Leonardo Padura (La Habana, 1955) acaba de publicar la que es para él su novela “más policíaca y habanera”, Personas decentes (Tusquets), en la que la capital isleña es “casi un personaje más” que deja de ser un ente pasivo para convertirse en uno activo, a través de la mirada crítica del autor cubano. Una vez más, el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 se ha valido de la figura de su célebre personaje Mario Conde para “poder interpretar y reflejar la realidad cubana”.

Con ‘Personas decentes’ vuelve al género policíaco de la mano de su personaje más querido: el detective Mario Conde.

Es mi novela más policíaca porque hay varios crímenes, algo que tampoco es muy usual en mis otras novelas porque con un muerto me alcanza para escribir un libro (bromea). En Personas decentes relato dos historias que ocurren de forma paralela: una en 1908 y 1910 y tiene como epicentro el barrio de San Isidro de La Habana y como figura principal a un policía (Arturo Saborit), y su contraparte, mitad real y mitad ficción que es Alberto Yarini y Ponce de León, el proxeneta más famoso de la historia de Cuba, que tenía además aspiraciones políticas. No se sabe qué podía haber pasado con él si no hubiera muerto joven. Y la otra historia paralela transcurre en 2016, una época en la que sucedieron muchas cosas en Cuba, marcada por la expectativa de cambios. Fue el año de la visita del entonces presidente de Estados Unidos Barack Obama, del concierto de los Rolling Stones, del desfile de Chanel, de la apertura económica en el sector privado... Con la ayuda de un grupo de amigos, Mario Conde busca resolver el salvaje crimen de Reinaldo Quevedo, uno de los viejos represores culturales cubanos de los años 70. 

La define también como su novela más habanera...

En ella, queda reflejada La Habana en dos momentos de mucha ebullición en la ciudad. Con el personaje de Mario Conde hago una crónica íntima de le la vida contemporánea cubana, pero también aprovecho para moverme en distintos momentos históricos porque, como dice un personaje en el libro, el pasado no termina nunca. Y si conocemos nuestra historia, muchas veces entendemos el presente. Por eso hay esa mirada a diferentes hechos históricos, fundamentalmente de mi país.

¿Y cómo vivió Leonardo Padura la visita de Obama, lo que se ha llamado el ‘Deshielo’ cubano que puso patas arriba la isla? 

Todos lo vivimos con muchas esperanzas, pensábamos que las cosas podían mejorar. Fue un momento de distensión política entre Estados Unidos y Cuba y se pensaba que era un proceso que iba a profundizarse en los próximos años, que vendría un nuevo gobierno demócrata con Hillary Clinton, pero ganó las elecciones Donald Trump y desmontó todas las políticas de Obama, incluida la del acercamiento con Cuba. Terminó esa primavera feliz con un invierno oscuro con la llegada de Trump, que inmediatamente comenzó a tener una actitud diferente hacia mi país. Pero fue un momento de gran expectación en el que todo el mundo creía que las cosas podían cambiar, excepto el personaje de Mario Conde porque es un escéptico absoluto y sabía que aquello iba a pasar y no iba a ocurrir nada trascendente.

En Cuba todavía no se ha publicado la novela. Hay una copia pirata y mucha gente la está leyendo ya"

Mi personaje Mario Conde me ha servido para mirar la realidad de mi país a través de su perspectiva, que es cercana a la mía

Su personaje tiene muchas cosas en común con usted...

Sí, pero en esa novela estoy jugando con ventaja y se la he pasado a Mario Conde, y es que estoy viendo las cosas desde la perspectiva de lo que ocurrió y lo que está ocurriendo. Estoy viendo la situación que se está viviendo en Cuba completamente distinta a la de 2016, con muchísimas carencias no solo por el gobierno de Trump, sino también por la pandemia, la paralización del turismo, por toda una serie de medidas económicas bastante poco felices que se han aplicado, que han provocado esta terrible situación actual. Hay una altísima inflación, los salarios de la gente no alcanzan, no se sabe cómo se va a hacer para poder comer el mes completo... En fin, una situación, muy, muy compleja. El gobierno cubano trata de aplicar medidas para aliviar la situación pero siempre parece que está poniendo vendas a heridas que necesitan suturas. Y, no solo porque lo diga yo, que soy un ciudadano común y corriente, que si acaso lo que hace es escribir, sino porque lo dicen los economistas; hacen falta medidas más radicales para poder empezar a intentar cambiar la situación económica de Cuba.

