Los característicos primeros planos con los que el cineasta John Cassavetes escudriñaba el rostro de los actores en busca de aquella angustia que no verbalizan en la película Faces bordeaban la brutalidad. Trasladar esa sensación al lenguaje teatral ha sido uno los grandes retos a los que se ha enfrentado Alex Gerediaga al dirigir la adaptación que hoy jueves se estrena en el Teatro Arriaga como producción propia. El director bilbaino propone una relectura de la cinta de culto que en 1968 obtuvo tres Oscar narrando las vivencias de aquellos personajes que escenificaban el desgaste del amor en pareja. “Nadie sale indemne de lo que propone la película y, en este caso, tampoco de la adaptación teatral”, promete Gerediaga sobre esta historia de la que se ofrecerá una función teatral diaria hasta el domingo.

Fue el director artístico del Teatro Arriaga, Calixto Bieito, quien apostó por la adaptación de Faces, experimentado en indagar en la relación entre los códigos escénicos y cinematográficos. “Le dije que quería hacer Opening night y me dijo: Pues vas a hacer Faces”, confiesa Gerediaga que arregló el director burgalés. La encomienda se hizo antes de Macbeth, producción que Gerediaga afrontó en 2019, pero “por un tema de derechos” se ha postergado en el tiempo. “No fue una elección mía, pero sí está dentro de mis gustos y me encanta haber asumido el reto”, asevera el director bilbaino, quien tras investigar al respecto solo ha hallado otra adaptación, dirigida por Jan Lauwers, de la que apenas hay información.

“Hacer un Cassavetes impone respeto por el miedo a no hacer justicia a su forma de hacer cine”, reconoce el responsable de la adaptación, para quien es primordial entender que el medio es diferente. “Los miedos bonitos hay que asumirlos”, asevera tras reconocer que le propusieron llevarlo a escena con cinco o seis actores. El elenco final lo forman Felipe Loza, Arrate Etxebarria, Miren Gaztañaga, Txubio Fernández de Jáuregui, Jon Ander Urresti y María Urcelay. “En la adaptación he omitido una de las escenas y he rescatado algunos de los parlamentos para trasladarlos a otras y engordar un poco los personajes secundarios”, indica tras asegurar que en los diálogos ha sido fiel al guion del cineasta estadounidense.

En opinión de Gerediaga, cualquiera que haya visto la película sabe que está rodada de forma especial. “La cámara se mete casi hasta la glotis de los personajes, es brutal lo que se acerca a los rostros”, concreta. Así, se ha valido de su experiencia en la utilización de recursos de amplificación sonora y audiovisual para llevarlo al extremo también sobre las tablas. “Aquí hay que llevarlo a un límite más exagerado”, explica el director que, inicialmente, preparó el trabajo de interpretación grabando primeros planos que, posteriormente, se introducen en la escena con pantallas de fondo, integrando los acercamientos de los rostros en las escenas precisas. “Lo comprobamos y funciona, eso es lo que más tranquilidad me da”, confiesa.

Diferentes Capas

Tampoco ha sido nada fácil en el plano interpretativo. “Los actores piensan y sienten, padecen y sufren aquello que no dicen. Pero el texto va por otro lado. Por eso Cassavetes utiliza la cámara para encontrar la verdad de los personajes. Esas dos capas interpretativas son complicadas porque muchas veces se contradicen”, indica Gerediaga. Así se refleja en la primera escena que, a su juicio, es “absolutamente desconcertante”. “Llegan tres personajes, Richard Forst, Jeannie Rapp y su amigo Fred, absolutamente borrachos, y no dicen más que tonterías durante varios minutos. Al principio te apabullan, y en cambio se les ve que cada uno padece de un sufrimiento que se esconde detrás de esa manera sinsorga de vivir el momento. Se va descubriendo algo devastador en cada uno de ellos”, relata Gerediaga.

Tras analizar con detenimiento su filmografía, el director bilbaino revela que admira la capacidad de Cassavetes para escribir “una película donde los acontecimientos no se suceden, se explican y se entienden”. Al contrario, “muestra retazos de vida de los personajes de una manera muy cruda y enlaza diferentes situaciones con las que se interpreta”. Gerediaga considera que en el filme, igual que en la vida misma, se refleja cómo muchas veces se sienten tres o cuatro cosas a la vez. “La vida es mucho más confusa de lo que el cine, la literatura o el teatro retratan. Esa confusión, incluso en conversaciones que muchas veces son banales pero guardan algo mucho más profundo, es uno de los grandes valores del cine de Cassavetes”, considera.

En palabras del director bilbaino, aunque el retrato que la película hace de la clase media-alta americana revela unas connotaciones de género que actualmente no están socialmente aceptadas, el vacío de la vida en pareja de Richard y María -encarnados por Felipe Loza y Arrate Etxebarria- es algo que no ha perdido vigencia. “El amor fue para Cassavetes el centro de sus películas. Consideraba que para conocerlo había que vivirlo; hablaba de las consecuencias del desgaste en la pareja, de la necesidad de sentirse vivo, del miedo a la soledad y a la madurez... de todas sus ramificaciones”, explica Gerediaga, quien asegura que cualquier espectador puede hallar aspectos de la obra con los que sentirse identificado.

La adaptación teatral se estrena hoy jueves pero no será hasta otoño cuando comiencen la gira. En ello influye, por ejemplo, que Miren Gaztañaga esté involucrada en la siguiente producción del Teatro Arriaga con Eneko Sagardoy. “Y son fechas tardías en las que es difícil arrancar una gira en el teatro de sala, que suele empezar en octubre y acabar en mayo”, aclara Gerediaga. Con todo, se considera afortunado por haber estado inmerso en este proyecto durante los últimos meses. “La vida está mustia para todos y este proceso de creación me ha salvado”, concluye el director antes de desear que el público quede impactado por la obra de teatro: “Espero que conmueva”.

“Nadie sale indemne de lo que propone la película y, en este caso, tampoco de la adaptación teatral”

“Hacer un Cassavetes impone respeto por el miedo a no hacer justicia a su forma de hacer cine”

Director de teatro