Javier Quislant: “Con 14 años ya decidí que quería dedicarme a la composición y dirección”
La Orquesta Sinfónica de Bilbao interpreta el jueves y viernes ‘Unda Maris’ del bilbaino Javier Quislant
Javier Quislant (Bilbao, 1984) inició su trayectoria musical en el hogar familiar antes de proseguir sus estudios en el Conservatorio de Música de Bilbao, para estudiar a continuación en Barcelona con Agustín Charles y Luis Naón, y en Graz, donde se formó en composición. En 2023, fue galardonado con el prestigioso XL Premio Reina Sofía de Composición Musical, como resultado del mismo,la Orquesta de RTVE y Christop König estrenaron su obra Unda Maris, interpretada por la Joven Orquesta Nacional de España.
Este jueves y este viernes esa sensación de inmensidad de lo estático en permanente movimiento que se percibe en su composición se podrá escuchar interpretada por la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS). Estos conciertos de temporada están dirigidos por Swann Van Rechem y cuentan con la presencia del violinista Sergei Dogadin, uno de los triunfadores de la pasada temporada.
“No es la primera vez que trabajo con la orquesta, es la tercera, si no lo recuerdo mal, pero la BOS también evoluciona y me hace mucha ilusión poder trabajar otra vez con sus músicos, que son maravillosos”, explica el música bilbaino.
Formación de una ola
Dividida en cinco partes, Unda Maris debe su título a unos versos de La Eneida, de Virgilio, donde describe el proceso de formación de una ola. La relación con la naturaleza fue lo que inspiró Unda maris, que significa “ola del mar”, la cual quiere representar mediante sonidos musicales la complejidad y la vida que tiene el mar y la fuente de inspiración, ideas y conocimiento que este puede llegar a ser. Escuchar esta obra es dejarse llevar por esta gran ola sensorial que nos sumerge en lo más profundo de nuestras emociones desde el primer instante.
“La pieza es el resultado de un proceso creativo que lleva años y que cristaliza en un momento dado en la creación de la composición. Es una temática en la que venía trabajando desde hace años. Y, en concreto, cuando compongo música, espero tratar cosas que percibo, pero que son de tan inmensidad que no pueden ser explicadas mediante las palabras, que necesitan una experiencia que sobrepase la verbalización, la experiencia controlada”, según el compositor bilbaino.
En este sentido, a Quislant le gusta pensar en el sonido como materia de reflexión “como medio a través del cual entender el mundo. La obra parte del proceso de creación de una ola, se toma como metáfora artística para componer un timbre y un sonido. Al final, los compositores lo que hacemos es eso, componer sonidos, construirlos, para tratar de abarcar cualquier auditorio, cualquier sala de concierto, para que lleguen hasta el señor o la señora que están sentados en la última fila. Es tratar de expresar una inmensidad”, describe Quislant.
Familia de múiscos
Javier Quislant nació en la capital vizcaina en una familia de músicos, donde la música estaba bastante presente. “Mi madre daba clases particulares de piano en casa, ella tenía muchísimos alumnos a los que preparaba en Bilbao para el conservatorio. Mi padre había ganado algún concurso al principio de su carrera como pianista pero al final terminó dedicándose a la química y desarrolló su carrera profesional al margen de la música. Me acuerdo mucho cuando en el conservatorio nos daban entradas para asistir los jueves a los conciertos de la BOS, que entonces dirigía Juanjo Mena. Yo disfrutaba muchísimo”.
Recuerda el compositor bilbaino que cuando tenía aproximadamente 14 años ya decidió que iba a dirigir su carrera a la composición y a la dirección. “Precisamente, en esos conciertos de la BOS, supe que quería dedicarme a esto. Por un lado, en la creación se parte de cero y se crea desde la página en blanco, es un ejercicio humano que necesita que capte toda mi atención, mi interés; me llena de satisfacción. Y, por otro, la dirección porque comunicas a través del cuerpo ideas a otras personas con el sonido”, asegura Quislant.