El director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos, insistido ayer martes en que el documental No me llame Ternera, en el que el periodista Jordi Évole entrevista al exdirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, será proyectado porque “no blanquea” el terrorismo y porque “dar la voz no es dar la razón”. Rebordinos respondió, con un comunicado oficial, a la carta abierta firmada por 514 personas, algunas referentes del periodismo, la literatura y la universidad, que solicita que se excluya de la programación del festival el documental de Netflix, al entender que sirve para “blanquear a ETA”.

La carta se hizo pública ayer martes, pero no ha llegado al festival, pese a lo que su director respondió a los argumentos expuestos y ofreció una proyección privada previa a un grupo de personas en representación de los 514 firmantes. “No compartimos su opinión respecto a que se deba retirar de la programación de esta próxima edición del Festival la película por el hecho de que tenga como protagonista a Josu Urrutikoetxea y que este haya tenido muy altas responsabilidades en la trayectoria de la banda terrorista ETA”, sostuvo Rebordinos.

El director del festival aseguró que el documental “ni justifica ni blanquea a ETA” y argumenta que el certamen donostiarra “no proyectaría una película con esas premisas”. Rebordinos afirmó que el festival no programaría una película que justificara el golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile, del que se han cumplido 50 años, pero recordó que, sin embargo, “sí se programó en San Sebastián un documental que entrevistaba a algunos de sus principales golpistas”. Se trata de Pinochet y sus tres generales (José María Berzosa, 2004), una cinta que demostraba, según indicó Rebordinos, que “dar la voz no es ni mucho menos dar la razón”.

Argumentó también que el cine es “fuente de la historia”, por lo que a menudo ha llevado a la pantalla “a protagonistas, perpetradores de episodios de violencias injustificables pero sobre las cuales sí ha tenido la voluntad de indagar”. Citó los casos de Shoah (Claude Lanzmann, 1988), S21: La máquina roja de matar (Rithy Panh, 2003) y The Act of Killing (Joshua Oppenheimer, Christine Cynn, 2012).

“Reflexionamos sobre todo ello en un libro y un ciclo en 2016 bajo el título de The Act of Killing. Cine y violencia global: se programaron allí 32 películas que eran a menudo un arma de denuncia, un medio para el análisis o una forma de intervención directa en muchos trágicos problemas”, recordó el director del festival. “En definitiva, estimamos que la película No me llame Ternera ha de ser vista primero y sometida a crítica después y no al revés”, motivo por el que el Festival ofrece a una representación de los firmantes la ocasión de ver la película en una proyección privada previa.