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Bilbao se presenta ante la Euroliga

Los 'hombres de negro', con un Banic magistral en el tercer acto, baten con autoridad al Olympiacos en su estreno en la máxima categoría continental

Bilbao se presenta ante la Euroligafoto: AFP

Bilbao. Quedaba 1:15 para el final y Marko Banic anotó un tiro de cinco metros marca de la casa, calcado al que cinco días atrás dio la victoria al Bizkaia Bilbao Basket ante el Joventut, y el infierno de Miribilla ya no pudo sujetar la euforia. Se desparramo por toda la grada, por toda la cancha. Los aficionados dieron rienda inmediatamente al jolgorio, irrefrenable ya hasta el bocinazo final a base de ondear banderas y bufandas, dar botes sin cesar y corear nombres que ya son historia viva del baloncesto vizcaino. Los jugadores, evidentemente por respeto, tardaron algo más. Tampoco mucho, todo sea dicho. En el momento en el que murió la contienda, Banic y Aaron Jackson se buscaron con la mirada, corrieron hasta abrazarse y rompieron en un emocionado grito: "¡Bilbotion!".

Bilbotion. No hay expresión que mejor explique lo vivido ayer en el Bilbao Arena que esa palabra nacida de la ocurrente mente de un grupo de aficionados, jugando con el I feel devotion que se ha convertido en la marca registrada de la máxima competición continental. Había en la capital vizcaina ganas de Euroliga, devoción por sentirse parte de la élite del baloncesto y la presentación no pudo ser mejor: victoria contundente ante un Olympiacos que, pese a no ser el de antaño, mantiene nombre, técnico y recursos de sobra como para que la victoria de los hombres de negro mantenga el rango de golpe encima de la mesa, de aviso a navegantes de que ha aterrizado en esta competición un grupo humano que no se va a contentar con haber llegado, sino que va a competir por mantenerse vivo el mayor tiempo que pueda. Está en su ADN, es su rasgo diferenciador.

Los de Katsikaris sacaron adelante un partido duro y romo al estilo griego, una confrontación en la que durante muchas fases cada canasta era prácticamente una gesta. Un choque jugado a la piedra, utilizando un símil con el mus. Sólo en el tercer acto, una vez asumido el control del ritmo y minimizado las pérdidas, pudieron desatarse los locales, quienes de la mano del otra vez superlativo Marko Banic soltaron amarras con un parcial de 13-0 y pusieron rumbo a la victoria sin mirar nunca atrás, dejando al Olympiacos atrapado en una maraña defensiva que volvió a contar con D'or Fischer como capitán y con Grimau y Josh Fisher como destacados grumetes.

Desde el salto inicial quedó claro que Ivkovic no quería un partido abierto, un correcalles que asfixiara a sus tropas, muy lejos de su mejor nivel competitivo, por lo que planteó un choque trabado, de músculo, acumulando kilos y centímetros en la pintura con dos torres del tallaje de Papadopoulos y Antic y presionando al rival. El Bizkaia BB no se amilanó lo más mínimo e hizo acto de presencia con la intensidad elevada a la máxima potencia, lo que unido a la hiperactividad de Jackson y a los triples de Mumbrú y Grimau dio el control de la situación a los anfitriones mientras los griegos mantenían el tipo abrazados al acierto en el tiro del joven Gecevicius y a un par de evitables pérdidas de balón del rival.

El 20-11 con el que Hampl abrió el segundo acto dio aire al Bizkaia BB, aunque Olympiacos no tardó en recuperar el resuello con la entrada en pista de Spanoulis (¡qué clase la suya!) y la decisión de Ivkovic de colocar de pívot a Hines pese a que el estadounidense no llega a los dos metros. Sin embargo, el cuadro de El Pireo, sin continuidad en su juego, no encontró en ningún momento su ritmo en cancha y al descanso se llegó con una favorable 37-31. No era una renta para lanzar las campanas al vuelo, pero sí considerable teniendo en cuenta que sumar puntos estaba muy caro en cancha.

Marko toma el control Tras la reanudación fue Olympiacos el que salió más entonado, pero el Bizkaia BB se aferró a la notable muñeca de Fischer desde cinco metros para no perder el mando en el luminoso en los momentos de mayor agobio (41-39) para, a continuación, soltarse la melena. Un triple de Blums desató a los anfitriones que, con un Banic estratosférico y autor de ocho puntos seguidos, firmaron un parcial de 13-0 para colocarse con un 54-39 favorable a sus intereses. Ardió el infierno del Bilbao Arena, pero no es Olympiacos un rival que se amilane con facilidad, sino todo lo contrario. Así, los de Ivkovic resurgieron de sus cenizas con seis puntos seguidos de Hines, por lo que Katsikaris reactivó a Marko que, desatado, subió otros cuatro puntos al marcador merced a una falta y una técnica.

El 63-49 que colocó Vasileiadis en el arranque del acto final encontró respuesta en Gecevicius, pero el Bizkaia BB, sólido en ataque e intenso atrás (excelente trabajo de Josh Fisher sobre Spanoulis) se las ingenió para mantener una distancia tranquilizadora. De hecho, los de Ivkovic nunca se acercaron a menos de diez puntos y la afición local pudo saborear una gran victoria libre de agonías.