En los últimos años más de un espectador se habrá extrañado al encontrar en la cartelera del cine la misma película que cómodamente podría ver desde el sofá de su casa a través de una plataforma de streaming. Esta simultaneidad de canales está afectando al número de asistentes a las salas, lo que ha provocado que los empresarios del cine se unan. “Pedimos una medida en defensa del cine, más aún en los tiempos que corren. Con la pandemia parece que vale todo. Hemos hecho la ventana en dos o tres semanas. Hay que regular el sector”, afirma Alfonso Benegas, presidente de la Asociación de Salas de Cine de Euskadi (EZAE), que se suma a la petición realizada ayer por la Federación de Cines de España (FECE), que ha trasladado al Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) la necesidad de establecer una ventana de exhibición de 100 días.

El sistema de ventanas de distribución se implantó en los años 80 con el objetivo de que una misma película no compitiera contra ella en diferentes canales para poder obtener el máximo de beneficios. Así, los exhibidores recuerdan que la Ley del Cine incluía una ventana de tres meses para las películas que habían recibido ayudas públicas, hasta que se derogo en el año 2015. “Hay una normativa, pero no es obligatoria. Queremos que se obligue, que se defienda al cine”, incide Benegas, quien considera que hay “un desmadre” porque hay películas que salen a la vez en el cine y en plataformas, con lo cual los espectadores no acuden a las salas.

En esa defensa, el presidente de EZAE pone un ejemplo reciente relacionado con el cine de animación. Por una parte, expone cómo Lightyear, película de Disney que se estrenó hace un mes, fue un fracaso en taquilla. “Los chavales saben que van a tenerla en una plataforma dentro de 30 o 40 días y, si no les llama la atención, esperan”, evidencia Benegas, consciente de que es difícil que “una familia de cinco o seis personas” acuda a las salas en esas condiciones. En cambio, expone el caso contrario de la última entrega de Minions: The Rise of Gru, que se ha estrenado con una ventana normal de 90 o 100 días sin la certeza de que después vaya a estar disponible en una plataforma. “Su éxito ha sido terrible y ha llenado las salas de cine”, asevera. En esa línea, la Federación de Cines de España expone que “las películas más taquilleras son las que se convierten en éxitos de ventas y audiencia en los canales posteriores”. Por ello, consideran “urgente y necesaria” la reordenación del sector.

En su alegato, los empresarios de las salas de cine evidencian la situación diametralmente opuesta de otros países como Francia, donde la ventana de distribución es de 15 meses. “Somos realistas y sabemos que una película no va a estar más de 100 días en un cine. Lo que solicitamos es una regulación y una garantía de que el cine se vea en el cine, y cuando ya no esté disponible en las salas, se pueda ver en otros canales”, indica Alfonso Benegas, quien en su argumentación emplea otros motivos: “Netflix, Amazon Prime o HBO no pagan impuestos en España. Los cines, en cambio, pagamos un 10% del precio de las entradas. No queremos estar pidiendo subvenciones toda la vida”, asevera Benegas, quien manifiesta que su otro caballo de batalla es recuperar al público de 40 a 60 años, el colectivo que menos a acudido a las salas de cine como consecuencia de la pandemia.