Compaginándolo con el cargo de vicelehendakari, en junio se puso también al frente de un área que conlleva muchos retos. Ibone Bengoetxea hace una radiografía de la cultura vasca, que atraviesa un buen momento, aunque deja claro en esta entrevista que es una mujer que “no se conforma. Quiero más”. Y para ello, pondrán en marcha una batería de medidas y proyectos con el objetivo además de conseguir que “la cultura vasca vuele también por el mundo”.
¿Qué asuntos son prioritarios para el Departamento de Cultura en un futuro inmediato?
“Esperamos llevar la Ley del Sistema Vasco de Cultura al Parlamento a finales de 2026”
Para mí el más importante es que la cultura tenga el sustento político, jurídico y social que se merece, por eso en esta legislatura queremos llevar al Parlamento una ley del sistema cultural vasco. Va a ser una ley participada en la que van a estar, además de resto de las instituciones del país que también tienen competencias en cultura, los sectores profesionales. La ley va a poner encima de la mesa cuál es el valor que la cultura aporta a la sociedad como motor de transformación social y económico.
Han comentado que esperan poder llevarla al Parlamento a finales de 2026.
Nuestro compromiso es que a finales de 2026 la ley se apruebe en el consejo de gobierno para traerla al Parlamento para su correspondiente debate. La tramitación de una ley es larga y queremos hacer además una con garantías. Ayer mismo se puso en audiencia previa, poniendo en conocimiento de la ciudadanía los objetivos que persigue. Y se abre un periodo para que la gente haga aportaciones. Después se iniciará el trámite administrativo, pero antes queremos tener un periodo de contraste con las administraciones públicas que tienen competencia, que son las diputaciones y ayuntamientos, y por otro lado, con los sectores profesionales.
Es la primera ley de cultura vasca.
Hay algunas comunidades que tienen una normativa que pone en valor la cultura, pero para nosotros lo importante es que es una ley del sistema de cultura porque hay una red en la que estamos lógicamente las administraciones, pero también los operadores privados, los creadores y creadoras y los públicos. Creo que es el momento de dar el salto, de que este sistema, que está funcionando muy bien, tenga un reconocimiento y sea también garante. Una ley siempre da garantías.
Además de dar ese estatus jurídico, político nuevo, ¿qué otros objetivos persigue?
“En 2024, la oferta creció un 12%, con 20.644 actividades, pero no nos conformamos.Trabajamos para mejorarlo”
Busca impulsar la cultura vasca en euskera, nuestras señas de identidad, y que la cultura ocupe el lugar que de verdad ocupa. Según los últimos datos, aporta el 2% del PIB a nuestra economía, que son como 1.700 millones de euros al año y algo más de 28.000 empleos. Y en cuanto al valor social, según una encuesta de prácticas culturales que realizamos el año pasado para la que se entrevistaron a casi 4.700 personas, el 92% opinaba que era muy importante para hacer una sociedad mejor. En los momentos de incertidumbre, cuando las personas nos sentimos mal, necesitamos sentirnos parte de algo más grande, de una comunidad y esto nos lo da la cultura. Pero no solo como consumidores de algo que vamos a ver o escuchar, sino también como practicantes de la misma. El 40% de los encuestados realiza alguna práctica cultural amateur, que a veces no tiene grandes retornos económicos, pero sí sociales.
El sector cultural fue uno de los que más sufrió durante la pandemia. ¿Ha alcanzado ya los niveles prepandémicos?
Gracias al esfuerzo por una parte de las instituciones, pero también a la resiliencia del propio sector se pudo sobreponer los datos. En 2024 la oferta cultural creció en toda Euskadi un 12% con respecto a 2023, con 20.644 actividades a disposición de la ciudadanía. Pero yo no me conformo y tampoco los profesionales del sector. Tenemos que trabajar conjuntamente para mejorar.
Hablando de consumo, ¿tienen datos sobre participación de los ciudadanos y ciudadanas en la cultura?
Los datos nos dicen que las personas mayoritariamente, un 75%, leen libros, van a conciertos de música y al teatro. Pero si esa mirada la ponemos en las personas que son euskal hablantes, las cifras en música van hacia arriba, en teatro y cine están parecidas, pero en lectura hay una bajada importante. Sólo un 33% dice que lee en euskera y este dato a mí sí me preocupa. Por eso este año vamos aponer en marcha un plan especial para fomentar la lectura en euskera, junto a entidades del sector. Los datos tienen que servir para tomar decisiones.
¿Qué se hace desde el Departamento para mejorar las condiciones de un trabajador cultural?
Tenemos en marcha una batería de medidas, algunas son más conceptuales, pero muy interesantes para empresas individuales o microempresas. Por ejemplo, estamos acabando una guía legal para profesionales de la cultura, que plasmará asuntos como los derechos de imagen, la propiedad intelectual... temas que impactan mucho en la vida de los artistas. También tendrá un apartado muy específico en función del sector sobre cómo impactan las decisiones que tienen que tomar en el proceso de creación, de producción, distribución y comercialización, sobre los entornos digitales y la digitalización, no solo sobre la inteligencia artificial, y sobre los contratos laborales. Además, vamos a poner en marcha un servicio de asesoría mercantil, legal y financiera. Pero podemos hacer más cosas y las estamos haciendo. Una tiene que ver con la parte más económica, se ha hablado mucho del estatuto del artista, esta parte corresponde al Gobierno español fundamentalmente con las modificaciones de las Seguridad Social. De hecho ya le he trasladado muchas veces al ministro que tengo especial interés en que remate esto que tiene pendiente.
