EDIFICIOS en ruinas, la naturaleza siendo transportada en camillas? todo refleja el patriarcado, la burocracia y las malas decisiones tomadas por la sociedad, o los representantes de ella. Es lo que intenta transmitir Isaac Cordal, artista gallego que reside y trabaja entre Bilbao y Bruselas, en su obra Seguir a los líderes, que se encuentra en el Atrio del Azkuna Zentroa.

Enmarcado en la Semana de las Artes de Bilbao, Cordal, que para esta ocasión ha disminuido la obra original creada en 2013 que forma parte de un proyecto que medía 18 metros, asegura a DEIA que “el título da una pista sobre qué va, unas ruinas, el surco que deja nuestra idea de alcanzar el progreso, una distancia frente a la naturaleza. Es una crítica sobre la idea del progreso, del capitalismo”.

La ciudad, en ruinas, que según Cordal no se sabe muy bien si se está hundiendo o resurgiendo de entre lo escombros, pretende reflejar la sociedad en la que se está convirtiendo el siglo XXI, “debido a una situación generada por la gente que nos gobierna”, es icono de una sociedad en constante decadencia. Y es que el artista advierte de que vivimos “en una situación generada por la gente que nos dirige y se refleja en los pilares de la sociedad que no se mantienen por sí mismos porque el sistema que no funciona”. ¿Y qué lo rige? El capitalismo, la burocracia, el patriarcado?

Por esa razón, los diminutos personajes que aparecen en toda su obra son todos iguales, hombres de mediana edad. “Son un estereotipo del hombre que representa la burocracia”; el poder del patriarcado “más rancio”, apunta Cordal. “Los hombres representan la ausencia de mujeres en los estamentos de poder. Es una crítica relacionada con el patriarcado”, advierte Cordal. Y es que el artista gallego admite que en el momento de su creación había leído una noticia acerca del parlamento europeo: “Había camareras y las quitaron porque los políticos se distraían”, critica.

No es casualidad que el espacio representado en su intervención sea una ciudad -en ruinas-, ya que, como explica el artista , “somos muy dados a la cementación de las costas, de aeropuertos que no valen para nada... el suelo del cemento es simbólico, es lo que nos delata frente a la naturaleza. Es como si fuésemos termitas y fuera el rastro que dejáramos. También quiero mostrar cómo sometemos la naturaleza. La ciudad se convierte en un espacio natural, es bastante sintomático de que nuestro hábitat natural sea la ciudad; es un poco contraproducente”, explica.

Seguir a los líderes es en sí mismo un titulo muy evocador, ya que refleja las consecuencias del sistema en el que vivimos: “Estamos al servicio del sistema para ser esclavos, capitalismo puro y duro. Es por eso que el personaje que utilizo es industrial, es una copia de una copia? y es que si tuviésemos otra educación que fuese mas personal y que fomentase las cualidades de cada alumno se generarían otro tipo de individuo, pero si lo que quieres es que a corto plazo sea productivo para el sistema lo que pasa es que hay fracaso escolar”. Y es que, según Cordal, “deberíamos tener una sociedad más justa, con condicionantes distintos, una idea de nuestro día a día distinto... la tecnología la estamos usando de una manera incorrecta”.

Una reflexión que hacer Aunque la intervención del artista refleje una sociedad en decadencia, una ciudad en ruinas... todo quiere llevar a una reflexión necesaria que hacer. Según Cordal, “en cierto modo quiero mostrar que si nosotros mismos no somos críticos con la sociedad en la que vivimos, entonces en esa deriva podemos llegar a esta hipotética situación. Sin embargo, si fuésemos mas conscientes y formásemos parte de las decisiones que se tienen que tomar sería distinto”. Y es que los escombros que protagonizan la intervención no tienen por qué ser algo negativo. “Tiene que ser una reflexión para algo positivo, es una crítica de cómo está la situación pero siempre alude a que también se pueden cambiar la cosas, dejando ese poso positivo”.

Objetivo del arte “La creación me parece una manera de luchar para cambiar el mundo, y un bálsamo para la existencia de uno mismo”, explica Cordal, quien además añade que también repercute a las ciudades. Aquí está el Guggenheim para que la gente venga a verlo; el arte es un motor de las cosas. El arte es un motor para la sociedad”.

Además, admite que su obra va más allá de lo meramente estético: “Estoy mas interesado en las ideas que en las cosas puramente estéticas. El arte contemporáneo suele estar muy codificado, y parece que se tiene que saber mucho para entenderlo”. Aunque en su caso, no ocurre lo mismo ya que, según explica el artista, “una parte esencial es figurativa y el código visual es súper sencillo”, por lo que “todo el mundo lo puede entender”. Eso hace que tenga un efecto positivo a la vez que negativo. “Se puede especular mucho sobre el trasfondo de las cosas”, concluye Cordal.