Los bertsos y alzadas de Iñaki Perurena, la música del txistulari alavés Iñaki Palacios y las evoluciones de Mulixka Dantza Taldea confluyen en Harria (Baga Biga), un disco y espectáculo que esta noche se escenificará en el precioso auditorio natural de Pozalagua, con todas las medidas de seguridad y ante unas 200 personas. La cita, que entronca “con la cultura de Euskadi y la importancia de la piedra en ella”, será grabada por ETB para su emisión posterior en otoño, “La localización es impresionante”, resalta Palacios.

El txistulari y txalapartari alavés Iñaki Palacios. Foto: Javier Zubiko

Aunque el coronavirus ha obligado a la cancelación de la actuación prevista de la BOS en Pozalagua, no ha podido con el proyecto Harria, impulsado por el txistulari y txalapartari alavés Iñaki Palacios (Gasteiz, 1988), que se representará esta noche en el impresionante anfiteatro del paraje de Karrantza, impulsado por su Ayuntamiento y ante unas 200 personas aunque el aforo es de casi 3.000. La actuación es gratuita pero ya no quedan entradas. “Por cuestiones de seguridad solo se cubrirá un 8% del aforo total”, explican fuentes municipales.

El auditorio de Pozalagua abre sus puertas a Harria, un espectáculo de música en directo, danza y poesía que busca “transportar al público al mundo de la piedra” a través de las vivencias más personales del conocido harrijasotzaile Iñaki Perurena. El espectáculo, basado en un disco previo, se ha convertido en “una representación cargada de tradición, cultura e historia vasca” que, en el caso de hoy, será grabada por ETB para emisión posterior. “La televisión se interesó por el proyecto y va a realizar un despliegue importante en cámaras y, especialmente, en iluminación. Habrá también drones”, adelanta Palacios.

“La localización es impresionante, con esas piedras de la cantera a la vista. Por eso ya habíamos utilizado Pozalagua como una de las escenas del videoclip de presentación de Harria”, indica Palacios. El músico alavés es el impulsor de este ecléctico proyecto artístico, que tiene sus antecedentes en la canción Danza del vino, himno de la fiesta de la vendimia de Rioja Alavesa en 2013, pero, sobre todo, en el disco-espectáculo Lurra, ardoa, dantza, que hizo un hincapié especial en los viñedos y añadas de esa comarca vasca.

“Su gira de 2017 tuvo mucha aceptación y Harria surge casi por petición popular. Decidimos volcarnos ya no en una zona concreta, sino más en la cultura de toda Euskadi. Y optamos por centrarnos en la cultura de la piedra”, explica Palacios. De inmediato, surgió la idea de contactar con Iñaki Perurena, que se convirtió “en un pilar fundamental” del proyecto desde el inicio, ya que “dijo que sí a ciegas, sin ver ni oír nada”, apostilla. La poesía y bertsos recitados de Perurena sirven de nexo del espectáculo, que narra sus vivencias. “Le habla a la piedra y cuenta cómo la siente. La hace vivir. La fuerza y el sentimiento que surge entre ambos se refleja en el espectáculo, la música y los bailes”, explica Palacios.

23 intérpretes

Y aunque los bertsos de Perurena se erigen como columna vertebral de Harria, es la música de Iñaki Palacios y su grupo la que conduce todo el espectáculo, con la ayuda de las coreografías creadas expresamente por Josu Sánchez para los dantzaris de Mulixka. En total, con la suma de algunos técnicos, pasarán por el escenario nada menos que 23 intérpretes, 15 dantzaris, cinco músicos y el harrijasotzaile. A Palacios, que en directo solo tocará el txistu, le acompañarán el guitarrista Javi Garay, el bajista Eneko Espino, el trikitilari Errando López de Luzuriaga y el batería Iñaki Alarcia.

Aunque Harria surgió como “un espectáculo para espacios abiertos y diseñado para la calle y plazas mayores”, esta noche encontrará un marco especial. Lo que no cambiará será su reivindicación del txistu como un instrumento dinámico, novedoso y contemporáneo. En el caso de Palacios, aliado de otros más actuales, como la guitarra eléctrica o la batería. “Siempre defiendo que el txistu debe ir más allá de la calle, de acompañar en fiestas y bodas. Fuera de las kalejiras también tiene su espacio, como confirma la gente cuando se acerca sorprendida al final del concierto. Suena más dulce que la flauta y creo que debe cuidarse mucho al instrumento y su sonido, más allá de las romerías”, indica el músico alavés.

Y junto al txistu, el espectáculo de Harria se sustancia en otros dos instrumentos novedosos en la discografía de Palacios, como son la txalaparta de piedra y el acordeón diatónico. “Fueron sendos retos. Muchos de los temas han surgido y tomado cuerpo a partir de la sonoridad de la txalaparta de piedra. Como el concepto base es la piedra, se han buscado las diferentes sonoridades de esta por medio de dicha txalaparta con su frágil timbre. Su sonido no es perfecto, no es un piano, pero tenía que estar. Trabajamos para acoplarla con el txistu y la variedad cromática que aporta la trikitixa”, concluye Palacios.