LA necesidad es lo que le ha animado a la coreógrafa Maitane Zalduegi a abrir en el bilbaino barrio de Deusto una sala de ensayo dirigida para aquellos profesionales de las artes escénicas que no disponen de un lugar donde poder preparar sus montajes en la villa. Maitane ha bautizado a su nuevo proyecto con el nombre de ZART, haciendo un juego con la inicial de su apellido (Zalduegi) y, con la palabra Art, (arte en inglés). Su pasión por el mundo de las artes escénicas y de los musicales le viene desde que era una niña. Según Maitane, este espacio privado recientemente abierto está ya a disposición del colectivo de artistas que lo necesiten y surge con el objetivo de “suplir una carencia” que existe desde hace años entre el colectivo de profesionales de las artes escénicas. “En mi larga carrera me ha tocado muchas veces buscarme la vida para encontrar un local en el que coordinar los textos de una obra o los movimientos de una coreografía. No hay tantos espacios que ofrezcan esta oportunidad en la ciudad”, recuerda Zalduegi.

Por esa razón, la idea de crear una sala de ensayo para los profesionales llevaba en la cabeza de Maitane desde hacía mucho tiempo, pero, según explica la coreógrafa, nunca se había atrevido a ponerlo en marcha. “Lo que son las cosas, después de tantos años en este mundo ahora casi en la jubilación me lanzo en este proyecto”, cuenta con una sonrisa. Aunque reconoce que centrada en otros proyectos no ha dedicado tiempo a la promoción de su espacio, en noviembre pequeñas obras que se podrán ver en el festival ART de Bilbao se preparan en su nuevo local de ensayo. “Es un festival internacional fantástico con obras de pequeño formato de un gran nivel”, adelanta. En capitales como en Madrid o Barcelona lo tienen más fácil, ya que son muy habituales este tipo de espacios dirigidos al sector profesional. “Cuando montas un proyecto por tu cuenta tienes que contar con un espacio para preparar la obra. En Bilbao hay muchos proyectos y muchas personas que se dedican al mundo de las artes escénicas que necesitan locales para trabajar y, aunque resulte curioso no los hay tantos. Nadie te va a alquilar un local para ensayar una obra un mes”.

Entre las posibles alternativas para profesionales en Bilbao está, por ejemplo, la Fundición, pero por lo general solo es posible alquilarlo de lunes a miércoles, “a partir del jueves está ocupado con obras”, explica. Zalduegi aclara que este problema con el que ella lleva conviviendo toda su carrera, no lo tienen las grandes compañías de teatro o de danza ya que suelen disponer de sus salas donde preparar sus montajes. Incluso, según cuentan teatros como Arriaga dispone de sus espacios reservados para llevar a cabo los ensayos de las obras. “Las producciones del Arriaga se pueden ensayar bien en una sala, ubicada debajo del mismo teatro o, en otro espacio situado en la parte trasera de la sala Bilborock, en un antiguo colegio, un espacio precioso”, cuenta.

Durante su larga trayectoria como coreógrafa a Maitane le ha tocado en muchas ocasiones pedir favores a amigos que tuviesen locales para poder preparar sus obras. “Muchas veces hemos tenido que pedir al Ayuntamiento de Bilbao alguno de los espacios como favor porque no teníamos un sitio para preparar el montaje. Tenemos la suerte de que nos conocen y adaptándonos a la agenda de las actividades que se suelen desarrollar en esos centros hemos podido preparar las obras”, dice la coreógrafa. Pero uno de los requisitos de esas salas municipales es que solo están dirigidas para un público amateur y no para el profesional.

En el salón de casa

El salón de la casa de Maitane se ha convertido en más de una ocasión en un improvisado escenario donde coordinar las diferentes coreografías y canciones que luego ha llevado por diferentes escenarios. Concretamente, los textos del tour teatralizado en el bus Bilbao City View, interpretado por Gurutze Beitia, Mitxel Santamaria e Iñaki Maruri comenzaron a gestarse en casa de la propia directora.

Pero tal y como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga. La propia Gurutze Beitia piensa que esta situación les lleva a convertir la necesidad en virtud. “No sabes cómo nos curtimos. Aprendes a actuar en espacios de grandes y en pequeños”, cuenta la polifacética artista que en alguna ocasión ha convocado al aire libre a sus compañeros de reparto para ensayar. “No es lo habitual, pero un día que hacía un día precioso en vez de quedarnos en casa nos subimos a Kobetamendi para leer los textos”.

Gurutze Beitia califica el proyecto puesto en marcha por Maitane de “maravilloso” porque es una forma de cubrir la falta de alternativas para el colectivo del que forma parte. “La nueva sala nos ofrece una alternativa interesante y supone, para quienes nos dedicamos a esta profesión un quebradero de cabeza menos. No tener dónde ensayar es un problema a no ser que estés dentro de un proyecto más amplio y el teatro habilite un espacio”, concluye la actriz.

El apunte

Necesidad. Los problemas para ensayar no lo tienen las grandes compañías que ya disponen de espacios donde preparar sus montajes. La necesidad de un espacio para poner en marcha el montaje les surge a las pequeñas compañías. En Bilbao sí hay espacios pero no están reservados para los profesionales, sino para un público amateur y semiprofesional. El Arriaga dispone de sus salas de ensayo para crear sus producciones propias.