Akelarre en Gernika

Duración 44 minutos.

Saques 9 de Berasaluze VIII.

Tantos en juego 9 de Berasaluze VIII y 2 de Olazabal.

Errores 1 de Berasaluze VIII y 2 de Olazabal.

Marcador 1-0, 1-1, 2-2, 13-3, 14-3 y 22-3.

Incidencias Media entrada en el Santanape de Gernika. Las apuestas salieron 100 a 70 para el delantero de Berriz.

gernika. Respiró al saltar a la cancha. Pablo Berasaluze, con el aire contenido, insufló oxígeno a sus pulmones y amaneció en el Santanape para destrozar a su contrincante. Mikel Olazabal, cuando se iniciaba el duelo, cuero en mano, se santiguaba. Una oración antes del akelarre que el berriztarra tenía preparado en la cancha. Una tarde de brujas en la que el saque del vizcaino fue su mayor aliado para deshacerse de un adversario bisoño, sin mordiente, que se abandonó en cuanto Berasaluze VIII metió la quinta. Se dejó llevar hacia un abismo sin final, sin letanía alguna. Bien tuvo la culpa el delantero rival, que, a lomos de su remate, personificó su mejor versión y eliminó sin remisión al de Areso, caído en la arena de Gernika.

Antes de la sangría, Olazabal sufría estirándose los músculos. Corría. Controlaba sus nervios. La incertidumbre, mientras, se instalaba en el túnel de acceso a la cancha. Fue saltar y desatarse las emociones. Bailaba Pablo, con el cuero en sus manos, sacaba y sacaba, restaba y restaba. Receta que el de Areso no digirió en cuanto empezó el encuentro. A las primeras de cambio, un golpeo al ancho trastocó el centro de gravedad de Olazabal, que cayó en el Santanape para llegar a una pelota imposible. Llegó y la devolvió. Después, Pablo sólo tuvo que cortar a pared. El berriztarra trató, entonces, de ajustar al máximo un saque. Falta y alas para el de Areso, quien voleó en la siguiente ocasión a pared para colocarse delante en el marcador. No hubo más Olazabal en todo el duelo.

Pablo, entonces, sacó adelante todo su endiablado juego. Lanzó a pared, Mikel falló. Después un saque. Después un saque-remate. Y adiós partido. El berriztarra, demostrando sus grandes dotes en el remate y en la jaula, prendió fuego al de Areso con un solo error en su cuenta.

La fiesta del vizcaino continuó descerrajando al navarro con saques certeros (nueve) y golpes de genio (otros tantos). Olazabal, entonces, sin posibilidad de resucitar dio un último coletazo. Un golpeo al txoko. Fin de la historia. Berasaluze, con mordiente e intención, pasó a un ataque sin contemplaciones. Mikel solamente aguantó hasta el 16-3, donde dejó el físico que le quedaba en una defensa numantina sin resultados.

De esta manera, Berasaluze VIII ya tiene un billete para los octavos de final del Cuatro y Medio, donde se enfrentará a Iker Arretxe en una lucha sin cuartel. Si el berriztarra continúa con el arrollador paso que demostró ayer, el duelo promete ser otro akelarre.