- Sus números asustan: una decena de músicos en vivo, ocho cantantes, una docena de bailarines, 290 trajes, 40.000 vatios de sonido, vídeos sobre pantallas led transparentes… Y las canciones de Mecano, de Barco a Venus y Maquíllate a Barco a Venus MaquíllateHijo de la luna, como banda sonora. Esa es la propuesta del musical Cruz de navajas, que el Teatro Arriaga estrena hoy y permanecerá en su escenario hasta el 13 de septiembre.

El guitarrista vizcaino Aitor Antruejo participa en esta superproducción. “Mecano definió a toda una generación”, indica a DEIA. Antruejo forma parte de la banda de músicos que conduce el musical. “Estamos tras las pantallas led, pero se nos ve”, indica. Cruz de navajas rinde homenaje a Mecano con una producción millonaria creada por el bilbaino Gonzalo Pérez, un referente en el Estado con éxitos en el musical como Billy Elliot, West Side Story o Priscilla. “Algún que otro millón cuesta”, dice Antruejo entre risas.

“No se puede encontrar un formato de este calibre si no es en el marco de una gira mundial”, explica el músico. Dedicado a Mecano, es “un gran espectáculo pensado y diseñado a lo grande y cuidado hasta el mínimo detalle”. Mezclando lo último en tecnología y el talento de sus intérpretes y técnicos, el show discurre a través de 35 canciones del trío. “Es un espectáculo top y el montaje, una pasada”, según el músico.

Un elenco formado por una treintena de personas desfilará desde hoy por el escenario del Arriaga. “Y luego están los magníficos técnicos y responsables, a quienes no se ve”, explica Antruejo. Alcover es el director artístico, Isaac Ordóñez, el musical, y Eduardo Moreno diseñó la escenografía y es el responsable técnico. El material se traslada en media docena de tráileres e incluye 330 focos, 120 canales de audio, dos mesas, 40.000 vatios de sonido y treinta cajas Meyer.

Por vez primera en el Estado, se incorporan pantallas con luces led transparentes de gran resolución, que se combinan con la mecánica escénica de estructuras y soportes móviles. Los vídeos que se proyectan han sido realizados expresamente para la obra teatral. En el apartado humano, destaca la banda formada por diez músicos que tocan en vivo, ocho cantantes, una docena de bailarines que aportan atractivo visual al espectáculo, un vestuario de 290 trajes…

una pasada

“El montaje es una pasada. La gente flipará con las pantallas led y con todo el trabajo desplegado en el escenario. Y los cantantes aportan cada uno de ellos un timbre muy especial a las canciones. Precisamente se han elegido así, por su especialización. Así se consigue alcanzar la diversidad estilística del trío, según Antruejo. “Mi momento favorito es Barco a Venus, que suena muy heavy. Y el del público, diría que la parte más flamenca, la de Hijo de la luna y Una rosa es una rosa. Se ven como en un tablao, apostilla.

Antruejo, que dice estar anonadado al trabajar en el Arriaga, del que era visitante asiduo con su madre “en musicales y obras de teatro” antes de irse a Madrid, empezó a tocar la guitarra con 13 años. La afición de su familia, dividida entre el trabajo en coros de su madre y el más clásico de su padre, le llevó a coger una guitarra y optar por “una orientación roquera y contraria a los métodos de las escuelas de música”. Su filiación heavy puede escucharse en discos de Governors; la más folk, en los del trikitilari Xabi Aburruzaga, y la pop, en el proyecto Garamendi.

Tras compartir escenarios en Madrid con Rodrigo Mercado, hijo de Rosendo, las integrantes de Ella Baila Sola y Nacho Cano, le llegó “de rebote” la oportunidad de participar en el musical. “El otro guitarrista de la banda, Yani López, me sugirió a sus responsables y me aceptaron. Creo que ayudó que hubiera tocado en proyectos tan dispares”, explica Antruejo, que considera que Mecano “marcó a toda una generación. Mi ama y mis tías se conocen todas sus canciones”.

“Al ser mi ama muy fan, yo he oído su repertorio en casa desde muy pequeño. También me gustan, sí”, indica Antruejo, que basa el éxito de Mecano en lo ecléctico de su repertorio, que “saltaba del pop más gamberro al electropop, el flamenco, la new age…”. Para el músico, el trío tenía dos patas fundamentales, los hermanos José María y Nacho Cano, “muy buenos y dispares en sus canciones, que eran todas de calidad, pero no tenían nada que ver”. Y entre ambos, aparecía “el armazón o hilo conductor”, Ana Torroja. “No tenía una supervoz, pero sí un timbre muy particular que convertía las canciones en especiales”, concluye.

El Arriaga retoma su actividad “con responsabilidad y adaptándose a la realidad”, aseguran desde bambalinas. El público asistente deberá acudir con mascarilla y cumpliendo las medidas de higiene y seguridad establecidas. Las entradas están a la venta con precios que oscilan entre los 24 y los 55 euros, con sesiones dobles los viernes y sábados.