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El BBVA muestra 40 obras de carga espiritual en Bilbao

La entidad financiera recupera el Palacio de San Nicolás como espacio expositivo tras una década para exhibir una pequeña parte de las más de 9.000 piezas de su fondo

El BBVA muestra 40 obras de carga espiritual en BilbaoJosé Mari Martínez

Un pequeño repertorio de cuarenta obras que ahondan en el concepto de la espiritualidad, procedente de las más de 9.000 piezas de nivel museístico que alberga la Colección BBVA, compone la exposición que desde hoy se muestra en el Palacio de San Nicolás. Con este encuentro entre la colección de arte antiguo y las creaciones de artistas más contemporáneos, la entidad recupera su emblemática sede bilbaina como espacio expositivo tras una pausa de una década.

El comisario Alfonso de la Torre propone un recorrido que va desde las imágenes religiosas de Luis Vélez del siglo XVI hasta una videoinstalación de Bill Viola, pasando por abstractos como Palazuelo o Zóbel. La exhibición Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario podrá verse hasta el 5 de junio con acceso gratuito.

La muestra busca poner de manifiesto la importancia de la espiritualidad en la creación artística a lo largo del tiempo, pero no es cronológica, sino que se distribuye a través de cuatro capítulos en los que podrán verse en diálogo obras realizadas con 400 años de diferencia.

CUATRO CAPÍTULOS

El punto de partida es el siglo XX con una de las cajas metafísicas de Jorge Oteiza, con su misterioso centro oculto. Esta sección incluye obras cuya indagación del origen de la espiritualidad se plasma mediante espirales, círculos o un haz luminosos, como las fibras ópticas de Estelar de Pablo Armesto.

La segunda sección acoge creaciones relativas al cielo y sus equivalentes simbólicos y también las que ilustran los contrarios, la muerte y la desolación, temas presenten en obras de David Teniers, Ouka Lele, el surrealista Yves Tanguy o el lanzaroteño César Manrique.

Manifestaciones de lo sobrenatural como éxtasis, milagros o apariciones se reflejan en la tercera sección, que cuenta con las obras de videoarte de Bill Viola o el clásico Resurreción del siglo XVI de Luis Vélez como principales representantes. Además, se pueden contemplar piezas que relatan una conexión más común con lo divino, como un altar privado de Juan de Soreda o la escultura de Mar Solís.

La última parte resalta la vacuidad de la vida y la relevancia de la muerte, es decir, la conocida como vanitas en el arte, con calaveras de Joaquín Sorolla o Marina Abramovic, una de las mayores exponentes del performance, en diálogo con piezas de Miquel Barceló o Manuel Fanquelo. Se complementa con paisajes espectrales de Karl Eugen Körner o Juan Carlos Savater.

MUSEO DE MUSEOS

Esta colección es casi un museo de museos, no solo como repertorio sino por la existencia de ciertos nombres”, ha asegurado el comisario de la muestra durante la presentación de esta “cuidada” selección de los fondos de la entidad financiera. Según ha aseverado, muchas de esas piezas están expuestas en el edificio central de Madrid, conocido como la La Vela, aunque a menudo se realizan préstamos de las obras.

Su sede patrimonial custodia y conserva con mimo un impresionante núcleo de obras que componen la suerte de reservorio de nuestro tiempo”, ha añadido antes de recordar “el papel público que han tenido las instituciones privadas” en momentos en los que la labor museística no se ha impulsado lo suficiente, “en la década de los 70 u 80”.

En ese sentido, Carlos Casas, director global de Talento y Cultura de BBVA, además de asegurar que la muestra “refleja la riqueza y variedad de la colección”, ha considerado que, como agente social, es responsabilidad de BBVA “compartirlo con todas las personas”.

De hecho, María Luisa Barrio, responsable de patrimonio histórico-artístico de BBVA, ha confesado que la intención es “que la exposición gire, para poner al alcance del mayor número de personas posibles esta joyita”, ya que consideran “que puede tener mucho interés también en otras ciudades”.