Después de 106 funciones en las principales plazas del Estado, el elenco de El tiempo entre costuras recala en el teatro Campos Elíseos de Bilbao para contar una historia de amor (y espionaje) que cautivó a 10 millones de lectores cuando María Dueñas la narró por primera vez en la novela homónima.

Su protagonista, Sira Quiroga, es una joven modista que lo deja todo por Ramiro, un hombre al que apenas conoce pero del que se ha enamorado. Los dos viajan de Madrid a Tánger al filo de la Guerra Civil, donde empezarán a tejer relaciones sociales. Sin embargo, una serie de circunstancias obligan a Sira a trasladarse a Tetuán, donde abre un taller de costura en el que no da puntada sin hilo. Y es que en ese estudio los patrones, las telas y los dedales se entremezclan con las conspiraciones políticas.

Trasladar todo este universo al escenario de la plaza bilbaina no es un asunto baladí. Alberto Vázquez, que interpreta al malogrado padre de Sira, Gonzalo Alvarado, subraya que en las dos horas y cuarenta minutos de duración del espectáculo se producen hasta 300 cambios de vestuario. “De todos ellos, 30 son solo para el personaje de Sira”, agrega. DEIA ha hablado con él y con su compañera Teresa Alba –Candelaria Ballesteros– para saber qué se cuece entre bambalinas.

Salen a recibir a un servidor con el micrófono de diadema todavía puesto, mientras las voces del resto del elenco retumban en el interior de la sala. Todos ellos ensayan al milímetro cada función, más aún cuando acaban de estrenar teatro. Sienten, además, un enorme sentimiento de responsabilidad, porque son conscientes de que la historia firmada por Dueñas arrastra a un océano de seguidores. “El referente en la mentalidad colectiva es muy grande. Y las comparaciones son odiosas, siempre”, afirma el actor Alberto Vázquez.

Eso sí, tener a la autora cerca, “viendo la evolución del proceso de la adaptación”, ayuda a calmar los nervios, según Vázquez. Lo que también irradia de confianza al elenco es la buena acogida que está teniendo la obra. “Vienen muchos fans de la serie y de la novela y, por lo que tenemos entendido, nadie sale defraudado. Al contrario, todo el mundo comenta que somos muy fieles a la historia”, apostilla Teresa Alba, que se pone cada tarde en los zapatos de Candelaria, la dueña de la pensión en la que se aloja Sira a su llegada a Tetuán. La actriz malagueña cree que el papel relevante que ha tenido María Dueñas, autora de la novela, como asesora en todo el proceso creativo explica en buena medida este éxito.

El papel más ansiado

Alba tuvo la suerte de ser seleccionada para interpretar al personaje que ella y, según Vázquez, todas las actrices querían: “Cuando me dijeron que iba a encarnar a Candelaria me invadió un aluvión de sentimientos”, confiesa. “Era el personaje que quería. Ella es malagueña, como yo. Para mí representa un homenaje a la mujer de Málaga en un contexto tan deplorable como la Guerra Civil española. Es un regalo que viene cargado de mucha responsabilidad”, reconoce.

Vázquez, por su parte, define como “un personaje tremendo” a Gonzalo Alvarado, el padre de la protagonista. “Es un hombre rico que se enamora de una mujer humilde con la que tiene una hija bastarda. Quiere congraciarse con ella por el miedo a lo que pueda ocurrir durante la guerra”, describe. Ahora, este no es el único personaje que interpreta el actor en la obra. También encarna a una persona real, Juan Luis Beigbeder, un militar que tuvo un importante papel durante los primeros años de la dictadura franquista y que realizó gran parte de su carrera en el Protectorado español de Marruecos. “Me hace mucha ilusión porque en la serie –que se emitió en Antena 3– lo interpretó un gran amigo mío, Tristán Ulloa. Me produce cierta ternura ver las fotos del Juan Luis Beigbeder histórico, del de la serie y del nuestro”, dice el intérprete, entre risas.

Para ponerse en la piel de ambos personajes, Vázquez ha realizado un importante trabajo actoral, el mismo que ha tenido que afrontar Teresa Alba para ser Candelaria . “Empecé trabajándola mucho desde del amor y vinculándome muchísimo con Sira, la protagonista. Como actriz me ayuda mucho centrarme en mi partener”, explica la intérprete. “Además, la misión de Candelaria a nivel técnico es aportar más ritmo a la obra y traer ese aire andaluz. Se le exige más esa parte de comedia para que el público respire contigo”, agrega, “pero, lejos de ponerme ese objetivo tan alto, yo trabajo con mi compañera y, a partir de lo que surge en esa relación, compongo la energía del personaje”, matiza la actriz.

Amor en lo ininteligible

Alberto Vázquez, en cambio, ha intentado enamorarse de la parte que no entiende de sus personajes para construirlos. “Ha sido un proceso muy enriquecedor, porque yo no tengo nada que ver con un militar fascista y mujeriego ni con un padre que renuncia al amor por su posición y que abandona a una hija querida”, explica. Por eso, función a función, Vázquez trata de entender lo que él, como ser humano, no entendería nunca. “En mi caso, me ha ayudado muchísimo la enorme entrega de Alba Cuartero – interpreta a la protagonista, Sira Quiroga–, que cuando te mira a los ojos tiene una verdad increíble. Es una maravilla trabajar mirándose en esos ojos”, se admira Vázquez. Tanto él como su compañera subrayan que Sira es el sol de la obra y ellos los planetas que giran a su alrededor para contar esta exitosa historia.

Tanto Sira Quiroga como Candelaria y Gonzalo tardan tiempo en hacerse carne. Los dos intérpretes desvelan que cada miembro del elenco tarda cerca de hora y media en caracterizarse, pero reconocen que el proceso es todavía más largo para los departamentos de peluquería y vestuario. “Trabajan a un ritmo vertiginoso. Hay como 100 prendas de posticería entre sombreros, tocados... Y los cambios de vestuario se producen en el transcurso de la función”, dice Vázquez, quien invita a los bilbainos a acudir, hasta el 11 de febrero, al Teatro Campos Elíseos. Desde sus butacas podrán viajar al Tánger colonial sin salir de la villa.

Al detalle

El equipo. Se trata de una superproducción de beon Entertainment con música compuesta por Iván Macías y textos de Félix Amador. Federico Barrios Fierro es el director artístico y Lorenzo Caprile el diseñador del vestuario de la protagonista.

Laureado. El musical es uno de los más galardonados de los últimos años con 10 Premios Broadway World Spain, otorgados por el público, y un Premio Talía al mejor vestuario concedido por la Academia de las Artes Escénicas.la