Vetusta Morla se afianza con la banda de pop-rock alternativo estatal más exitosa de la última década con Cable a tierra (Pequeño Salto Mortal. Sony), su sexto disco, recién publicado y ya número uno en listas de ventas. Los madrileños, que indagan en el álbum en la música folclórica estatal y latinoamericana, lo presentarán el 3 de junio en el Bilbao Arena, con entradas a la venta desde mañana en su página web.La banda vive un periodo de hiperactividad, ya que ha coincidido la edición de su nuevo disco y la de la banda sonora de la película La hija, que firman los madrileños. “Habría que sumar también el fin de una pequeña gira que hicimos para ayudar a nuestro equipo técnico, que estuvo un año sin trabajar por la pandemia. La banda sonora la hicimos en verano y justo después empezamos con Cable a tierra”, indica su batería, David Indio García.

“A excepción de la canción central de la película, Reina de las trincheras, el resto son pasajes instrumentales, con alguna voz puntual, que trabajan a favor de la imagen y la historia que se cuenta a través de la generación de texturas y sensaciones. Nos hemos sentido cómodos estando al servicio de otra obra y aprendido cosas que hemos aplicado en el disco nuevo, como la manipulación electrónica y el sampleo de sonidos, de instrumentos a el ruido de ríos o pisadas. Ha sido inspirador y estimulante”, prosigue el batería.

El resultado de Cable a tierra está marcado por un cambio en el proceso de composición, ya que Guille y Juanma llevaron las canciones a la banda en “un punto más evolucionado de lo habitual”, indica García. “En el pasado se construían con más peso de todos y, por ello, hemos llegado a lugares diferentes y un sonido nuevo”, reconoce.

El resultado es que Vetusta Morla lo ha vuelto a hacer, a plantearse “nuevos retos y caminos” en su discografía. “En cuanto a lo estilístico, hemos tomado como gran influencia la música tradicional. Al empezar a componer, en enero, afloraron elementos que tenían que ver con ella y tiramos de ese camino”, explica el batería, que reconoce que la génesis de estos nuevos aires proviene de la investigación realizada por la banda en “el mundo de la música tradicional de la Península Ibérica”, motivada por el encuentro con músicos, artistas y luthieres. “Entramos en una música olvidada durante años, al menos en nuestro caso, que hemos crecido en un entorno urbano y dado la espalda a lo rural y al pasado. A parte de nuestra raíces, incluso”, reconoce.

Fruto de esa búsqueda desprejuciada, Cable a tierra indaga también en el folclore latinoamericano. “Es algo necesario en tiempos donde manda lo global, que también tiene sus cosas negativas. Es una búsqueda de lo local tras la pandemia, donde nos hemos dado cuenta de quiénes somos y de dónde venimos”, apostilla.

Sello propio

“Nuestro folclore está formado por The Beatles y la música anglosajona, pero también por la música latina y los sonidos tradicionales rurales. Creo que esas notas de folk enriquecen la propuesta, nos inspiran y permiten aprender nuevas formas de componer y hasta de tocar instrumentos novedosos”, explica el batería de Vetusta Morla, que defiende que su nuevo disco tiene el sello musical propio del grupo, entre el pop, el rock y la electrónica. “Aunque no quisiéramos mantener nuestra esencia, al participar todos, siempre acabamos sonando a Vetusta”, aclara.

El álbum, ya número uno, está producido por Campi Campón y remezclado por el prestigioso Dave Friedman, y en sus letras se cuelan algoritmos, divanes de psicólogos, abogados, cataclismos y puñaladas traperas. “La lucha generacional está presente en el disco y en la vida, de lo musical a lo vital. Vemos el futuro gris y con recelo y preocupación. También aparecen letras relacionadas con lo social”, en el caso de La diana, o con “la libertad de expresión”, en Palabra es lo único que tengo. “Las canciones acompañan a nuestros sentimientos y estados de ánimo, y pueden alegrar o entristecer. Es el poder de la música”, indica el batería. “Al acabar, con el tema El final de la escapada, expresamos el deseo de que la música perdure y que la podamos disfrutar. Es un mensaje vitalista y adecuado; al final queda la música, que es nuestro legado”, indica.

“Al crecer en un entorno urbano hemos dado la espalda a lo rural y al pasado, y también a parte de nuestras raíces”

“A pesar de la influencia del folclore, somos un grupo de pop y rock; mantenemos la esencia”

Batería de Vetusta Morla