Consumidora de cultura
- Música: variada. “Tengo estudios de música clásica y por tanto para mí es un placer presidir la Euskadiko Orkestra y la Euskal Herriko Gazte Orkestra. Voy a los conciertos y los disfruto. Pero también he estado en el último de ETS, para mí ha sido un encuentro con una comunidad grande que vibra y siente por las mismas cosas”.
- Lectura y arte: digital y papel. “Estoy leyendo ‘Coca-cola bat zurekin’ de Beñat Sarasola, el poemario de Leire Vargas, ‘Dena Ametsa Den Irudipena’ y ‘La conciencia contada por un sapiens a un neandertal’, de Millás y Arsuaga. Exposiciones: Helen Frankenthaler, las del Museo Balenciaga, Inés Medina en Artium...
- Cine y teatro: últimas vistas. “La última película que he visto ha sido ‘Marco’. En teatro, me gustó ‘Cinco golondrinas, de Gazte Konpainia Pabellón 6 y Sala BBK”.
¿Y en ayudas directas? ¿Cuánto han destinado a este apartado?
En el ámbito de la Cultura se ha destinado 80 millones de euros, un 6% más que en 2024. Y directamente a los sectores a través de ayudas van a ir destinados 28 millones, 17 a los profesionales a través de convocatorias y el resto a proyectos y agentes culturales concretos. Alrededor de 700 entidades se benefician cada año de estas subvenciones directas. Pero además de esto, en Euskadi hay otras instituciones que tienen competencia, que también dan subvenciones, las diputaciones y los ayuntamientos. Hay una competencia muy importante que tienen las diputaciones, que es la fiscalidad. Quiero agradecer la sensibilidad que han tenido y están teniendo. La fiscalidad de Euskadi es de lo más atractiva para algunas de las actividades culturales, no solo para el cine, sino también para las artes escénicas y para los artistas. En este caso, en los gastos de difícil justificación, su deducción pasa del 10 al 40%. Y esta es una medida muy importante que las diputaciones hacen para ayudar a estos colectivos. Pero también podemos hacer más. Ya hemos apuntado en Hakoba, que es la comisión interisciplinaria en la que nos sentamos el Gobierno Vasco, diputaciones y ayuntamientos, que hay que hacer un pacto por la contratación de los artistas. Y luego la quinta batería de medidas sería la propia ley, que va a dotar de esa mejora del estatus jurídico y social.
En el presupuesto de 2025 no hay ninguna partida para el Guggenheim Urdaibai.
“Este año van a ir directamente a los sectores culturales 28 millones a través de ayudas”
No tiene sentido incluir una cuando todavía no se han iniciado las obras. Hay unas actuaciones de carácter ambiental que se están tramitando, que son necesarias para hacer viable el proyecto, pero aunque este no existiera, son buenas para la comarca. Y por otro lado, tanto la Diputación como el Gobierno hemos entendido que era importante abrir un proceso de escucha para la comarca y en breve tendremos noticia de las primeras sensaciones. Es un proceso de escucha que, de verdad, es honesto y sincero. Queremos escuchar y saber lo que está pasando, y además, tenemos tiempo de hacerlo. En segundo lugar, pensamos que quien lo está realizando lo hace con muchas garantías porque tiene una metodología científica y porque se va a escuchar a muchas personas –1.000 no es cualquier número– y en tercer lugar, porque el objetivo que perseguimos es comprender mejor lo que está pasando. Las personas tienen muchos anhelos, preocupaciones, necesidades, y por tanto este proceso nos viene bien a los que tomamos decisiones para entender qué es lo que está pasando allí.
El cine vasco está atravesando uno de sus mejores momentos.
El cine ha ido recibiendo apoyos continuados en los últimos tiempos y las diferentes instituciones en sus competencias han sabido adaptarse a lo que estaba pasando en el contexto para que el sector sea más visible. Por supuesto, el Gobierno ha tenido una política de apoyo al cine audiovisual y también EITB, que más allá de la obligación legal que tiene de apoyar al sector, ha puesto recursos extraordinarios. Y luego ha habido proyectos como Kimuak, NOKA, de apoyo a las mujeres que empiezan, al festival de Donostia, hasta Tabakalera. Las diputaciones también han entendido el valor de la fiscalidad para que la cultura se convierta en una verdadera industria o mejore la aportación al propio PIB. Hay un buen momento de cine pero también hay excelentes creadores y creadoras y productoras muy profesionales. Pero no me conformo y tenemos que seguir buscando fórmulas para que esta industria crezca y luego todo ese retorno quede también en Euskadi.
En enero entró en vigor el traspaso del Gobierno español a Euskadi de la competencia de cinematografía. ¿En qué se va a traducir?
Hemos recibido 1,9 millones de euros, que era lo que faltaba por rematar de las competencias de cultura. Es un dinero que vamos a tener directamente desde Euskadi para encaminar una parte a apoyos a las salas de cine, otra a la creación de laboratorios y luego hay una parte que tiene que ver con el fondo de lenguas cooficiales. Era un dinero que se repartía entre todo el Estado y ahora la parte vinculada a la lengua vasca la vamos a gestionar nosotros desde aquí y por tanto podremos destinarla directamente a promocionar y ayudar a que haya más producción audiovisual en euskera.