En menos de una década, Álvaro Soler ha logrado ser n.º 1 en el Estado, Latinoamérica y varios países europeos con canciones pop de aires latinos como Sofía o El mismo sol. Este domingo llega a Bilbao, a Euskalduna Jauregia, para presentar su último disco, Magia, creado en pandemia, en una gira exclusiva denominada En tu piel que presenta su música en formato más íntimo. “Soy una persona muy normal, pero es cierto que el escenario te sientes como Spiderman o Batman, capaz de volar”, explica Soler en esta entrevista.

 Parece que fue ayer cuando hizo bailar a miles de personas con ‘Sofía’ o ‘El mismo sol’. ¿Cómo se ve hoy si se compara con aquel jovencito?

Veo que he cambiado bastante, incluso en la manera de cantar. Con el tiempo se va evolucionando. De hecho, a veces vídeos míos en YouTube y me digo que cómo pude grabar algunas cosas. Nadie me dijo nada. Es cierto que la vida es así, aprendizaje constante, pero hay gente que lo hace y madura en casa, y otros lo hemos hecho ante el espejo público. Y hay cosas que quedan ahí para la eternidad (risas).

¿Sueño cumplido, se ve ya asentado y maduro con tres discos?

Me veo bien, pero el número de discos tampoco dice mucho sobre el éxito o no de un músico. Depende de cada uno y, en mi caso, lo más importante son los conciertos. Este año estoy haciendo muchos, estoy a tope con la gira europea, que ha pasado ya con éxito por Alemania, Holanda, Chequia, Polonia… Al final, hemos vuelto aquí.

¿Ha analizado la razón de su éxito en diversos países europeos? No hay muchos precedentes, la mayoría buscan trascender en Latinoamérica.

Ahí estamos bastante solos, lo que es muy guay porque marcamos una tendencia, pero al ser casi pionero en este camino me asaltan las dudas sobre decisiones y prioridades. Estar solo lo hace divertido, como ver que en Frankfurt la gente canta mis canciones en castellano cuando no lo hablan. Es heavy.

¿Qué me dice de ‘Magia’, su disco más reciente? Es una oda a vivir el presente, por lo que nos puede pasar o volver a pasar.

Así es, cien por cien. Es un disco escrito en pandemia, un recopilatorio de aquel tiempo con alguna canción previa más. El tema que le da título lo representa bien, ya que habla de vivir el momento y la magia de las cosas esenciales y pequeñas que nos rodean en lugar de apostar por cumplir sueños enormes. Es un buen recordatorio en mi caso, para no perder la cabeza y tener los pies en el suelo.

No será fácil cuando sus canciones las corean miles de personas.

Es verdad, y eso cada noche. Al terminar los conciertos me voy solo a una zona con mi banda y lo veo todo como una película. Es como Spiderman o Batman, que cuando sales del cine te crees que puedes volar. Eso se pasa y comprendes cuál es la realidad, que eres alguien normal (risas).

¿Cómo lo pasó durante el confinamiento y el año posterior? ¿De qué manera repercutió en su trabajo?

En mi caso coincidió con un parón que pretendía hacer en 2020, ya que venía de muchas giras y viajes, y quería estar en casa y componer. Me fue bien por esa razón, por esa vida personal y familiar. Me ayudó a trabajar. La otra cara fue la cancelación de todos los festivales que tenía firmados, que estoy recuperando ahora. Este año sigue la sanación.

Canta que “la vida es una canción”. ¿Solo una?

Muchas, muchas… quiero decir que la vida puede ser muy larga o muy corta, según cómo se viva; o según el día. Y ahí están siempre las canciones, que son la banda sonora de nuestra vida, recuerdos o momentos con gente especial o la familia. Tengo muchas favoritas, pero hay una especial de Gloria Estefan titulada Con los años que me quedan. Me recuerda a mi familia y es la primera que canté, según me dijo mi madre. Tendría 7 u 8 años.

Ante los sonidos urbanos de moda, usted apuesta por el pop latino.

Sí, vengo de ahí… y de otros muchos sitios. Me gusta no tener límites porque a quien le gusta realmente la música no se queda con un álbum toda su vida. Lo bonito es dejarse influenciar por muchos estilos, según el tipo de emociones que vivas en cada momento. Lo mío es una mezcla, y trato de cambiar de estilos y terrenos en cada tema, de experimentar un poco.

Hábleme de esta gira, ‘En tu piel’. Se vende como intimista.

Quería hacer la gira más acústica, pero al final somos 7 músicos sobre el escenario. Diría que sí, es más íntima por el formato de los teatros y auditorios. Es muy exclusiva, y me acompaño de cellos, mandolinas flautas y gaitas colombianas. El concierto de Bilbao, una ciudad que me flipa por el humor de su gente, va a ser muy bonito.

¿Cómo recibe por el público temas como ‘El mismo sol’ sin tanto ritmo?

El ritmo estará, pero será distinto. No he dicho que no se pueda bailar en el concierto; se bailará, eso seguro. Conectaremos de otra manera, será un viaje divertido.