La excelsa cantante catalana Sílvia Pérez Cruz, Premio Nacional de Músicas Actuales 2022, publicó su disco Toda una vida, un día (Sony Music) este viernes y el domingo llenará el Teatro Arriaga en su estreno en directo. Fruto del confinamiento, este ambicioso álbum que contiene 21 canciones mecidas por los aires de múltiples estilos y rebosante de colaboraciones, busca resumir, en cinco movimientos musicales, toda la vida de una persona. “Con la música me siento como en casa y voy probando cosas”, explica a DEIA.

 “El arte es libertad para el creador y el oyente”, contesta Pérez Cruz (Palafrugell, Gerona; 15 de febrero de 1983), un motor que impulsa toda su trayectoria, que ha dejado ya hitos como Granada, su disco compartido con Raül Férnandez Miró; Domus, banda sonora de la película Cerca de tu casa, con la que logró el Goya a la Mejor Canción; el sinfónico Vestida de Nit y el más reciente Farsa (género imposible), en el que aunaba canción y danza. Y, claro, el Premio Nacional de Músicas Actuales 2022, otorgado por el Ministerio de Cultura como reconocimiento a “su inquebrantable compromiso con la belleza” y “la calidad creativa e interpretativa de su carrera”.

 Pérez Cruz acaba de estrenar su nuevo disco, Toda la vida, un día, una obra en cinco movimientos que reflexiona sobre las etapas de la existencia, además de un álbum conceptual que surgió como respuesta a la soledad del confinamiento como necesidad de recrear la vida entera en una única obra. El disco presenta 21 canciones, 69 minutos, 90 músicos… Todo es grande en el álbum y todo se reduce al mismo tiempo a ese círculo que es la vida desde su mirada.

Cinco movimientos

“Cada uno de los cinco movimientos del álbum representa una etapa: infancia, juventud, madurez, vejez y el renacimiento, porque quiero que sea circular, por eso la portada es un círculo y por eso me gustó terminar con una nana”, explica la cantante y compositora catalana, que en canciones como Planetes i orenetes, La flor, Sucio, El poeta es un fingidor o Tots els finals del món, cantadas en varios idiomas, principalmente catalán y castellano, reflexiona sobre la vida y la muerte, esta como un paso de transformación.

Pérez Cruz presenta cada movimiento del disco con una sonoridad distinta en instrumentación, arreglos y producción. El primero —Infancia— es más luminoso y amable; el segundo —Juventud— es más experimental, con sintetizadores y autotune; el tercero —Madurez— se viste con dúos, “para representar ese momento de intimidad en el que cada uno elige lo que quiere”; el cuarto, la vejez, es más clásico, con más peso del sonido y de las cuerdas, y Renacimiento es el más rítmico y alegre de todos, basado principalmente en percusión y la voz.

Toda la vida, un día viaja de lo acústico a lo clásico con presencia de vientos y cuerdas e interpretaciones de saxo por parte de su autora a la búsqueda de nuevas y más rugosas sonoridades, que comparte en íntimos dúos o con el apoyo de invitados de lujo como Juan Quintero, Natalia Lafourcade, Liliana Herrero, Carmen Linares, Pepe Habichuela, Salvador Sobral, un coro de voces infantiles… “La composición es un acto de soledad y, durante el confinamiento, lo fue más. Quería representar esa suma de soledades, todo lo que compartimos. Ese coro seríamos todos”, apunta”, explica la catalana.

 La voz personal y bellísima de Pérez Cruz, que comparte el verso “las canciones son inmortales” con el portugués Salvador Sobral, se muestra ajena a las convenciones en este viaje por el tiempo y por los cambios que este deja, indelebles, en las vidas de los seres humanos. Y lo hace con una banda sonora anárquica y compleja, alimentada por instrumentaciones, estilos, aires y arreglos dispares que deben degustarse, descubrirse y entenderse con meticulosidad… y tiempo.

 Bolero, fado, música coral, tonadas a capella, flamenco, sonidos mediterráneos… Grabados durante un año por distintas ciudades, de Barcelona a Buenos Aires, pasando por Ciudad de México y La Habana. “Debuté con 11 de novembre, que era muy arriesgado y fue Disco de Oro. Hay que tener confianza, la gente valora lo hecho con verdad. No quieren solo comida rápida, y eso nos da esperanza”, explica a este diario. “Lo importante es no tener prisas y hacer las cosas porque quieres hacerlas, dándolas el tiempo que requieren. He trabajado mucho y logrado interesar a gente del jazz, del flamenco, de las habaneras… Con la música me siento como en casa y siempre voy probando cosas”, concluye la cantante gerundense, que se emociona al recordar su interpretación en vivo Txoria txori, de Mikel Laboa.