El mal del viajero
El Bizkaia Bilbao Basket, con importantes problemas defensivos y carencias en la dirección de juego, cae derrotado en la cancha del Cantú y sigue sin conocer la victoria lejos del Bilbao Arena
BILBAO. Desde aquel pomposo debut contra el Olympiacos, el Bizkaia Bilbao Basket camina por la Euroliga atenazado por el mal del viajero, por una serie de achaques y síntomas cada vez más plausibles que le impiden funcionar a pleno rendimiento, que merman su físico y ofuscan su mente hasta el punto de convertirlo en un equipo vulgar. Así aconteció la semana pasada en Nancy y el guión se repitió ayer en Cantú. Dos rivales sobre el papel inferiores, sin el talento individual, fondo de armario y experiencia de los hombres de negro pero que, sin embargo, jugando con el cuchillo entre los dientes, un plan de juego claro y explotando sus puntos fuertes han endosado a los de Fotis Katsikaris dos derrotas que les obligan a enderezar el rumbo más pronto que tarde si quieren alargar su singladura por la máxima competición continental. La Euroliga no da segundas oportunidades y el Top 16 no espera a nadie. Para caminar con garantías por este tipo de viales se precisa un traje de etiqueta o, como poco, impoluto, pero al del Bizkaia BB se le empiezan a apreciar algunas costuras y un par de manchones. Problemas defensivos en el uno contra uno y ante los jugadores grandes, ataques demasiado farragosos y embarullados, problemas en la dirección de juego que obligan a Katsikaris a utilizar a tres jugadores en el puesto de base... Demasiadas dudas ante equipos guerrilleros que saben que su supervivencia en estas lides pasa por amarrar como sea los partidos de casa, por lo que plantean estos duelos a cara de perro, sin concesiones, luchando cada balón hasta el último aliento.
El Bizkaia BB, por lo menos en Euroliga y fuera de casa, no está, de momento, para este tipo de batallas cuerpo a cuerpo. Ayer volvió a quedar en evidencia en el Pala Desio. Desde el 20-21, los hombres de negro siempre fueron a remolque en el luminoso y, faltos de regularidad, casi nunca dieron la sensación de poder salir victoriosos de suelo italiano. Demasiadas vías de agua como para llegar a flote a puerto. El Cantú, esforzado y conocedor de sus virtudes y sus defectos, planteó el partido a la perfección y siempre supo sacar partido de las carencias del rival. Despegó aprovechando el armazón de Giorgi Shermadini en las cercanías del aro -sus compañeros le doblaron balones tras fáciles penetraciones que rompieron la primera línea defensiva del rival o conectaron con él aprovechando la tendencia del Bizkaia BB de cambiar asignaciones tras los bloqueos directos por lo que el georgiano casi siempre quedaba emparejado con un exterior- y mantuvo su velocidad de crucero gracias al acierto desde la línea de tres puntos de Maarten Leunen, uno de esos cuatro abiertos que tanto daño hacen, el incombustible Gianluca Basile y Manuchar Markoishvili, que encontraron buenas posiciones de tiro sacando provecho de notables circulaciones de balón.
Ese aspecto del juego naufragó en las filas rivales. Aaron Jackson, al igual que ocurrió en Nancy, estuvo desconocido, atenazado por los dos contra uno planteados por el rival y sin la chispa ni el descaro de otras veces; Raúl López tampoco cambió la dinámica saliendo del banquillo y Katsikaris se vio obligado a utilizar a Fisher como director de juego, pero el de Washington tampoco solucionó demasiadas cosas. Así, sin timón y con rumbo dubitativo, al Bizkaia BB le faltó un patrón de juego y sus arremetidas se limitaron a las canastas de pillo del siempre fiable Marko Banic (19 puntos), a las ventajas que sacó Álex Mumbrú (20) en el poste bajo y a los tiros desde cinco metros de un D'or Fischer (10) que ayer tampoco fue un factor diferencial en las cercanías del aro. Estos tres jugadores cumplieron con su trabajo, pero el resto del equipo -únicamente anotaron siete jugadores- solo aportó 20 puntos, demasiado poco ante un rival que tuvo a cuatro jugadores en dobles figuras anotadoras y a otro, Micov, con nueve puntos.
Claridad contra atasco Sabedor de lo que había en juego, el Bizkaia BB arrancó el partido de manera notable de la mano de Grimau y Mumbrú, pero el Cantú no tardó en activar los centímetros de Shermadini para pasar a dominar el luminoso. El atasco ofensivo de los visitantes salió rápidamente a relucir y solo el hecho de que Álex asumiera los galones de líder permitió que la desventaja al término del primer acto no fuera mayor del 18-15. Con Banic uniendo su talento al del alero catalán, el Bizkaia BB llegó incluso a darle la vuelta al partido, pero Andrea Trinchieri volvió a activar su mejor quinteto y el Cantú, con una excelente circulación de balón que concedió buenas posiciones de triple a Leunen y Mazzarino y sencillas penetraciones a Micov, construyó un parcial de 10-0 que hizo que su ventaja superara al descanso la sicológica barrera de los diez puntos (42-31).
En la reanudación, el Bizkaia BB subió varios grados su intensidad defensiva, utilizó incluso una zona que le permitió acercarse a solo cinco puntos (44-39), pero los anfitriones hicieron saltar por los aires todo este buen trabajo con dos triples de Basile y otros tantos de Leunen (58-45) que convertían en muy complicada la situación de los hombres de negro, que, sin embargo, volvieron a entrar en el partido con un 64-59 a 6:25 del final. Sin embargo, el Bizkaia BB falló varios ataques para hacer menguar esa desventaja y el Cantú, amparado en la buena muñeca de Markoishvili y Leunen aprovechó la circunstancia para sentenciar y dejar a los de Katsikaris a vueltas con el mal del viajero.