La primera pregunta es obligada. ¿Por qué deciden ahora terminar con una banda como Gatibu?
Bueno… Álex, Aimar y yo hemos sentido, de forma natural, que se cerraba un ciclo. Ahora cumplimos veinticinco años y estamos en un momento musical muy bueno. Además, todavía nos aguantamos, que no es poco (risas). Pero hemos decidido, sin ningún tipo de dramas, que había que poner punto final a esta aventura. Da un poco de pena, claro, pero los tres hemos estado de acuerdo en dejarlo.
Un 25º aniversario suele ser motivo de celebración, de sacar un disco recopilatorio o hacer una gira conmemorativa, pero ustedes han optado por cerrar la puerta justo ahora.
Sí. Estamos en buena forma y con ganas de tocar. Tenemos buenas vibraciones y buen rollo, pero preferimos dejarlo en buen momento y no estirar el chicle. Queremos dejarlo cuando estamos arriba, no cayendo.
¿Es difícil elegir el momento? Imagino que siempre está la tentación de seguir disfrutando, sobre todo cuando nada indica que estén empezando a bajar, como sucede en su caso.
Claro, es que nada indica que estemos empezando a bajar. Es difícil de explicar con palabras. Digamos que lo sientes, y en este caso lo hemos sentido los tres a la vez. Nadie lo ha forzado, fue una conversación que surgió de manera natural, en una comida, de muy buenas maneras… Sentimos que era el momento.
¿Veían síntomas de cansancio? Quizás no por la música, sino por todo lo que implica: viajes, promoción, ensayos…
“Estar veinticinco años al pie del cañón va haciendo mella. Sacar Gatibu adelante implica muchas más cosas que solo tocar”
Sí. Date cuenta de que en veinticinco años solo hemos descansado cinco meses. Y fue un descanso relativo, porque no tocamos, pero estábamos preparando canciones. Nunca más hemos parado. No tenemos un cansancio de no poder más, pero hay otras bandas que cada cierto tiempo se cogen un descanso de un año y nosotros nunca lo hemos hecho. Estar veinticinco años al pie del cañón va haciendo mella. Sacar Gatibu adelante implica muchas más cosas que solo tocar.
En estos veinticinco años, Gatibu ha cambiado mucho de estilo. ¿Eso ha permitido que el grupo no se aburra y haya podido llegar hasta ahora?
Sí. La clave para nosotros y para muchos otros grupos es hacer la música que te sale en cada momento. Nuestros primeros discos eran más rockeros, pero nuestros gustos nos han llevado a abrirnos un poco más a sonidos más bailables, más funk… Ha sido algo natural, no hemos pretendido seguir ninguna moda. Ahora mismo, Gatibu es intergeneracional: lo escuchan los padres, los hijos y casi los nietos.
De todo lo que han vivido en estos años, ¿sabría decir qué ha sido lo mejor y lo peor de estar en Gatibu?
Empiezo por lo peor, que lo tengo claro: la muerte de nuestro gran amigo Mikel. Eso ha sido lo más duro de todos estos años, todavía lo seguimos sintiendo. Fue una pérdida muy grande. Lo mejor creo que es el haber estado presente en el cancionero euskaldun; hay mucha gente que nos dice que alguna canción nuestra ha formado parte de momentos especiales de sus vidas. Ese es el mayor regalo que podemos llevarnos.
¿Y son de los que se arrepienten? ¿O piensan que incluso los errores les han ayudado a llegar donde están?
“La clave para nosotros es hacer la música que te sale en cada momento, no hemos pretendido seguir ninguna moda”
No, yo creo que está bien. Quizás una pequeña espinita sea el haber empezado a viajar muy tarde. Cuando empezamos a salir llevábamos ya unos años. Si eres joven lo aguantas más y puedes compaginarlo mejor con la vida familiar. Pero es un detalle, lo digo como ejemplo. Las cosas han ocurrido porque las hemos trabajado así y nos han traído a donde estamos.
Si les dicen al principio cómo iba a ser su carrera, ¿se lo hubiesen creído?
¡Qué va! Haimar y yo teníamos 24 años cuando empezamos con Gatibu y fue un bombazo desde el principio. Nos quedamos alucinados porque nos cambió todo muchísimo. Todavía tenemos esas ganas y esa pasión por la música, pero cuando tienes 24 años y haces un proyecto que es un bombazo, es alucinante. Desde entonces, todo ha ido hacia arriba.
Le voy a dar una fecha: 13 de diciembre de 2025. ¿Qué le sugiere?
“La muerte de nuestro gran amigo Mikel ha sido lo más duro de todos estos años, todavía lo seguimos sintiendo”
Buff… Va a ser una fecha… Me lo has dicho y se me ha erizado la piel. Va a ser un día histórico para nosotros. Intentaremos hacer un conciertazo, vamos a trabajarlo desde ya. Habrá muchos sentimientos. Tengo muy claro que vamos a disfrutar cada concierto como si fuera el último. Por ejemplo el de Iruña lo vamos a hacer así, porque de hecho sabemos que va a ser el último que hagamos allí. El del BEC queremos que sea una fiesta total. Lo queremos disfrutar al máximo, porque al ser un concierto tan especial habrá que estar muy concentrados. Habrá mucho sentimiento. Cuando suene el último acorde, el último golpe y la última palabra será muy especial.
Otra fecha: 14 de diciembre de 2025. El día después. ¿Y ahora qué?
No lo sabemos. De momento, lo que queremos es descansar. Luego, evidentemente, haremos cosas, porque somos músicos y esta es nuestra profesión y nuestra pasión. Surgirán nuevos proyectos, pero, a día de hoy no te puedo decir qué ni cuándo. No es algo en lo que estemos trabajando desde ahora. Se verá.
Y entre esas posibilidades, ¿será posible una futura reunión de Gatibu, ya sea para grabar un disco, ya sea para algún concierto especial?
No… Nos lo preguntáis los periodistas y algunas otras personas, pero la verdad es que no lo hemos hablado y te diría que no lo contemplamos. Esto es un punto final. Igual dentro de diez años nos apetece juntarnos y tocamos por una causa especial. No acabamos de una manera mala, sino porque los tres queremos hacerlo así, pero no entra en nuestros planes volver a reunirnos para hacer un disco o un concierto. Necesitamos dejar Gatibu a un lado; sin dramas, pero acabar ya este viaje.