Síguenos en redes sociales:

Pianista de Marlango

Alejandro Pelayo: "La libertad es un privilegio de la música, el mejor plan es no tener ninguno"

Alejandro Pelayo: "La libertad es un privilegio de la música, el mejor plan es no tener ninguno"

Tras protagonizar las series Nasrobia y La templanza, y mientras llega la filmación de una película tras el verano, la actriz y cantante Leonor Watling se ha vuelto a unir al pianista Alejandro Pelayo para resucitar Marlango con una gira de celebración de sus primeros 15 años de vida. El grupo, en formato de trío, llega hoy a Getxo, al centro Muxikebarri. "Tenemos un formato muy fácil de poner el marcha. Hacemos guerra de guerrillas y no hay escenario en el que no estemos felices", dice Pelayo."Tenemos el mejor trabajo del mundo", me comentó al editarse 'Technicolor'. ¿Qué se siente y cómo se vive al perderlo durante casi dos años?

—No se perdió nada más que el escenario, que no es poco, pero escribir música, tocar el piano, terminar una canción y grabarla, eso no lo dejamos de hacer en ningún momento.

'Poco a poco (la pena se va)' titularon una canción. Y vuelven a la carretera. No hay calor que abrigue algo así, ¿verdad?

—Hemos ido tocando de a poco desde que terminó el confinamiento porque tenemos un formato muy fácil de poner en marcha. Hacemos guerra de guerrillas y no hay escenario donde no estemos felices.

La gira se titula 'Si preguntas por ahí'. ¿Qué esconde el nombre?

—Es el título de una canción todavía inédita que escribimos a partir de una letra de Ray Loriga y que ha provocado un montón de cosas nuevas. Esta gira arranca gracias a esa canción.

La gira era para 2020, para celebrar sus primeros 15 años de vida. Se aprecian muchos cambios: idioma, instrumentación, estilos... ¿Cómo se ven, más maduros y sabios?

—Más maduros sí, seguro... Cada etapa ha tenido lo suyo y a medida que pasa el tiempo los recuerdos se dulcifican. Cuando empezamos éramos un manojo de nervios, inconsciencia e inseguridades, ahora disfrutamos cada parte del proceso agradecidos porque sabemos el regalo que es.

Marlango gusta de explotar los silencios, jugar con ellos con la voz y el piano. ¿Saber parar o no tocar una nota de más es un triunfo?

—El silencio es un elemento fundamental en la música y en la vida. Nos gusta utilizarlo para subrayar antes o después de los estribillos las partes de la letra que son importantes en la canción, y para generar los espacios por donde respira esta.

Vienen con solo una canción nueva, 'La cruda', grabada en pandemia y creada cada uno por su lado. ¿Cómo lo hicieron?

—Sin darnos mucha cuenta de que estábamos haciendo una canción... Aquellos días de confinamiento hubo muchas tardes para aburrirse y nos mandábamos ideas.

Parece un cruce de Tom Waits (con guitarra a lo Marc Ribot) y una ranchera de José Alfredo Jiménez. Ese desamor ("ya no puedo más") parece una metáfora de estos tiempos.

—Sí, hay algo de todo eso en ella, y también la desgana que lo inunda a veces todo. Pero también es un juego de amante despechado o simplemente un amanecer con resaca.

Serían dos temas nuevos si contamos 'Una y otra vez', compartida con Guille Galván (Vetusta Morla), incluida en la serie 'Ana Tramel', con Maribel Verdú.

—Hay alguna otra. Siempre tenemos canciones sin terminar incordiando, y Guille ha sido muy generoso con nosotros y nos está ayudando mucho y de muchas maneras distintas. Es uno de los mejores compañeros con quién te puedes juntar a escribir o a terminar una canción.

¿Qué sonará y cómo en Getxo? Vienen en formato de trío, con Tony Molina a los vientos.

—La idea de esta gira y de este formato es volver a buscar un sonido y construirlo en el escenario. Y con el repertorio también queríamos empezar desde otro sitio. Vamos a tocar canciones de todos los discos, de las menos habituales y nuevas.

Hablemos del porvenir. ¿Hay ya canciones para la continuidad de 'Technicolor'?

—Los discos están cuando ellos quieren, y el nuevo también se está cocinando despacio. No tenemos prisa.

¿Qué aire tienen esos temas nuevos? Las últimas fueron muy cinematográficas y cada vez más libres en instrumentación y estilos. Prejuicios cero, imagino.

—Eso es, que las canciones decidan y nosotros iremos detrás. La libertad es un privilegio de nuestro oficio y sería una pena no aprovecharla. El mejor plan es no tener ninguno. Tenemos ganas de hacer algo más experimental. Tal vez acabemos grabando un disco de trozos de canciones incompletas, canciones sin terminar...