En las últimas 72 horas los adeptos a la música clásica de Bizkaia se han dado cita en la villa para disfrutar de Musika-Música. El festival se clausuró ayer domingo con un concierto de la Bilboko Orkestra Sinfonikoa (BOS), que tuvo lugar en el Palacio Euskalduna. Fue a las 20:30 cuando Lucas Macías se puso al frente de la orquesta local para interpretar un repertorio de varias piezas ante una sala abarrotada.

Entre otras, la BOS tocó la célebre Música para los Reales Fuegos de Artificio HWV351 de Händel. De esta manera, la orquesta dirigida por la batuta de Macías trasladó hasta Bilbao la euforia de la armada británica por las victorias cosechadas al término de la Guerra de Sucesión Austriaca de 1749. Fue en ese momento cuando el rey Jorge II de Gran Bretaña encargó la pieza al compositor alemán, uno de los creadores más influyentes de la música occidental y universal.

Sin embargo, antes de la representación final los melómanos acudieron a otras destacadas citas con formaciones de prestigio, como Les Dissonances, Academy of St Martin in the Fields, Euskal Barrok Ensemble, Manderling Quartett o el concierto escenográfico El Café de Chinitas, en el que la mezzosoprano Beatriz Lanza y el Ensemble Galdós, con la dirección y el piano de Iván Martín, interpretaron la música de Falla y Lorca.

Todos han formado parte de una oferta musical compuesta por cerca de 1.700 intérpretes que han ofrecido más de 70 representaciones a lo largo de este fin de semana. Todavía es pronto para dimensionar la afluencia de asistentes que han copado el Palacio Euskalduna y el Teatro Arriaga –las sedes del festival– durante estos tres días. Pero, a tenor de los datos recogidos por la organización al término de la edición celebrada en 2023, cuando Musika-Música congregó a más de 22.000, es de prever que el festival vuelva a hacer gala de su poder de convocatoria.