El grupo Countrybasque, formado por músicos veteranos de Bizkaia enamorados del country-rock de Eagles, Neil Young o Crosby, Still, Nash & Young, acaban de publicar In good company, un segundo larga duración con “un formato y sonido de lujo, como nos gusta hacer las cosas”, según explica a DEIA Xabi Salinazarmendaritz, su vocalista, que asegura que la banda funciona “al revés que la mayoría”, al “seguir sin tocar en directo”.

In good company se ha visto retrasado “un año respecto a lo previsto”, ya que la pandemia llegó cuando faltaban por grabar dos canciones de las 14 que ofrece el álbum. Mientras la mayoría de músicos se dedicaron a tocar on line y a grabar desde sus casas, “nosotros, como funcionamos al revés en muchas cosas, buscamos huecos entre las restricciones para juntarnos dos, tres y hasta cuatro en el estudio”, explica el cantante. El proceso se inició tras editar su debut, Made in Basque Country (2016), en el estudio de su teclista y soundmaster Carlos Saíz, en Sestao.

“Nos fijamos siempre en el detalle, con mucha autoexigencia, paciencia y artesanía”, explica el líder de Countrybasque, que firma temas nuevos eléctricos como Riding on the twister, tiempos medios como Stated in our deal y baladas como Memories to survive, que se enmarcan en el “el rock surgido en la California de los años 70 al fusionarse con el country”. Vamos, el conocido como country-rock que hizo famosos a CSN&Y, Poco, Eagles, America, Neil Young, Nitty Gritty Dirt Band y Flying Burrito Brothers.

“Es una música que sigue resultando extraña para algunos”, explican los vizcainos, que la enriquecen con otros “palos” dentro de “paraguas genérico” del country-rock, convirtiendo In good company en un álbum variado con la suma de “un poco de bluegrass, toques célticos, algo de country honky-tonk, bastante de balada folk-rock vocal y un rock trepidante californiano.

En definitiva, fusión”, explica Xabi Salinazarmendaritz, para quien su grupo destaca por “una multi-instrumentalidad marca de la casa y un marcado gusto por cultivar las armonías vocales”.

En buena compañía

Aunque Salinazarmendaritz asegura que el título de este nuevo disco se refiere a la amistad profunda existente entre los siete miembros permanentes de Contrybasque, ya que “algunos nos conocemos desde txikis”, bien podría aludir a la amplia nómina de amigos colaboradores que añaden color al disco, caso de Marta Arteta, Alberto Barañano, Luis Alonso e Iñaki Uranga en las voces, Javier Urrejola al saxo, Alberte Sanmartin a la gaita escocesa Highlander, y Agus Zubiaga, al banjo, entre otros.

Countrybasque defiende que “la globalización ha traído, en lo negativo, mucha pseudo-música que narcotiza a bastante gente y ocupa en la mayoría de los medios mainstream el lugar que debería tener la música de calidad en sus diferentes géneros”. Por ello, aboga por “la música hecha con voces naturales e instrumentos de verdad, ya que, aunque parezca una obviedad, no lo es”. Al igual que en su primer disco, los vizcainos defienden letras de temática diversa refractarios a “la previsiblidad”, con “historias interesantes y bien contadas, mirando lo que nos rodea con sentido crítico e irónico, pero siempre esperanzado”.

Sin directos

Salinazarmendaritz cree que el proyecto “funciona y tiene éxito” por lo “sui géneris” que es, ya que no se ha presentado nunca en concierto. Y no lo hará en el futuro cercano. “Quienes necesitan más el escenario se desfogan en otras bandas paralelas, pero este tronco base sigue inamovible, quizás por no ver nada que nos motive para salir del acogimiento del estudio y poner en la carretera un proyecto que supondría un listón de autoexigencia difícil de mantener. Quizás el proyecto no funcionaría bajo otras premisas”, concluye el cantante.

“Nos fijamos siempre en el detalle, con mucha autoexigencia, paciencia y artesanía”

Vocalista de Countrybasque