Julia Guridi, hija del compositor gasteiztarra Jesús Guridi, no sale casi nada de casa, sobre todo, desde que dejó de cantar en la Coral de Bilbao coincidiendo con el inicio de la pandemia. “Tengo ya 88 años, ya no veo a nadie que cante con esta edad”, asegura sonriendo.

Pero la ocasión lo merece. La quinta de los seis hijos del compositor vasco se encuentra con la soprano Vanessa Goikoetxea, en presencia de DEIA, para hablar de su padre, con motivo de la primera grabación de la ópera en euskera Mirentxu, que Jesús Guridi compuso y se estrenó el 31 de mayo de 1910 en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao, por encargo de la Sociedad Coral de Bilbao.

Y es precisamente la agrupación coralista bilbaina la que lidera la iniciativa de este proyecto, denominado Euskal Opera, que tiene como objetivo la recuperación del patrimonio lírico vasco. En 2021, se recuperó la ópera Maitena, cuya partitura yacía en el archivo foral hasta que la Sociedad Coral de Bilbao decidió rescatarla para grabar un disco junto a la Orquesta Sinfónica de Bilbao y un elenco de solistas. Tras Maitena, este proyecto, que cuenta con el apoyo de la Diputación de Bizkaia, el Gobierno vasco y Petronor, dio un paso más el año pasado y reconstruyó la partitura de Lide ta Ixidor, de Santos Intxausti, considerado el primer cuento infantil musicalizado en euskera. A partir del lunes, se iniciará la grabación de Mirentxu, para lo que se contará con la participación de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) y de artistas vascos, entre los que destaca Vanessa Goikoetxea, como Mirentxu.

Julia Guridi tenía 26 años cuando su padre murió repentinamente en su vivienda en la calle Sagasta de Madrid, el 7 de abril de 1961. Su hija le recuerda “como un hombre muy sencillo, una buenísima persona. Hay artistas que suelen ser muy estirados, pero él era todo lo contrario, era muy normal. Además, no se enfadaba nunca. Mi madre se murió cuando yo tenía 11 años, muy joven. Nos dejó a todos muy pequeños, para mi padre fue un golpe muy duro”, rememora con tristeza.

La música siempre ha acompañado a la familia Guridi. Guridi era hijo y bisnieto de músicos: su padre era violinista, su madre tocaba el piano y su bisabuelo por parte materna era el organista y compositor Nicolás Ledesma. “Él tenía la ilusión de que todos estudiáramos algún instrumento, que alguno tocara la trompeta, por ejemplo, pero entre el colegio y otros asuntos nos fuimos poco a poco escaqueando. Yo le dije que quería estudiar solfeo, pero era un poco vaga. En realidad, era una niña y me gustaba jugar, como a todas las niñas. Y cuando tuve que elegir entre piano y violín, que eran los más normales en esa época, dije: violín. Ya se oía mucho el piano en casa. Pero llevábamos la música en la sangre, en casa todo era ambiente musical. Por ahí pasaron muchísimos músicos, y en la familia se hablaba, pero de forma normal. No creas que estábamos todo el tiempo hablando de música, sino de todo, como cualquier familia”, se ríe.

Julia no tiene recuerdos de su infancia en Bilbao porque se trasladaron a Madrid nada más acabar la Guerra Civil y ella apenas tenía cuatro años. “Allí viví hasta unos años después de casarme. Desde entonces, me trasladé a Bilbao y aquí estoy encantada”. La hija del compositor vasco confiesa que se sigue emocionando cuando escucha la música de su padre. “Fue un gran músico y un gran hombre. compuso obras increíbles como El caserío, Amaya, Mirentxu... Que ahora se grabe esta última ópera me emociona”, confiesa la hija del compositor.

Cuando se le pregunta cuál es la obra preferida de su padre, contesta sin dudar: “Me entusiasma una que para el gran público no es la más conocida: el Cuarteto número 2 en La, el segundo que escribió”.

Ópera en euskera

En un momento de gran proyección estatal e internacional y en medio de una apretada agenda (debutó recientemente en el Covent Garden de Londres, la Ópera de Limoges, el Festival de Peralada o el Real de Madrid), la soprano vasca Vanessa Goikoetxea ha aceptado el reto de interpretar Mirentxu. “Hasta ahora, no se había realizado ninguna grabación de esta ópera, que es una auténtica joya. Fue una zarzuela, Guridi fue haciendo revisiones y pasó a ser una ópera; la aria de Mirentxu es una joya, de hecho, los cantantes la hemos interpretado muchas veces, pero no había ninguna grabación, por eso es tan importante que se haga este proyecto”, afirma la soprano durangarra, para quien será, además, la primera vez que cantará una ópera en euskera.

“Es una experiencia muy interesante. Como cantante lírica, no es normal, interpretamos música vasca, pero no hay tantas óperas en euskera. En realidad, a mí me resulta muy natural porque es mi lengua materna”, explica.

Un rol complicado, que la soprano ha preparado durante este verano. “Guridi es un compositor que en una primera lectura parece muy fácil, pero su escritura es muy complicada. Tiene momentos de sencillez abrumadora, pero otros, en los que se mezclan las voces, las orquestas, buscando dar una multitud de colores, que son muy ricos. El rol es una joya, interactúa con todos los personajes. Estoy encantada de grabar la música de Guridi, que es tan maravillosa”.

Nacida en Florida –su padre era pelotari– aunque creció en Durango, la soprano tiene ya a sus espaldas un gran número de éxitos, entre los que se incluye roles como Donna Anna (Don Giovanni) en su debut en el prestigioso Covent Garden de Londres. Vanessa Goikoetxea está ahora en su mejor momento profesional.

“Este verano he pasado dos semanas en casa, por lo que he podido disfrutar un poco de Euskadi y de mi familia. Pero estoy preparando varios papeles a la vez, además de Mirentxu. Empezamos la grabación este lunes –por mañana–, la acabaremos el viernes y el domingo me iré a Estados Unidos para cantar Alzira de Haendel. Luego, tengo previsto viajar a China, a Italia, volveré a Durango para un concierto con motivo de los 25 años del San Agustín Kultur Gunea. Y luego iré a Niza a cantar Rusalka de Dvorák, un papel que me hace mucha ilusión. Aunque cante mucho Mozart, mi corazón es muy romántico. Me gustan los compositores eslavos, rusos, ese estilo de música me derrite el alma”, ha confesado la soprano.

Vanessa Goikoetxea tiene la fortuna de poder viajar con su familia, con su pareja y su hijo Mark. Su familia supone una base emocional muy importante para su trabajo y “poder estar con ellos es todo un regalo”, confiesa.