Cuando Puccini compuso Madama Butterfly estaba rodeado de mucho dolor tanto personal como familiar. Los tres años que duró no estuvieron exentos de vicisitudes. No ayudaron tampoco los problemas con Elvira, su mujer, ni los sucesivos desencuentros con los libretistas, Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, y con su editor, Giulio Ricordi.

Quizás, por todo ello, creó la más apasionante, dolorosa, trágica y potente historia de amor jamás contada, que se convirtió en una de sus óperas favoritas y en la de muchos aficionados a la lírica. ABAO Bilbao Opera la ha representado 10 veces a lo largo de su historia, la primera vez en 1953 y la última, en 2015 y ahora se volverá a subir al escenario una nueva producción para cerrar su 70º temporada. “Es una oportunidad excelente para los que se inician en el mundo de la ópera, además mucha gente no la habrá visto y quien lo haya hecho podrá volver a disfrutarla”, según ha explicado el presidente de la asociación de amigos de la ópera bilbaina, Juan Carlos Matellanes.

Con el patrocinio de la Fundación BBVA, se ofrecerán cinco funciones entre los día 21 y 30 de mayo de esta “gran ópera de las óperas”, una tragedia de amor que destaca por su intensidad dramática y por contener algunas de las arias más bellas y conocidas de la historia de la lírica. El personaje principal de la joven geisha Cio-Cio-San estará representado por la soprano lírica María Agresta. El director artístico Cesidio Niño ha recalcado que está pensado para una soprano que esté “en plenas facultades”, razón por la que ABAO ha elegido la “suntuosa voz” de esta cantante italiana para interpretar a este personaje exhausto y el más largo de todas las óperas que compuso Puccini”.

Cesidio Niño ha explicado que se han valorado varias producciones hasta que se optó por esta coproducción del teatro de Modena, que no es nueva, pero está realizada con ritmo cuasi cinematográfico, mediante el movimiento y juego constante de 32 puertas en el escenario en las que se refleja el paisaje japonés y el sentimiento interior del personaje.

El maestro húngaro Henrik Nánási dirige esta obra por duodécima vez, aunque debuta en ABAO dirigiendo a la Sinfónica de Bilbao en una partitura de gran riqueza instrumental en la que se mezclan temas tradicionales de oriente y occidente. "La gran dificultad de esta ópera es mostrar los colores orquestales y vocales de los dos mundos. Independientemente, nos tenemos que quedar con el mundo de las emociones ”, asegura Nánási, quien ha destacado el dramatismo de la escena final.

El director de escena Stefano Monti ha afirmado que la obra nació en un momento en el que el mundo de Japón estaba cambiando. "Puccini quiso dar a Madama Butterfly un ritmo teatral”, asegura.

En el escenario cobran fuerza los elementos simbólicos, la iluminación entre penumbras y una puesta en escena donde se impone el rico vestuario y el maquillaje.

Las representaciones tendrán lugar los días 21, 24, 27, 28 y 30 de mayo y las de los sábados 21 y 28 darán comienzo a las 19:00 horas. El resto de días empezará a las 19:30 horas.

El día 28 será la función del programa Opera Berri con el dúo protagonista encarnado por los jóvenes cantantes Carmen Solís y Javier Tomé, y con las entradas al 50 % de su precio habitual con el objetivo de animar “la vuelta del público”, tal y como ha señalado Juan Carlos Matellanes.

Tragedia romántica

La ópera, la sexta más representada del mundo, es una tragedia romántica en la que la protagonista es abandonada por el amor de su vida, tiene un hijo suyo, espera a su amante con paciencia infinita y, finalmente, la realidad más cruda se le presenta en el momento menos esperado. Él vuelve, pero casado y con una mujer de su país, con la intención de llevarse al niño. Esto, unido a la sentimentalidad propia de las óperas y a la tendencia a los finales infelices, provoca tal dolor a Cio Cio San que opta por quitarse la vida.

El otro personaje principal, el egoísta capitán Pinkerton, está interpretado por el tenor Sergio Escobar. cuenta también con Carmen Artaza y Damián del Castillo en los principales roles protagonistas.

El Coro de Ópera de Bilbao, dirigido por Boris Dujin, pone voz a la singular pieza coral “bocca chiusa” uno de los momentos más mágicos y melancólicos de la ópera, completando este apartado.