Apocalypse now regresa a las pantallas. Aprovechando el 40º aniversario de su estreno americano, un nuevo montaje de Francis Ford Coppola fue estrenado el pasado jueves en Estados Unidos. Según el propio Coppola, se trata del montaje final que él hubiera deseado dar al público hace cuarenta años. Una nueva oportunidad para volver a ver uno de los grandes hitos del cine contemporáneo, convertido ya en un clásico moderno y que sigue fascinando hoy en día cuatro décadas después de su estreno.

La obra maestra de Coppola es algo más que una simple película sobre Vietnam. La idea original consistía en una adaptación moderna de la famosa novela corta de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas, publicada en 1899. En la novela, el marinero Marlow se adentra río arriba en el Congo en busca de Kurtz, un comercial colonial que se ha vuelto loco en la jungla convirtiéndose en un tirano cruel y brutal.

La novela de Conrad es un retrato del horror que supuso el colonialismo, pero también el testimonio sobre aquello en lo que puede convertirse el hombre cuando abandona todo atisbo de moralidad. La gran fama de la novela hizo que incluso Orson Welles tratase de realizar una adaptación al cine en los años 30. El presupuesto se disparó y los estudios decidieron no llevar adelante el proyecto por su elevado coste. Welles pasaría a otro proyecto, que se convirtió en su mítica obra maestra Ciudadano Kane.

En 1967, un joven estudiante de cine llamado John Milius escribió una nueva adaptación de la novela a la actualidad situándola en la guerra de Vietnam. Su título, Apocalypse now, parodiaba uno de los lemas de los jipis en los 60, Nirvana now. Coppola compró el guion y se lo ofreció a su amigo George Lucas para dirigirla, mientras que el propio Coppola la produciría. Pero en 1973 Lucas obtuvo su primer gran éxito, American graffiti, con lo que empezó a preparar su próximo gran proyecto, la saga de Star wars. Durante aquellos años, Coppola logró el éxito tanto de taquilla y crítica con las dos partes de El padrino, con lo que en 1975 se decidió a llevar él mismo adelante el proyecto.

Para entonces, el gran éxito económico de la saga de los Corleone había dado un enorme empujón a la productora creada por Coppola, American Zoetrope. El contar con una productora propia le permitió enfrentarse al enorme reto de llevar adelante una producción tan enorme y compleja como suponía Apocalypse now. Ni siquiera el propio Coppola se imaginaba lo difícil que sería el rodaje. Él mismo describiría el terrible proceso de filmación de su obra en su presentación en Cannes: “Apocalypse now no es una película sobre Vietnam? Es Vietnam”.

Los problemas comenzaron incluso antes de iniciarse el rodaje. La planificación del proyecto fue muy complicada. En primer lugar, era necesario elegir un país en el que construir los enormes escenarios y en el que rodar toda la película. Al principio se pensó en Australia, pero al final Coppola se decantó por Filipinas. El país se encontraba en una guerra civil entre el dictador Marcos y la guerrilla opositora. El propio Coppola tuvo que reunirse con Marcos para negociar las condiciones del rodaje. Y, por otro lado, estaban las condiciones climáticas, que fueron muy malas durante todo el rodaje.

Problemas y más problemas El casting también fue otro quebradero de cabeza para Coppola. El personaje principal de Willard, el capitán que es enviado para asesinar al coronel Kurtz, fue rechazado por actores como Steve McQueen, Al Pacino o Robert Redford. Al final el rodaje lo comenzó Harvey Keitel, pero fue despedido al poco tiempo porque Coppola no lo veía lo suficientemente introspectivo como lo requería el personaje. Sería Martin Sheen el que interpretaría a Willard finalmente. El otro personaje principal de la película, el del coronel Kurtz, sería representado memorablemente por Marlon Brando, en una de las actuaciones más brillantes de su carrera.

El otro gran problema fue el guion de Milius. A Coppola no le gustaba, por lo que le que pidió a este que lo rehiciera de nuevo desde el principio. La nueva versión, de unas mil páginas, siguió sin gustar a Coppola, que fue rehaciendo el guion día a día mientras llevaba adelante el rodaje. Incluso el propio Brando reescribió su parte como Kurtz, improvisando ante las cámaras partes de su memorable interpretación.

