"El problema es que llevo el veneno dentro. Todavía me emociono con una idea, por pequeña que sea. Tengo la sensación de que siempre haré canciones", explicaba a DEIA Imanol Ubeda, músico de largo recorrido y minusvalorada repercusión ligado al pop y rock euskaldun de las últimas décadas, primero desde Deabruak Teilatuetan, luego con los añorados Bide Ertzean y, últimamente, con Don Inorrez. Con estos acaba de publicar Aztia, trabajo autoproducido en colaboración con el laboratorio creativo Metrokoadroka y que llegará a los escenarios –a Bilbao, el 19 de marzo– a modo de concierto dramatizado.
Imanol, así como su hermano Joni, con quien compartió Bide Ertzean, nunca ha sido de amoldarse a modas ni corrientes imperantes, sino un activista de la creación desde las entrañas, la necesidad y el sentimiento. Así lo ha probado en cada uno de sus proyectos, últimamente oculto tras el escudo de su alter ego Don Inorrez, proyecto que arrancó en 2018, con Mugiro bila, y que cuenta ya con cuatro discos, incluido el actual.
El actual, Aztia, no es simplemente un álbum más en la carrera de la banda liderada por Imanol, a quien acompaña desde el inicio el batería Karlos Arancegui, un todoterreno de la escena vasca que ha prestado sus baquetas a Rulo, Duncan Dhu, Alex Ubago... “Es imprescindible en este proyecto, como en Bide Ertzean. Su aportación va más allá de la batería. Podría ser un gran productor si no fuera tan tímido y humilde. Tiene un sentido musical que va más allá de lo rítmico”, explica Ubeda a este diario.
Trabajo colectivo
Aztia no es un disco al uso desde su idea primigenia, ya que, aunque su alumbramiento partió de Don Inorrez, al final creció y culminó en colaboración con el laboratorio creativo Metrokoadroka. Imanol le encargó al escritor Oier Guillan –autor de Mr. Señora (Txalaparta)– que escribiera un monólogo para que el grupo, a posteriori, creara las melodías y las músicas.
Y así se pusieron los cimientos de una obra musical y teatral que Imanol y Arancegui volvieron a grabar en Cádiz, en los estudios de Paco Loco, productor omnipresente en el indie estatal en las tres últimas décadas y ex Australian Blonde. “Compartimos gustos y aporta muchas ideas, trabajo, sabiduría y experiencia. Y se convierte en otro músico más de la banda. Ha grabado y producido a grandes artistas, y tenemos buena sintonía personal, algo importante”, explica Imanol.

El álbum incluye una decena de canciones, todas de duración escasa y la mayoría por debajo de los tres minutos. En total, sus 26 minutos discurren gráciles y fulgurantes. Se hacen cortos desde su arranque con Nire istorioa y su epílogo con Hil egingo zara. Un tránsito de la vida a la muerte a través de un mayoritario regreso a los pasajes más power pop de los inicios, como constatan cortes directos y a la mandíbula como Patrika Zabalegi nauzue o Nire loreak, con su encanto melódico, los ‘parapapas’ de los coros, las batería contundentes y las guitarras eléctricas afiladas y punzantes.
También hay espacio para las baladas con notas de piano clásico y melancólico, caso de Nire istorioa; tiempos medios con la distorsión acechando en segundo plano o claramente pop en Autolaguntzaren aztia y Konstelazioak, respectivamente; un instrumental atractivo y minimal como Interludio; bellos ejercicios de estilo electroacústico como Eskuina eta ezkerra o pasajes más oscuros como Munduko min gehienak, que exhibe una percusión poderosa y omnipresente, a lo Tom Waits, con voz cavernosa y filtrada.
Hechicero de la felicidad
Los textos de Guillan se refieren a un hechicero que ha organizado un seminario sobre la felicidad y que, valiéndose de la autoayuda, acaba diseccionando estos tiempos oscuros y desencantados, lo que nos ocurre entre la vida y la muerte: la política, la soledad, la necesidad de compartir y la felicidad, ya que, como canta Imanol, como “hechicero de la autoayuda” y “experto en terapias”, “la felicidad es solo el principio” si se tiene esperanza. Aztia propulsará esa creación compartida de la que es fruto también a los escenarios mediante conciertos dramatizado y abiertos también al baile. Imanol y Arancegui pondrán la música, Guillan la dramaturgia y Ainhoa Alberdi hará de actriz y bailarina, todos dirigidos por Idoia Beratarbide. La gira, que arrancará el 8 de febrero en Donostia (Lugaritz), llegará al Kafe Antzokia de Bilbao el 19 de marzo antes de recalar en Andoain, Tolosa y Oiartzun.