Mi hijo sólo camina un poco más lento es un retrato de una familia afectada por la enfermedadMi hijo sólo camina un poco más lento de uno de sus miembros o simplemente por el fugaz paso del tiempo.

Del dramaturgo Ivor Martinic, cuidadosamente dirigida y mimada por Fernando Bernués, y con actuaciones de un elenco de nivel formado por los actores y actrices Miren Arrieta, Klara Badiola, Mireia Gabilondo, Asier Hernández, Ander Iruretagoiana, Xabi (Jabato) López, María Redondo, Martxelo Rubio, Jose Ramón Soroiz y Dorleta Urretabizkaia esta pieza tiene la capacidad de hacer llorar y al instante golpea al espectador, removiéndole las entrañas por situaciones cotidianas que se dan en la vida. Miedos, incertidumbre, enfermedades, la envidia... una montaña rusa de emociones que van y vienen a medida que se desarrolla la obra. "Lo bueno es que engancha desde el minuto uno porque el texto es mágnifico y los actores lo bordan", concreta Bernués.

En la obra Mia, encarnado por la actriz Mireia Gabilondo, es una mujer que se enfrenta entre otras cosas a la enfermedad degenerativa de Branko, su hijo mayor. Ella se encarga de asumir el cuidado de su hijo y de su madre, que parece una enfermedad mental. Las historias y los personajes fluyen en torno al cumpleaños de Branko. Esa fiesta es el detonante para hablar, con humor, sencillez y una sinceridad abrumadora, de todo lo que alguna vez nos ha importado: la familia, el paso del tiempo, la aceptación del que es diferente, de la vejez, de la juventud, la belleza, la soledad, en definitiva, como resume el propio Bernués, de las pequeña cosas de la vida.

EL TEXTO EN BUENOS AIRES

La nueva producción de la compañía Tanttaka afronta esta obra como un reto en una situación que sin duda, describe su director como compleja y excepcional derivada de los problemas de la pandemia: "Son muchos actores en escena y vamos a cruzar los dedos de que vayamos sorteando el virus", ha dicho Fernando Bernués.

El veterano director de teatro ha relatado cómo descubrieron el texto hace cinco años en Buenos Aires. "Nos quedamos muertos cuando vimos la obra. Nos enganchó y en aquel momento ya planteamos traerlo para Euskadi", ha confesado. No fue hasta hace dos años cuando Bernués se puso en contacto con el autor del texto, el croata Ivo Martinic, para mostrarle su interés. "Nos dijo que no éramos los primeros que nos habíamos interesado por este texto, pero que no había salido adelante".

Aunque a primera vista puede resultar una obra sencilla, solo es necesario pararse a analizar los detalles que le dan forma, como la historia en sí, (formada de muchas pequeñas vivencias); la propia escenografía se desarrolla en la casa familiar, con los personajes en planos diferentes: "La función necesita algo esencial por eso nunca pensé en recrear algo más constructivo, que más insinuada. Había dos cosas que me interesaban mucho, por un lado dar presencia a segundos planos, es decir mientras que las escenas se producían, que la cotidianidad estuviera también presente con detalles. Intento en todo momento dar la información suficiente y diferenciar los distintos espacios", ha afirmado el director.

La obra se estrena este viernes en euskera en el Teatro Arriaga a las 19.30 horas y el sábado y domingo, a las 19.00 horas en castellano. Hasta el momento la compañía ya ha cerrado una treintena de teatros por todo Euskadi en el que se podrán ver este montaje. "Estamos muy contentos con el comienzo, y más teniendo en cuenta cómo está la situación en estos momentos", concluye Bernués.