Las consecuencias económicas y sociales de la crisis sanitaria han provocado que tres de cada diez hogares atendidos por Cáritas Bizkaia no perciban ningún ingreso tras haber perdido sus empleos. En algunos casos, tratándose de personas que contaban con trabajos informales por los que no cotizaban, actualmente ni siquiera cuentan con prestaciones de desempleo. Además, la brecha digital no solo afecta a los menores que no pueden hacer el seguimiento escolar, sino que ha agravado la situación de estos hogares al impedir el acceso a los trámites on line para solicitar ayudas. Esta es una de las conclusiones expuestas ayer durante el balance del año pasado que realizó la organización asistencial, que acompañó a 13.357 personas, el 55% mujeres.

"Aún es difícil cuantificar en profundidad y en duración el impacto que esta crisis ha tenido y tendrá", aseveró Carlos Bargos, director de Cáritas Bizkaia. No obstante, expuso que la situación no les sorprende: "2019 parece que es la prehistoria, pero es la antesala de lo que está ocurriendo actualmente", indicó. Por ello, recordó que la pandemia "viene a ensanchar las brechas sociales existentes antes de esta emergencia". A su lado, Ana Sofi Telletxea, responsable de Análisis y Desarrollo de Cáritas, recordó que a finales de año tenían detectadas "360.000 personas en Euskadi que estaban en situación de estancamiento o vulnerabilidad social", es decir, "no se podía decir que estuvieran excluidas, pero estaban con empleos precarios, dificultades para llegar a fin de mes, pocas coberturas..." Es ahora cuando se ha hecho evidente el peligro de que pasen a formar parte del colectivo de 334.000 personas que ya en 2019 estaban en riesgo de exclusión.

En relación al impacto negativo de los hogares, Bargos destacó que la reducción de ingresos se ha producido entre aquellos que tenían un empleo formal, que han caído a la mitad, pero también entre los que trabajaban en la economía sumergida. "Al tratarse de empleos informales, estas personas carecen de protección o amortiguación social", destacó. Telletxea añadió que se trata de personas que "no tienen subsidios ni ahorros". Otra de las consecuencias preocupantes es la posibilidad de perder la vivienda al no poder hacer frente al pago del alquiler ni a los gastos. "Nos sitúa más cerca de una emergencia habitacional", expuso Bargos.

También hicieron hincapié en la brecha digital. El seguimiento escolar y los trámites con las instituciones han requerido la interacción digital de Cáritas Bizkaia cuando los hogares acompañados no tenían conexión a Internet o carecían de conocimientos digitales. En concreto, Carlos Bargos aseguró que en tres de cada diez hogares afirman haber perdido oportunidades de empleo y formación. Y una cuarta parte no ha podido acceder a determinadas ayudas de la administración por el mismo motivo.

En cuanto al perfil de las personas acompañadas durante 2019, en el que Cáritas invirtió más de 11 millones y medio de euros en el desarrollo de 283 proyectos de lucha contra la pobreza, destaca que la realidad de familias con menores encabezadas por mujeres está muy presente. De hecho, 6.264 personas acompañadas pertenecían a familias con menores, entre las cuales, el 44% eran familias monoparentales encabezadas por mujeres. Asimismo, concretaron que ofrecieron apoyo socioeducativo a 630 niños y niñas y 1.362 jóvenes fueron atendidos. Por otra parte, se atendió a 1.832 personas sin hogar (un 14%, mujeres) y se acompañó a 352 persona mayores (un 79%, mujeres). Respecto al origen, detallaron que un 40% de las personas atendidas fueron autóctonas, mientras que la mitad de las personas migrantes acompañadas estaban en situación administrativa regularizada.

Teniendo en cuenta que la situación durante este año se intensificará y se extenderán las desigualdades, desde Cáritas Bizkaia hicieron un llamamiento a las administraciones públicas para que refuercen las ayudas en los presupuestos con el fin de que se garanticen los derechos sociales del conjunto de la ciudadanía. A su vez, subrayaron la importancia de apostar por el empleo "decente", de que se avance en las políticas que garanticen unos ingresos mínimos y que se aborde el problema de la vivienda "entendiéndola como un derecho para la vida digna".

Atenciones. Cáritas Euskadi atendió en 2019 a 27.806 personas -5.988 en Araba, 8.461 en Gipuzkoa y 13.357 en Bizkaia-, entre las que el 55% fueron mujeres.

Voluntarios. En total, 3.773 voluntarios colaboraron. El 74% fueron mujeres.

Ayudas. La organización concedió 3.727.724 euros: 508.030 en Araba, 1.722.885 en Bizkaia y 1.496.808 en Gipuzkoa.

"Aún es difícil cuantificar en profundidad el impacto que esta crisis ha tenido y tendrá"

Director de Cáritas Bizkaia

"En 2019, había 360.000 personas en Euskadi que estaban en situación de estancamiento social"

Análisis y Desarrollo de Cáritas