Tras el prestigio conseguido con los documentales El agente topo y La memoria infinita, la chilena Maite Alberdi da el salto a la ficción con El lugar de la otra, en el que narra la historia real del crimen que cometió en la década de los 50 la escritora María Carolina Geel y por la que fue indultada.

“A las mujeres les perdonaba la justicia solo por ser mujeres e invisibilizarlas. Hoy en día, pasa algo parecido con la justicia de clases”, explicó ayer lunes la directora de un filme que compite por la Concha de Oro en el Zinemaldia y que presentó junto a las actrices Elisa Zulueta y Francisca Lewin y los productores Rocío Jadue Zarhi y Juan de Dios Larraín.

Según indicó la cineasta, el proyecto surgió de una propuesta lanzada por Netflix para adaptar un libro escrito por Alia Trabucco Zerán en el que se narran cuatro crímenes reales ocurridos en Chile por mujeres que luego fueron indultadas por la justicia. “Es un libro de no ficción, por lo que es muy cercano a mí. Como ya no viven los personajes reales de esas historias, no podía hacer un documental, pero sí crear un personaje de ficción a partir de los testimonios y los archivos reales de la época y que fueran los ojos del espectador viendo el caso de esta mujer”, contó.

De este modo, la película avanza a través de la mirada de Mercedes, madre de familia y secretaria del juez encargado del caso, que se obsesiona por la asesina y a la que da vida Elisa Zulueta en la ficción. “Fue difícil interpretarla porque es un personaje que nadie ve. Gracias a ella la familia tiene qué comer y funciona el tribunal, pero nadie repara en ella”, señaló la intérprete, que, durante el rodaje, dejó de lado el teléfono móvil para situarse en la época y trató de mantener “una presencia mínima” con el equipo para pasar inadvertida, al igual que su rol.

“No es la búsqueda de un crimen”

A partir de este personaje, el espectador sigue el proceso judicial a María Carolina Geel tras disparar varias veces a su amante en el interior de un restaurante de un conocido hotel de Santiago de Chile. “No es un caso tan conocido allí. Nosotros revivimos lo que pasó para hacernos preguntas sobre ello, ya que sirvió como una reivindicación del derecho de las mujeres para también ser malas”, agregó la directora.

“La película no es la búsqueda de un crimen, sino la búsqueda de un espacio propio”, añadió Alberdi, agradeciendo la implicación de Netflix para poder recrear una Chile de los 50 de la que apenas quedan vestigios.

“Hay poco patrimonio histórico y general en la calle, por lo que fue muy complicado recrear la época”, apuntó, al tiempo que no quiso situar el filme en ningún género concreto. “No es solo true crime ni solo drama. Para mí la vida es todo, momentos malos y buenos, y solo puedo entender el cine así”, concluyó.