Un pastel sobre papel de Manuel Losada, que ilustra el que fue el edificio del Banco de Bilbao en la Plaza de San Nicolás durante El Sitio de 1874, da la bienvenida a la exposición que, precisamente, se emplaza en el palacio que lleva el nombre de la citada plaza. La muestra Analogías. Arte vasco en la Colección BBVA acoge una selección de 40 piezas de 30 artistas vascos o vinculados a Euskadi, de entre las más de 500 obras que pertenecen la entidad financiera que corresponden a esta descripción. A partir de mañana y hasta el 18 de septiembre la exhibición estará abierta al público, que podrá disfrutar, en algunos casos por primera vez, de obras de artistas como Aurelio Arteta, Ignacio Zuloaga, Jorge Oteiza o Eduardo Chillida, pero también de otros artistas contemporáneos como Darío Urzay, Ignacio García Ergüin, Marta Cárdenas o Mari Puri Herrero.

Hemos abordado el reto de comprimir 130 años en una exposición y, sin pretender ser exhaustivos, encontramos un rico elenco de artistas, estilos, materiales y soportes”, ha asegurado este martes María Luisa Barrio, responsable del departamento de Patrimonio Histórico Artístico de BBVA, durante una rueda de prensa que ha contado con la presencia de los artistas Juan Ramón Luzuriaga y Mari Puri Herrero, recientemente galardonada con el premio Gure Artea. De esa forma, el visitante podrá realizar un paseo artístico desde la pintura regionalista, propia de la segunda mitad del siglo XIX, hasta los movimientos surgidos en la última década del siglo XX. Según ha indicado Barrio, la muestra, emplazada en el Palacio San Nicolás, “permite ampliar el círculo artístico de Bilbao hacia el Casco Viejo, siendo un eje más del Guggenheim, del Museo de Bellas Arte y de la Sala Rekalde”. 

SIETE SECCIONES DIFERENCIADAS

La exhibición se estructura en siete secciones diferenciadas comenzando por la pintura regionalista que surge en las primeras décadas del siglo XIX. Obras de Valentín Zubiaurre, Manuel Losada, José Arrúe o Anselmo Guinea componen este apartado centrado en la identidad del pueblo. La exposición continúa con la configuración de la modernidad, datada durante el cambio de siglo del XIX al XX, con obras de Francisco Iturrino, Ignacio Zuloaga o Darío de Regoyos. Destaca en esta sección Descargadoras de carbón en la ría (1923), de Aurelio Arteta.

'Descargadoras de carbón en la ría', de 1923, de Aurelio Arteta. DAVID MECHA

Como continuación del capítulo anterior, desde los años 20 hasta los 50, se exponen a aquellos artistas que recuperaron los temas vascos bajo la impronta de una estética renovada. Gracias a Daniel Vázquez Díaz, creadores locales como José María de Ucelay –de quien se podrá ver el impresionante Danzas suletinas (1956), que el año pasado formó parte de la muestra Bilbao y la pintura del Museo Guggenheim–, Gaspar Montes Iturrioz y Menchu Gal configuran un nuevo lenguaje. 

El grabado Aundi II (1970), de Eduardo Chillida, destaca en la sección dedicada a los inicios de la abstracción desarrollada a lo largo de los años 50, cuando bajo la influencia del informalismo y del expresionismo abstracto, los artistas vascos se desvincularon de la figuración. La escultura Fraile franciscano (1952), de Jorge Oteiza, también se engloba en esta sección que incluye algunas litografías de Gonzalo Chillida. En contraposición, se muestra la nueva figuración surgida en los años 60,70 y 80, de la mano de artistas como Jesús Mari Lazkano o Juan Ramón Luzuriaga. 

La obra 'Aundi II', de Eduardo Chillida, datada en 1970. DAVID MECHA RODRIGUEZ

Completan la muestra el pluralismo moderno de las últimas décadas del siglo XX que, en paralelo a la figuración, dan continuidad a la abstracción. Pintores como Carmelo Ortiz de Elgea, Bonifacio Alonso o Darío Villalva aportan nuevos lenguajes sin formar movimientos concretos bajo el influjo del arte pop, el minimalismo y el arte conceptual. Finaliza la muestra la sección dedicada al paisaje no figurativo, en la que se apuesta por una pintura esencialmente lírica. Marta Cárdenas, Ignacio García Ergüin o Mari Puri Herrero son representantes de este apartado en el que se muestra Super Skin I y II (1990) del artista bilbaino Darío Urzay.

VOLUNTAD DE QUE ITINERE

A juicio de Elisa Dorronsoro, directora de Banca Privada de la Territorial Norte de BBVA, la muestra pretende “poner de manifiesto la importancia que ha tenido la creación artística en nuestra tierra a lo largo del tiempo y, por otro lado, pretende poner en valor la labor de mecenazgo llevada a cabo por el mismo banco desde su nacimiento”. Según ha aseverado Desirée Granda, directora global de Inmuebles y Servicios de BBVA, “la iniciativa se engloba dentro de la apuesta de BBVA por la cultura, ya que el desarrollo del arte como de la cultura contribuyen al desarrollo de las personas y de las sociedades”. 

Se trata de la segunda exposición que acoge la histórica sede de la entidad financiera tras retomar su actividad artística el pasado marzo después de una década. Está previsto que la primera muestra que presentaron, Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario, viaje a partir de septiembre hasta el Real Jardín Botánico de Madrid. El mismo destino esperan que tenga la exposición centrada en el arte vasco. “Nos gustaría que itineren en la medida de lo posible”, han apuntado.