¿Nunca ha pensado abandonar Cuba?

Sé que mi lugar en el mundo está en Cuba; tal vez si en algún momento, por alguna condición, situación o coyuntura tuviera que salir, tendría incluso la ventaja de tener doble ciudadanía. Desde 2010 tengo pasaporte español, me dieron esta ciudadanía por ese procedimiento honorífico que se llama carta de naturaleza. Pero para escribir necesito estar en Cuba, es el sitio que me alimenta, con su realidad, sus esperanzas, sus frustraciones, con sus maneras de entender la vida. Es la cultura a la que pertenezco y en la que he escrito y he trabajado toda mi vida.

Lleva 10 libros mirando a la realidad que le rodea a través de su personaje Mario Conde.

Me acompaña desde 1994, desde mi novela La transparencia del tiempo, que se publicó en una pequeñísima editorial en México. Es un policía de la literatura, más que de la realidad, como la mayoría de los personajes de las novelas policiales y, en cierta forma, por eso, es un antipolicía. En mis novelas tiene la misión de ser mis ojos, mi percepción de la realidad, mi sentimiento hacia comportamientos y actitudes de las personas, con esa gran melancolía que siempre le acompaña. Y con un grupo de amigos que le rodea y le complementa en su mirada de la realidad cubana. En la cuarta novela, deja la policía, sin dejar de protagonizar investigaciones criminales y tiene un credo en particular: ser fiel a sus amigos y a su conciencia. Ha sido un largo recorrido hasta ahora, en el que el personaje me ha ayudado a mirar y a hacer esa crónica íntima.

¿Y después de ‘Personas decentes’ ya tiene en mente otra nueva historia? 

Tengo dos o tres ideas que estoy pensando, siempre me gusta darme un tiempo entre novela y novela. Tal vez ahora haga algún trabajo para el cine, no está definido todavía, pero prefiero que entre libro y libro haya un tiempo porque tengo la experiencia de que si escribes inmediatamente una novela detrás de otra, de alguna forma sigues escribiendo la misma novela. Implica la creación de un mundo en el que tú te sumerges, en el que vives uno, dos o tres años y salir de ahí es un proceso para el que psicológicamente necesitas el paso del tiempo.

¿Seguirá en el futuro con Mario Conde o le va a dejar ya descansar?

Espero que haya más historias de Mario Conde, me aporta mucho para poder hacer literatura.

Está considerado como uno de los mejores escritores cubanos, pero ¿se siente igual de reconocido en su país?

Tengo las distinciones más importantes que puede tener un escritor allí; soy Premio Nacional de Literatura que se concede a una trayectoria, desde 2012; creo que fui el autor que lo obtuvo más joven, tenía entonces 56 años. He ganado muchas veces el premio de la crítica al mejor libro del año, tengo la medalla por la cultura nacional... Es decir, tengo los reconocimientos oficiales, pero no tiene que ver con la promoción y la divulgación de mi trabajo y actividades. Casi nunca salgo en la televisión, hacía como diez años que no lo hacía, no se me mencionaba, no salgo en los periódicos, ni en la radio, mis libros circulan poco y mal, pero tengo una enorme cantidad de lectores. Esta novela salió el 31 de agosto en España y un día más tarde, el 1 de septiembre, ya había una copia pirata circulando en Cuba. Muchísima gente me dice que la está leyendo, lo cual es en esencia lo más importante, aunque es lamentable que esos lectores tengan que acudir a vías alternativas para poder acceder a mis libros.

¿Quiere decir que todavía no hay fecha de publicación para ‘Personas decentes’ en Cuba?

No, incluso mi novela La transparencia del tiempo, que salió en 2019, está contratada pero no ha salido. Y la anterior, Como polvo en el viento, salió con una editorial que es de fuera de Cuba, aunque distribuye en mi país. Veremos por qué vías podemos hacer llegar Personas decentes a los lectores cubanos. l