Costa-Gavras, director de cine: “Tenemos que concienciarnos de la muerte e irnos con una sonrisa”
Realiza un alegato en favor de los cuidados paliativos y de una muerte digna en ‘El último suspiro’
A sus 91 años, el director francogriego Costa-Gavras ofreció ayer miércoles una de las ruedas de prensa más emotivas y combativas de lo que llevamos de Zinemaldia para hablar de su película, El último suspiro, en la que recorre el día a día de una unidad de cuidados paliativos. “Los políticos deberían crear lugares en los que las personas a las que no les interesa ya su vida o su cuerpo no se lo permite puedan morir en las mejores condiciones posibles”, aseguró el cineasta.
Cuatro años después de recibir el Premio Donostia, el director regresa al festival con una película que parte de un libro escrito por el filósofo Régis Debray y el médico especializado en cuidados paliativos Claude Grange a partir de casos reales de pacientes que se enfrentaban a sus últimos días de vida. “Es un tema que me interesa porque la muerte se me acerca. Hay gente que la acepta en medio del terror y quienes prefieren morir con dignidad”, explicó el cineasta, que bromeó diciendo que a todo el mundo que le había hablado del tema de la película le pregunta asustado que por qué la había hecho. “Rebordinos me dijo que no es una catástrofe y me tranquilizó”, contó entre risas.
“No me gusta hablar de la muerte. Es una palabra que nos da mucho miedo, pero para mí es un viaje a otro lugar. Lo esencial es irnos con dignidad, para nosotros mismos y para los de alrededor. No dejar un rastro de miedo tras de sí”, señaló el director, que detalló cómo un caso cercano le afectó de forma profunda. “Me decía que no le dejara irse y yo no sabía qué hacer. Tenemos que concienciarnos de la muerte e irnos con una sonrisa”, apuntó.
Asimismo, Costa-Gavras se mostró muy crítico con el derecho que tienen los pacientes en Francia a la sedación profunda, ya que la muerte no es instantánea y no se produce al momento, sino que esta va llegando de forma paulatina a lo largo de varias semanas. “Cada vez vivimos más y somos más personas, pero nadie se atreve a ir a un hospital a pedir que lo maten”, aseguró citando al filósofo griego Epicuro: “La muerte no existe ni para los vivos ni para los muertos porque para los unos no existe y los otros ya no son”.
Para trasladar el libro a la pantalla, Costa-Gavras se valía en el filme de las conversaciones que mantienen a lo largo de varios días un filósofo y un médico, interpretados por los galos Denis Podalydès y Kad Merad, y las diferentes visitas y encuentros que realizan con pacientes que se encuentran en el ocaso de sus vidas.
“Escribí el guion a partir del libro y tuve la oportunidad de conocer al doctor que lo hizo y le visité en su centro hospitalario para ver cómo trabajan. A pesar de tener un programa muy concreto y autoritario, el personal no paraba de sonreír y los pacientes eran tratados de tal manera que les hacían sentirse cómodos y seguros en todo momento”, explicó.
El propio Claude Grange estuvo presente en la rueda de prensa y, aunque no tenía previsto intervenir, lo hizo finalmente para dejar claro que la labor de facilitar la muerte a un paciente nunca deberá ser una tarea que recayese sobre los hombros de los médicos, sino que ésta debería darse en el propio hogar de cada persona ayudado por sus seres queridos.
En la misma línea se mostraron las actrices Charlotte Rampling y Ángela Molina –Marilyne Canto también participó en la presentación–, que interpretan a dos pacientes de cuidados paliativos. En el caso de la primera, que tiene “el papel más pequeño de su vida” –su participación se limita a una escena–, la invitación le llegó del propio director tras ver su fotografía en un periódico. “La película es una oda a la vida. Conmueve y es importante hablar de ello”, señaló la intérprete.
Molina, por su parte, da vida a una matriarca gitana que abraza su final sin decírselo a su familia. “Costa-Gavras me ha enseñado hasta a morirme feliz”, indicó la actriz española entre risas, que llegó a la producción tras el deseo del cineasta por trabajar con ella desde hacía años.