Los árbitros como eterna excusa

bilbao. El término Villarato fue acuñado hace dos años por el director del diario deportivo madrileño AS para enfatizar sobre las ayudas arbitrales que recibía el Barça, fomentadas desde la Federación Española de Fútbol y por su presidente, Ángel María Villar.

El Villarato, ampliamente propalado por los potentes medios de comunicación madrileños y afines al Real Madrid, cuajó como término, sobre todo porque José Mourinho tuvo la astucia de convertirse en un perseguido, en un mártir de la causa, para desviar así otras carencias.

El recurso a los errores arbitrales, que siempre ha acompañado al fragor futbolístico, ha vuelto a reaparecer con fuerza la pasada jornada.

Tras el partido ante el Atlético de Madrid (1-2), el entrenador del Barça Josep Guardiola, que tantas veces ha hecho gala de su respeto hacia la casta arbitral, se refirió a ellos con fina ironía al afirmar: "No creo que ganemos la Liga. No creo que lleguemos a atraparlos (al Real Madrid, que lleva al Barça diez puntos de distancia), pero competiremos para seguir siendo lo que hemos sido", advirtió, y de seguido tiró otra frase que sirvió para unir ambos conceptos (liga perdida y árbitros) al comparar a Messi con Pepe, ya que ambos vieron el pasado domingo la quinta tarjeta amarilla y se perderán la próxima temporada. Messi fue sancionado con la cartulina por darle al balón con la mano. Pepe por violento, como suele ser norma en el central luso-brasileño del Real Madrid.

Si Guardiola armó su discurso derrotista con prudencia, no fue el caso de Carles Vilarrubi, vicepresidente del Área Institucional del Barcelona, a través de la emisora catalana RAC1. Al hilo de las declaraciones del técnico azulgrana, el dirigente fue mucho más conciso. "Lo que viene a decir (Guardiola) es que nuestros futbolistas tienen que jugar la excelencia, porque no se dan en la Liga las condiciones objetivas ni normales para que gane el mejor", en referencia a que los errores arbitrales tienen mucho que ver en la desventaja de puntos del Barça con respecto al Real Madrid.

En el otro bando tampoco se quedaron mudos. Mourinho no tuvo nada que alegar contra Fernández Borbalán, el árbitro del Rayo-Real Madrid, faltaría más, aunque en su defecto arremetió contra el cuarto colegiado, "el más arrogante" que se ha encontrado en su carrera, que propició la expulsión de su ayudante, Rui Faría, lo que sucede por tercera vez en lo que va de temporada.

Cuando Mourinho no es más conciso, Eladio Paramés, su portavoz oficioso, salta a la palestra a Twitter. Ayer comentó una jugada del Atlético de Madrid-Barça, en la que Sergio Busquets toca el balón con la mano en el área azulgrana, de esta guisa: "La genética es algo fantástico: vimos a Busquets hacer lo que hacía su padre (Carles, exportero del Barça en la época de Cruyff): salir a cortar un cruce... pero sin guantes".

Pero ha sido Piti, jugador catalán del Rayo, quien no se muerde la lengua y, en declaraciones a Onda Cero, afirmó que los árbitros tienen miedo a los jugadores del Real Madrid. "El árbitro ayudó en ciertos momentos al Madrid y nos perjudicó muchísimo. Ellos se hincharon a pegar patadas, a hacer lo que quisieron en el campo y el árbitro ni se inmutó. No puedes decirle nada (al colegiado). Mientras que ellos pueden hablar tranquilamente con él, a nosotros nos aparta y si no nos marchamos, nos saca tarjeta". "Es de risa que Pepe y Messi cumplan sanción a la vez", resumió el jugador.