Horas antes de que se levante el telón de la representación de Anna Bolena, la ópera de Donizetti que ABAO ha programado estos días en Euskalduna, DEIA se adentra en sus bambalinas, donde todo es movimiento. Las y los músicos, sastras, peluqueras y cantantes se preparan para salir al escenario en esta coproducción de ABAO, la Ópera Royal de Wallonie-Liege, la Royal Opera House Muscat y la Opera de Lausanne, ideada por Stefano Mazzonis di Pralafera, fallecido recientemente. La obra debuta en Bilbao de la mano de Gianni Santucci como director de la reposición. 

Una coproducción que cuenta con cambios de escena a la vista del público que dinamizan la obra, ricos decorados de Gary McCann y un magnífico vestuario de Fernand Ruiz que respetan el tiempo y el lugar de la acción en la que transcurre esta ópera, cuya historia se basa en la última etapa de la vida de Ana Bolena, segunda esposa de Enrique VIII de Inglaterra. El relato conjuga pasión, ambición, amor, lujuria, traición, cólera, desesperanza y sed de poder.

“Esta no es una puesta de escena a la que los teatros operísticos nos tienen acostumbrados. Junto a Tosca, que se ha programado para febrero, es uno de los montajes más espectaculares de esta temporada, un montaje que dentro de poco va a resultar atípico. No va a haber producciones tan realistas”, explica Cesidio Niño, director artístico de ABAO y jefe de producción.

La soprano canadiense de origen libanés, Joyce El-Khoury, estrella del Metropolitan, ha llegado tres horas antes para meterse en la piel de la reina cosorte de Inglaterra. Su papel tiene una gran dificultad, no solo por las exigencias vocales, que requieren una soprano con control total, sino porque precisa de una particular disposición actoral y dramática para trasladar al público toda la carga emocional y los distintos estados de ánimo del personaje a lo largo de toda la ópera. Joyce El-Khoury afronta grandes momentos en la ópera, como la gran escena final Piangete voi, una aria de locura donde la cantante interpreta la confusión mental de la reina frente al patíbulo. Su interpretación de la reina Donizettiana en Bilbao le ha supuesto increíbles críticas y el aplauso del público bilbaino. 

Los cuatro suntuosos trajes que lucirá durante la función se encuentran colgados en el vestidor de su camerino. El vestuario que luce en el escenario es tal cual el que llevó Ana Bolena en la corte inglesa. “Incluso el medallón que llevo puesto es igual al que llevó ella en su época”, explica esta soprano. En el vestidor, se encuentra una copia exacta del vestido de seda de damasco gris y la capa de armiño con el que Anna Bolena se encaminó al patíbulo donde, minutos más tarde, un verdugo le cortaría la cabeza.

Ana Bolena, que solo reinó durante mil días, fue una mujer de gustos caros que disfrutaba de la vida en todo su esplendor. Le encantaban las joyas y los vestidos lujosos y no escatimaba en gastos. Los archivos financieros entre 1529 y 1533 reflejan un gran coste en ropa de mujer, pieles de armiño, capas suntuosas y telas con bordados de oro. Ese lujo se refleja también en el vestuario de esta producción operística.

En el camerino de al lado, el bajo-barítono Marko Mimica se prepara también para dar vida al malvado Enrique VIII, un personaje poderoso con una gran carga actoral. Sobre la mesa, hay una fidedigna reproducción del collar que lució el rey inglés. “Me cuesta más de quince minutos ponérmelo”, comenta el bajo-barítono croata mientras le maquillan. “Es el vestuario más impresionante con el que he trabajado nunca”. 

En los talleres de Liège

“El equipo creativo ha realizado una labor de investigación impresionante. Viajaron a Inglaterra, leyeron decenas de libros, visitaron museos... Uno de los trajes de Marko Mimica, por ejemplo, es una copia exacta del que lleva el propio rey en uno de sus autorretratos, cuya reproducción también se puede ver en la función. Incluso el mobiliario es un facsímil de aquella época”, explica Cesidio NIño.

Para trasladar a Bilbao este fastuoso montaje se han necesitado cuatro camiones. “El vestuario se ha realizado en los talleres de Liège y ha sido costosísimo, pero se ha podido realizar gracias a que es una coproduccion internacional”, explica Niño. En otra gran sala, los miembros del Coro de ABAO se terminan de colocar los tocados y de dar los últimos retoques. Entre ellos, está Libe, una niña de siete años, que está encantada de representar a Isabel I, hija de Ana Bolena. Anna Bolena se estrenó el pasado sábado en Euskalduna y volverá a ponerse en escena este viernes 25 y el lunes 28 en Euskalduna. 

Completan el reparto Silvia Tro Santafé, en el papel de Giovanna Seymour, la joven de la que el rey se enamoró y pasaría a convertirse en su tercera esposa y el tenor canario Celso Albelo que regresa a la escena bilbaína como Lord Riccardo Percy, antiguo amor de Ana Bolena utilizado por Enrique VIII en su plan para acusar de adulterio a su esposa y ajusticiarla. 

El Coro de Ópera de Bilbao está dirigido por Boris Dujin y la Bilbao Orkestra Sinfonikoa, por Jordi Bernàcer.