El rodaje comenzó el 20 de marzo de 1976. El presupuesto inicial fue de 15 millones de dólares. El rodaje se fue complicando día a día desde un principio, hasta rematarlo en mayo un huracán que destruyó gran parte de los carísimos escenarios. Aparte de los problemas de logística y producción de una película de tal envergadura, el hecho de que Coppola fuese escribiendo el guion sobre la marcha aumentaba la tensión. Martin Sheen sufrió un infarto que lo tuvo al borde de la muerte. Brando apareció con bastante sobrepeso y exigió reescribir su parte del guion. Todo ello hacía que el presupuesto inicial fuera creciendo mientras el rodaje no acababa de finalizar.

Coppola llegó a decir que el rodaje era “un desastre de 20 millones de dólares? Voy a pegarme un tiro? Es como una guerra”. Todos aquellos problemas estuvieron a punto de costarle su matrimonio. La tensión hacía que se comportase como un tirano con todo el equipo. Varios de sus ayudantes fueron despedidos por él mismo. Todos los que participaron en aquel rodaje sufrieron también su propio viaje al infierno, al igual que los personajes de la película.

La propia mujer de Coppola, que realizó un documental sobre el rodaje, explicaba que los miembros del equipo “parecen estar experimentando algo que les afecta profundamente, cambiando su perspectiva sobre el mundo o sobre ellos mismos. Lo mismo le ocurre a Willard en el transcurso de la película”. Sin embargo, cabe pensar que, sin aquel infierno sufrido por el equipo de rodaje, la película no habría sido capaz de reproducir el caos y el horror que viven los personajes en el largometraje.

La prueba final El 21 de mayo de 1977, un año después del comienzo, por fin terminaba el rodaje. Alguien del equipo comentó que “nunca había visto tanta gente feliz de estar sin empleo”. Por fin se acababa el tormentoso rodaje. Ahora le tocaba a la película complacer a crítica y público. Y lo consiguió.

Además del éxito de crítica, la película logró también la aprobación del público. La historia del filme es conocida universalmente. Si la novela de Conrad relata la experiencia personal del marinero Marlow en la búsqueda del agente colonial Kurtz a través de la crueldad del colonialismo del XIX en el Congo, Apocalypse now relata la experiencia del capitán Willard al ser enviado a través del caos de la guerra de Vietnam para ejecutar al coronel Kurtz, un militar brillante que ha decidido hacer la guerra por libre, convirtiéndose en un dios para una tribu camboyana.

Willard inicia junto a varios soldados un viaje en lancha a través del río en busca del lugar donde Kurtz ha creado su propio reino del terror. El río se convierte en el escenario de un viaje iniciático en el que Willard y sus compañeros irán descubriendo los horrores de la guerra y el lado más oscuro del hombre a través de escenas que pasarán a la historia del cine.

Escenas como el ataque con helicópteros con la Cabalgata de las valquirias, de Wagner, como fondo, la sesión de surf bajo los obuses del Vietcong o el caos de la última posición norteamericana frente al territorio controlado por los norvietnamitas relatan el sinsentido y la locura de una guerra que ya nadie entiende. Pero será el encuentro final de Willard con Kurtz el momento cumbre de la película, con el duelo entre ambos y la muerte de Kurtz, en el que por fin Willard se enfrentará a la locura de Kurtz cara a cara.

Muchas han sido las interpretaciones de Apocalypse now, pero es el propio Coppola quien mejor ha relatado el significado de su obra. Para él su película relata la hipocresía del hombre no solo en lo referente a la guerra de Vietnam, sino también respecto a la maldad y crueldad que encierra el ser humano. Los personajes buscan en su viaje una respuesta al horror del que son testigos a su alrededor. Y el personaje de Kurtz representa la destrucción que sufre el hombre cuando va demasiado lejos al despertar su lado oscuro. Apocalypse now nos revela el lugar en el que, una vez abandonados la moral y las reglas de la civilización, sólo quedan las últimas frases del Kurtz de Coppola y Conrad: “El horror, el horror?”.