2020 fue un año horrible para el tenor Mikeldi Atxalandabaso. Como para casi todos. De repente, la pandemia frenó su meteórica carrera profesional cuando mayor proyección internacional estaba alcanzando. El confinamiento supuso un frenazo en seco para la cultura. “Tendría que haber cantado Pagliacci en Londres en marzo y abril del año pasado, pero no pudo ser. También falló Salzburgo y mi actuación en La Monnaie de Bruselas. Era el año internacional más importante de mi carrera, mi momento cumbre, y al final fue el de las cancelaciones. Hubiera sido un año de ensueño, no es habitual esta proyección internacional para un cantante que ha desarrollado una carrera como tenor característico. A veces, el aficionado no valora este tipo de papeles, que son tan importantes como los roles principales”, confiesa el tenor bilbaino, que reside en la actualidad en Getxo.Afortunadamente, Mikeldi Atxalandabaso ha podido retomar algunos de los proyectos. El tenor vasco, que interpretó en el Teatro Real el papel de Spoletta de Tosca el pasado mes de julio junto a Anna Netrebko y Luca Salsi, volvió ayer a subirse al escenario del legendario Festival de Salzburgo para cantar la célebre ópera de Puccini, bajo la dirección musical de Marco Armiliato, con un reparto en el que también están Anna Netrebko, Yusif Eyvazov, Ludovic Tézier, Michael Mofidian, Matteo Peirone, Rupert Grössinger y Alexander Köpeczi.

inicios en la coral

Un papel que domina a la perfección y que acaba de interpretar 16 veces en el Real y una vez en Perelada. “Es un poco el malo-malote de la obra, junto a Scarpia, que es el gran malo; soy uno de los secuaces de Scarpia en esta ópera”, describe este tenor, que como muchos otros grandes cantantes que han surgido en Bilbao, comenzó en la cantera lírica de la Sociedad Coral. “De pequeño escuché por primera vez a los tunos, pero no fui a la Universidad, así que no pude cantar en una tuna. Cuando tenía 19 años me metí en la Coral de Bilbao, allí empezó mi historial como cantante y solista. Durante mis comienzos me ofrecieron los primeros solos como fueron Aita Gurea de Madina, en la Iglesia de Indautxu”, explica Atxalandabaso. A raíz de ahí empezó una carrera en la ABAO y en Oviedo. En 2008 llegó el Pescador de Guillaume Tell en A Coruña con Alberto Zedda, un papel importante que repitió en Ámsterdam (2013) abriéndose una carrera internacional.

También ha participado en el proyecto impulsado por la Sociedad Coral de recuperación de la ópera Maitena junto a la BOS o en el estreno absoluto de la versión de Mendi-Mendiyan producida por el Teatro Arriaga.

¿Qué perspectivas tiene para el futuro? “Tengo que dar gracias por tener ahora trabajo este año y el que viene; voy viviendo el presente. El futuro no se puede planear”, confiesa. Tras Salzburgo, en su agenda destacan sus actuaciones en Gran Teatre del Liceu, Ópera de Monte Carlo, ABAO o Teatro Real. Y un concierto que le hace mucha ilusión: el estreno de la obra de otro bilbaino, el compositor Luis de Pablo, junto a un elenco de cantantes españoles en el Real de Madrid.

“2020 fue el de las cancelaciones. Ahora, estoy retomando algunos proyectos”

Tenor