BILBAO. Toti Martínez de Lezea, una de las escritoras más prolíficas de Euskal Herria cuenta con más de medio centenar de libros en su haber, cuatro de los cuales podrán conseguir los lectores de DEIA a partir de mañana, domingo, con la compra del periódico. Y es que la novelas Veneno para la corona, Tierra de leche y miel, La flor de la argoma y La cadena rota se podrán conseguir cada domingo por solo 9,50 euros con este periódico.

Enmarcada en el siglo XV, la novela Veneno para la corona, (disponible mañana) plantea según la autora gasteiztarra una hipótesis: “El príncipe de Viana murió asesinado, pero, ¿por quién?, La autora destaca que “mis historias pasan en una época que pasó, y mis personajes son otros, una mujer que ha sido maltratada”. Por eso, aunque pudiera parecer una historia de la época medieval, donde los reyes y reinas son protagonistas, nada más lejos de la realidad, y es que la gasteiztarra siempre escoge a los personajes olvidados . “Me intereso siempre por las personas sobre las que nadie ha escrito”, relata. “Los reyes y ganadores de guerras pagaban a los escribanos para que escribieran la historia, pero es su historia, por eso yo trato de abordar la otra”.

Al igual que lo hará en Tierra de leche y miel, disponible el 19 de julio, que trata sobre el tráfico de las reliquias, y en este caso además, hace uso de la ironía. Y es que “en esa época las reliquias tenían mucho valor, de hecho, para consagrar una iglesia era indispensable poseer una”. Lo que dio paso a que “aparecieran reliquias falsas; huesos de santos muertos...”.

Así, como destaca Martínez de Lezea sus novelas no son “novelas históricas”, porque, según la escritora, ese género no existe. “Son novelas que ocurren en épocas históricas. Este llamado género histórico no existe. Hasta los años 50 las novelas no tenían apellidos, eran novelas y punto. Luego empezaron con los apellidos, románticas, negra? pero la novela es una novela, es una narración”. Por eso, defiende que sus obras ocurren “en una época que yo no he conocido, sin más. Si no la he conocido me tengo que documentar”. Según la autora, cuando se escribe una novela en la Guerra Civil y el autor no lo había vivido en primera persona es tan histórico como las cruzadas, porque hay que documentarse. “Todo lo que haya pasado en una época anterior a la mía, en la que yo no estuviera, es una época sobre la que me tengo que documentar, sea los años 20 o la época medieval”.

Es el caso de la siguiente, La flor de la argoma, aunque ambientada en la guerra carlista, no significa que sea la denominada “novela histórica”; que además ambienta en Oñati; y que podrá adquirirse el 26 de julio. En ella abordará la herencia de un caserío, donde dos hermanos pelearán por el terreno y también por una mujer.

Y es que Euskal Herria siempre ha sido uno de los lugares más utilizados por la autora para ambientar sus obras. “Me gusta escribir sobre lo que conozco ”, ya que como explica a DEIA “me gusta ser testigo de mi tierra”. Para ello, cuenta la anécdota de cómo se documenta en cada obra: “Es lo que conozco. No solo por habérmela pateado, sino porque mi aita era muy amante de Euskal Herria, y cuando tenía 15 años me regaló los primero 3 tomos de la enciclopedia general ilustrada del País vasco de Auñamendi. Recuerdo que se me quedó una cara... ¿Pero ahora? La hemos acabado mi marido y yo siendo abuelos y le he dado un uso tremendo, algunos lomos están gastadísimos de tanto usarlos.”

La novela que estará disponible con DEIA el 2 de agosto es La cadena rota, ambientada en Iparralde en el siglo XVIII. “Un niño había nacido de una madre soltera, y el abuelo le dice que lo abandone en una iglesia, pero el amante, el padre del niño, se lo lleva a Baiona. 25 años después, vuelve como comisario de la revolución (francesa) aunque en realidad vendrá para vengarse de su abuelo; y ahí habrá toda una trama”, dice.

Una carrera prolífica

Tras 20 años de profesión a sus espaldas, Martínez de Lezea ha culminado más de medio centenar de obras, gracias a “escribir durante más de 6 u 8 horas al día”. Por eso, cada año en la Azoka de Durango o en la Feria del Libro se nota el amor que le confiesan sus seguidores. “Me encanta estar con mis lectores, lo disfruto muchísimo”, admite. Por eso, confiesa que se encuentra ultimando los últimos detalles de su próxima novela, que saldrá a finales de año, y que todavía no tiene nombre, aunque sí adelanta que seguirá la línea de La herbolera, novela publicada hace 18 años, que en este caso estará ubicada en un lugar diferente: Roncal. Y es que “para escribir hacen falta tres cosas: leer mucho, trabajar mucho, y tener imaginación (que esto último lo llevo en el ADN)”. Prueba de ello fue la forma en la que decidió la temática de su última novela. “Escribí en Facebook: ¿De qué queréis que sea mi próxima obra: medieval, amor, ironía?? Y las brujas ganaron por goleada”. Así, se embarcó en la nueva aventura, que confiesa además que es el tema que quería tratar tras la obra que culminó hace 18 años.

Además, no será lo único que publique este año, ya que la 15ª entrega de Nur, el famosos cuento infantil de la escritora también saldrá a la luz en la misma fecha. ¿El nombre? Nur eta Olentzaro (que viene de ontzaroa, la buena época). Y es que la incansable autora admite “que todavía me quedan muchas historias que contar”...