Ha sido un día especial para el Bellas Artes de Bilbao, un momento de reencuentros. El Guernica hasta el museo bilbaino, pero esta vez es un viaje solo de ida. El mural se expone desde este lunes al público en la Sala 32 de la pinacoteca, un lugar que ya lo acogió en el año 1977 y en 1979. Tras un breve paso por una exposición en Barakaldo y en Sestao, la obra de Agustín Ibarrola ha permanecido 42 años en el estudio que el creador tiene en su caserío en Gametxo "en silencio", tal y como indicó el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza.
Tan solo queda un imagen, publicada en este periódico en 1977 que se presenta en la exposición, testigo de aquella época, de su paso por el museo bilbaino. Una exposición ha sido presentada por Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao y presidente del Patronato de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao; Fernando García Sánchez, presidente de la Fundación Iberdrola España, José Ibarrola, artista, hijo del artista, Miriam Alzuri, conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo; Mikel Urizar, jefe de Archivo y Documentación; y Miguel Zugaza, director del museo.
REIVINDICACIÓN
"El impresionante mural reúne muchos elementos de interés, en primer lugar, su carácter emblemático dentro del arte vasco, además hay que resaltar el papel que tiene este cuadro en la historia del museo, en un increíble viaje", resalta Juan Mari Aburto. Además, Aburto ha hecho un especial reconocimiento a la figura de Agustín Ibarrola, "un creador comprometido, no es un artista neutro, el compromiso está presente a lo largo de su vida y su trayectoria. Ha hecho realidad las aspiraciones de un arte capaz de denunciar la falta de libertades, las injusticias sociales y de volver la mirada hacia lo más humildes, devolviéndonos la poética de la naturaleza del bosque o del mar. Un arte capaz de conectar con nuestra historia y nuestras raíces. El cuadro es también una reivindicación de ese horror de la guerra que pintó Picasso fuera destinado a ser expuesto en Gernika"
Guernica, Gernikara fue pintado porGuernica, Gernikara Ibarrola en 1977, cuando encabezó un movimiento de intelectuales y artistas vascos que pedían que el cuadro de Picasso se instalara en el País Vasco y no en Madrid. Hace tan solo un año el galerista madrileño José de la Mano, que preparaba una muestra del artista vasco, observó en un viejo catálogo aquella posible versión. Habló con la familia y supo que había estado durante décadas en el caserío familiar.
En su stand para el 40ª aniversario de la pasada edición de ARCO, José de la Mano apostó por esta obra cuando se cumplen, también, 40 años del regreso de la pintura de Picasso a España.
La pieza fue adquirida por el Museo de Bellas Artes de Bilbao por 300.000 euros gracias a una aportación extraordinaria de las tres instituciones fundadoras del centro: Gobierno vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao.
Según ha reconocido el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza, "la obra de gran formato encajará perfectamente en los nuevos espacios con que va a contar el Museo bilbaino", inmerso en un proceso de ampliación que le permitirá disponer de salas de dimensiones suficientes para poder mostrarlo "en el lugar de honor que se merece una pintura tan importante como esta".
Zugaza también anunció que con motivo del inicio de las obras de la primera fase de la ampliación del museo, el edificio antiguo no habrá actividad y toda la actividad expositiva y pública se concentrará en el edificio moderno. Durante este periodo, la entrada al museo será gratuita