El Museo de Bellas Artes conmemora el centenario de la inauguración del extinto Museo de Arte Moderno de Bilbao (1924-1945) con la exposición Entreacto, que se ha abierto hoy al público y podrá ser visitada entre las salas 6 y 16 de la primera planta de la pinacoteca hasta el 7 de enero del próximo año. 

Patrocinada por BBK y comisariada por Miriam Alzuri, conservadora de arte moderno y contemporáneo del museo, y Mikel Onandia, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU, la muestra recorre y analiza la trayectoria de la pinacoteca desde su fundación hasta su fusión con el museo que la exhibe. Además, con motivo de la exposición, el Bellas Artes también ha editado Los Orígenes de una colección, un ensayo basado en la tesis doctoral de Onandia en el que se recoge los recorridos de los dos museos.

Así lo han explicado ambos comisarios esta mañana en una rueda de prensa en la que también se han personado el director del Museo de Bellas Artes, Miguel Zugaza; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y Nora Sarasola, directora de la Obra Social BBK.

Un recorrido por la historia con el arte y la documentación como guías

En la cita Alzuri ha precisado que Entreacto no sólo investiga "la historia coleccionista" de la finada institución, también narra historias que tienen que ver tanto con el propio museo como con el contexto artístico en el que se inscribía: "Estos relatos paralelos muestran cómo tuvieron lugar las adquisiciones de las obras más emblemáticas, que actualmente, forman parte de la colección del Bellas Artes; cómo atravesó la guerra a la institución; qué relación estableció con otros proyectos...", ha apuntado la conservadora.

Esta crónica –que también recoge el proceso de fundación de los museos de Bellas Artes (de Bilbao y Madrid) y el origen del Museo de Reproducciones de la villa– es narrada a través de cerca de un centenar de obras de arte y un extenso fondo documental, cedido por instituciones como la Diputación Foral de Bizkaia o el Ayuntamiento de Bilbao, entre otras.

"Cada sala funciona como un caso de estudio particular", ha puntualizado Mikel Onandia. "Se empieza con un contexto de la década de los años 10 y 20 [hall y primera sala] y se avanza cronológicamente en la historia de dos museos que fueron complementarios", ha agregado.

De Atxuri al ensanche

Complementarios porque convivieron en paralelo hasta 1945. Fundado en 1908, El Museo de Bellas Artes es la institución embrionaria, cuya colección –las obras del llamado arte moderno– se desgajó en 1924 para la fundación de la pinacoteca que motiva la exhibición. El primer museo, tuvo su primera sede en el antiguo Hospital Civil de Atxuri (actual instituto Emilio Campuzano); el segundo, por su parte, se alojó en unas salas de la Diputación Provincial.

Ambos, según Onandia, enfrentaron "serios problemas de financiación" y acusaron "problemas de espacio". En ese sentido, ha apuntado que la muestra que acoge el Bellas Artes no deja en el tintero los pasajes de intrahistoria que ponen de relieve la cotidianidad de ambas instituciones y sus estrecheces.

Las tinieblas del fascismo

La Guerra Civil cesó la actividad de ambas, porque los continuos bombardeos de la aviación sublevada sobre Bilbao ponían en peligro las obras que alojaban. Es en la sala 15 (Guerra Civil y exilio, 1936-1939) donde se exhiben algunas de las obras que fueron evacuadas a la sede provisional del recién constituido Gobierno vasco presidido por Aguirre Lekube, el Hotel Carlton. Entre ellas, destaca el óleo María Ramona de Barbachano, pintado por Goya entre los años 1787 y 1788.

La galería también acoge otros dos lienzos del pintor español y varios documentos que recogen el número de obras trasladadas al céntrico hotel y a Francia, así como una de las cajas empleadas para trasladar las obras.

El fin de la contienda supuso el regreso de (casi) todas las obras a Bilbao. También la creación del actual edificio de planta en forma de ele y corte neoclásico, el mismo que aloja el Museo de Bellas Artes desde 1945. Poco después de ese momento, ambos proyectos se fusionaron en un único ente. Una criatura que, como todo ser vivo, está en constante evolución. "La nueva ampliación, que Norman Foster visitó hace escasas semanas, es ejemplo de que la cadena no se roto", ha recordado Aburto. Katea ez da eten.