El Euskal Museoa ha presentado su proyecto de renovación integral y definitivo de la mano del estudio Vaíllo-Irigaray y JMASOC. El proyecto recoge la apuesta arquitectónica y museográfica Eko Nekta, que propone una experiencia basada en la inmersión. También un discurso que adquiere la metáfora museológica Aretz bizia. Un único plan y no dos por separado, lo que en palabras de los arquitectos, evitará un choque visual y dotará de una identidad totalmente integrada al museo. El resultado esperado son 6.400 metros cuadrados de puesta en valor de la cultura vasca, un 38% más respecto al espacio del presente.

Junto al equipo de arquitectos Antonio Vaíllo y José Luis Irigay, y al también museógrafo Jesús Moreno, han estado presentes Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, Sorkunde Aiarza, directora y coordinadora del Museo Vasco y Lorea Bilbao, diputada de Euskera, Cultura y Deporte. Se han congregado para hacer público el plan para la institución en una fecha señalada, pues este mes se cumplen 100 años de la inauguración del Museo Etnográfico y del Museo Arqueológico, que data del 3 de julio de 1921. Entonces ambos museos compartían espacio, pero con diferente titularidad.

PROYECTO EKO NEKTA

EKO NEKTA

"En 2023 abriremos las puertas de un museo moderno, de vanguardia, a la altura de la cultura internacional. El museo que Euskadi se merece", ha subrayado el alcalde de la villa de Bilbao. En 2023 se culminará el reto que ha supuesto y está suponiendo para el equipo arquitectónico y museográfico. "Es un trabajo difícil, pero es un premio. Lo haremos con mucho cariño", ha comentado Antonio Vaíllo, reconocido por su desempeño en el Estadio del Sadar o el Museo del Athletic Club de Bilbao.

Con Eko Nekta se pretende una "intervención decisiva" para poner en valor y dar a conocer al mundo el patrimonio cultural vasco. Sin olvidarse, claro, del "uso y disfrute ciudadano" de la colección. Es fundamental para el museo la presencia del euskera, su evolución y su vitalidad. Así lo ha explicado Aiarza: "Queremos que todos los visitantes, también los internacionales, encuentren en el Museo Vasco la historia de nuestra lengua, del euskera". En palabras de la directora, el proyecto busca convertir el espacio en una referencia mundial que sirva de ventana para contemplar la cultura vasca, "nuestra cultura, con orgullo, mucho orgullo, pero sin prepotencia", ha añadido.

Exteriormente destaca la conexión de las cubiertas para unificar los tres grandes volúmenes-edificios del Euskal Museoa, ubicado en el Casco Viejo de Bilbao. Para ello, se potenciará la conexión en planta baja mediante un gran corredor iluminado a través del patio y se reforzarán la comunicación de cada edificio.

EL CLAUSTRO

El Museo Vasco posee 50.000 objetos en su colección. Desde 1962 es Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional. Tras la presentación de hasta nueve propuestas, el equipo de expertos decidió apostar por el proyecto conjunto de los estudios Vaíllo-Irigay y JMASOC.

Para encontrar el gérmen del nacimiento de la institución, primero hemos de reparar en "el corazón": el claustro. En el siglo XVII el museo no era museo, sino un colegio y una iglesia que componían la primera fundación de los Jesuítas en la villa. Ahí hay un primer obstáculo. Deben dar con la piedra angular que fusione lo que antes fue un lugar fragmentado. "Una de las claves es la conexión entre edificios de diferentes facturas, niveles y esencias", ha expuesto el arquitecto Antonio Vaíllo.

Para esa integración total, ese claustro, el "corazón" del Euskal Museoa, se convierte en cofre y llave, porque permite componer una única unidad y establecer un punto por el que pasear y encontrarse con la tradición: "Queremos que este sea un espacio vivo donde la gente interactúe con el museo". Los arcos y arcadas que componen el cuadrado están franqueados por cristaleras. La iluminación, según Vaíllo, es otro reto particular: "Debemos crear un espacio que interactúe con el resto del museo". A través de la mejora de la iluminación, el proyecto prevé que el edificio se mire a sí mismo.

El claustro buscará destacar "el valor del esfuerzo de vascos y vascas", su trabajo, con el baserri como eje central del discurso. Además, informaron, habrá una serie de salas anexas centradas en diferentes áreas como la indumentaria vasca y popular. De esta narrativa se encargará el museógrafo Jesús Moreno, que quiso felicitarse por el esfuerzo y agradeció la apuesta por la integración total del museo. Moreno ha trabajado en las narrativas tecnológicas de otras instituciones como la Biblioteca Nacional o el Museo del Prado.

LA IDENTIDAD

"Otro aspecto importante era tratar de dotar de identidad al edificio histórico y el resto de edificios que conforman la institución. Siempre manteniendo la esencia, pero la idea es crear una unificación visual". El razonamiento de Vaíllo fue celebrado por el alcalde, que calificó el proyecto como "enormemente ilusionante". "Es un plan que sirve como impuslo para seguir trabajando. Este museo está más vivo que nunca", ha señalado Aburto.

En el espacio Unamuno se mostrará la transformación de Bilbao. Un Bilbao mercantil en un "pujante" territorio industrial. En este lugar, un gran volumen de hierro negro. Este estará acompañado de piezas incónicas del antiguo Consulado de Bilbao, una muestra fotográfica y una nueva maqueta audiovisual. Todo, de forma integrada, llenará la sala. Pero no será todo: se sumará un laboratorio gastronómico dedicado a la creación y completarán la propuesta, por este lado, un almacén visitable y una sala de exposiciones temporales.

Misericordia es el nombre que recibe la planta baja, la "carta de presentación", el primer paso de los visitantes. Euskera, territorio y patrimonio antropológico representado por piezas joya de los fondos del Euskal Museoa. Esas son las claves de Misericordia, donde el proyecto repara en la vanguardia tecnológica y hará uso de nuevos lenguajes expositivos. Una nueva atmósfera que introduzca al visitante en la geografía vasca gracias a una gran maqueta multimedia proyectada sobre una pared de cuatro metros de altura.

En el graderío, zona central de Misericordia, una gran vitrina-banco y recursos sonoros ayudarán a descubrir la lengua a través de voces vascas. En otra altura, la propuesta más singular: una sala ingrávida que simulará el tronco del roble, Aretz bizia. "El espacio de Misericordia, donde se vacía el edificio, es importantísimo. Allí se materializa la metáfora del roble. Es el hilo conductor del relato museográfico", ha aclarado Vaíllo.

15 MILLONES

Una nueva entrada por la calle Cruz para "dar más visibilidad" al "nuevo" museo, detalles de madera y acero que conecten con otras épocas de la historia vasca, un interior minimalista, una tarea de recuperación de la luz natural, más espacios expositivos y una cúpula que evoque el pasado y presente naval del territorio. Estos son algunos de los detalles que darán forma al Museo Vasco.

El proyecto contará con la inversión de 15 millones de euros. Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao trabajarán para extender la cultura. "Con esfuerzo, mucho esfuerzo. Con inversión, mucha inversión. Y con compromiso, con mucho compromiso", así se pondrá en marcha, según Aburto, el "nuevo" Museo Vasco.