, ahora, diez veces campeón, ocho txapelas oficiales y una semioficial, vio como su rival le jugaba de tú a tú y aguantaba su exigente ritmo físico. Al final, Goiko ganó su décima txapela pero el marcador de 30-28 le demostró que tiene que empezar a tener muy en cuenta a su contrincante de ayer.

El numeroso público que asistió al Frontón Jostaldi de Hondarribia se quedó boquiabierto con el gran juego de López. También pareció sorprenderse Goikoetxea que vio como Imanol comenzaba dominando en el marcador y provocaba fallos poco habituales en Goiko.

López mandaba en el marcador (7-10) pero poco a poco Goikoetxea se empezó a sentir más cómodo y acortó distancias hasta conseguir igualar el partido a 18 tantos. Sin embargo, la remontada no afectó a Imanol y mantuvo su excelente nivel, el partido no estaba decidido aún.

La tensión reinaba en el Jostaldi. López y Goikoetxea continuaban con su gran nivel de juego y ninguno de los dos parecía flaquear. Goiko esperaba, como es habitual en sus partidos, que su gran poderío físico se impusiese y López comenzará a venirse abajo. Sin embargo, nada de esto ocurrió y los dos puntistas siguieron con el intercambio de golpes. Cualquiera de los dos podía llevarse el encuentro.

Entonces Goikoetxea tiró de casta y consiguió ponerse con un favorable 29-27. El público pensaba que la txapela era para Goiko pero López no opinaba lo mismo y restó el saque con un excelente dos paredes que hizo levantarse a los aficionados de sus asientos.

En el último tanto, tras un breve peloteo, López intentó repetir el mismo golpe con la intención de igualar el encuentro a 29 pero esta vez el dos paredes se quedó corto y la pelota no consiguió superar la chapa.

Goikoetxea se llevaba una txapela que bien podría haber sido para López. Los dos puntistas de Zumaia demostraron un nivel espectacular y jugaron un partido lleno de alternativas y emoción que hizo disfrutar a los espectadores que se acercaron al frontón de Hondarribia.

Al final ganó el de siempre pero el partido no transcurrió como es habitual. Esta vez Goikoetxea tuvo que sufrir para llevarse su décima txapela y vio como López le avisaba que cualquier día de estos puede terminar con su tiranía en el mundo de la cesta punta.

El cartel de la final presentaba a los dos mejores puntistas del mundo y tanto Goikoetxea como López demostraron que ese reconocimiento es más que merecido. Además, Goikoetxea vio como su superioridad física ya no será tan evidente en sus próximos enfrentamientos. López se confirmó como una seria amenaza.