Para los productores, grabar en estos momentos "es un salto al vacío sin ninguna garantía"

"Vivimos el presente con mucha incertidumbre. Carecemos de seguros por el covid-19, por lo que nos lanzamos al vacío solos. Nosotros nos vamos a arriesgar", cuenta el productor Koldo Zuazua, a quien el coronavirus le pilló en mitad del rodaje del filme Ilargi guztiak y con toda la maquinaria del estreno en octubre de Akelarre, coproducida con el navarro Iker Ganuza (Lamia Producciones). Su productora, Kowalski Films, junto a sus socias Arcadia Motion Pictures y Pris&Batty Films, será una de las primeras en retomar las grabaciones en Euskadi. "Empezamos con Ilargi guztiak . No nos queda otra que retomarlo, más teniendo en cuenta que la protagonista es una niña de 13 años y debemos evitar que crezca mucho para continuar".

Para el productor donostiarra, el gran hándicap con el que lidian las grabaciones "de aquí, estatales e internacionales" es la falta de cobertura que les proteja contra el virus. Las grabaciones disponen de seguros con los que resguardarse en caso de que uno de los intérpretes fundamentales o el director caigan enfermos o sufran un accidente. En ese caso, la póliza cubre el pago de los técnicos y profesionales hasta que el rodaje pueda reanudarse", explica.

Cuándo podremos volver a rodar como antes es una incógnita. Las grabaciones en general son mucha gente en un espacio pequeño. Quizás lo mejor ahora sea esperar, pero ahí pueden entrar otros factores que hagan que pierdas al equipo o los actores. Es muy complicado", afirma Xabi Berzosa, de Moriarti Produkzioak. La productora guipuzcoana ha esquivado el problema sanitario, ya que no tenían ningún rodaje en fecha. Solo han tenido que paralizar algún casting y alguna búsqueda de localizaciones".

Los protocolos de seguridad pueden echar a más de una producción para atrás, más si cabe si se tiene que depender de más de un reglamento. Es el caso de Kanaki Films, la productora de los navarros Raúl de la Fuente y Amaia Remírez, acostumbrada a rodar en diferentes países a la vez. En este momento tienen cinco proyectos paralizados en cuatro países diferentes. "Vemos la vuelta a los rodajes muy lejana", explica Remírez.

Rodar en las circunstancias actuales es sinónimo de reorganización. Para poder continuar con la nueva película de Igor Legarreta, Zuazua debe adoptar el protocolo establecido por el Gobierno estatal "con unas directrices básicas muy laxas", acotar las áreas por zona para cada parte del equipo, reducir en la medida de lo posible el personal de los departamentos, realizar test de Covid-19 a todos los miembros de la producción, desinfectar a diario los espacios de grabación y conseguir el permiso para que la niña menor pueda volver al rodaje.

"Es un mayor coste para la producción. Los protocolos lo van a encarecer todo, pero quiero creer que va a ser rentable.", augura.

Para Berzosa, esto plantea una cuestión y es si las circunstancias deberían cambiar lo que se quiere contar o no. "Las producciones pequeñas lo tendrán más sencillo; no creo que tengamos que condicionar las historias. Aun a riesgo de que una recaída pueda suponer un gran coste", opina.

"Es imposible saber qué va a pasar, así que pensar ya en cómo vamos a rodar es algo que ni me planteo", apunta por su parte Remírez.

La forma de rodar no es lo único que parece que va a cambiar. El modelo de distribución también parece en entredicho, como se ha visto estas últimas semanas en las que las plataformas digitales han incrementando considerablemente sus usuarios. "No sé si el modelo de consumo va a cambiar. Y muy probablemente las salas de cine tendrán que adaptarse", comenta el productor de Moriarti Produkzioak.

El covid ya ha transformado este modelo. Los Goya y otros premios permiten los estrenos on line para las películas que iban a ir a salas antes del 31 de agosto. Por lo que, basándose en esa fecha, Zuazua cree que la previsión es que haya una normalidad cultural de cara al otoño, y por ese motivo continúan trabajando en el estreno de Akelarre para octubre. "Soy positivo; creo que tras el verano volveremos a las salas con normalidad porque hay películas, como esta, que pueden funcionar", añade con convencimiento.

Protocolo de rodaje. A las normas básicas de protección, como mantener la distancia y el uso de hidrogeles y mascarillas entre los miembros del equipo, rodar hoy en día supone acotar las áreas, reducir en la medida de lo posible el personal de los departamentos, realizar test de covid-19 a todos los miembros de la producción, desinfectar a diario los espacios de grabación y conseguir permisos especiales para los menores.

Falta de un seguro. El principal hándicap para los productores es la ausencia de un seguro ante el covid-19 que asuma el pago al equipo en caso de detectarse un positivo.

Grabaciones internacionales. Los rodajes en diferentes espacios geográficos son todavía más complicados si cabe al tener que cumplir con protocolos diferentes, y en el caso de ir al extranjero, pasar dos semanas de cuarentena antes de empezar a rodar.

Canal de distribución. Las plataformas digitales han sido las dueñas del negocio estas semanas con las salas de cine cerradas, que está por ver cómo y en qué condiciones se reabren.