a Pedro Luis Ajuriaguerra (Muskiz, 1974) la suerte no ha parado de sonreírle desde que su mujer, hace ocho años, le regalase una pequeña cámara de fotos digital. Con ella descubrió que su pasión por la fotografía aumentaba cada vez que sumaba un nuevo trofeo a su vitrina. Actualmente, acumula más de 300 y el último, que lo recogerá en Dubái este martes, es el más importante del mundo y el que más anhelaba. Se trata del premio internacional de fotografía HIPA -siglas del príncipe heredero Hamdan bin Mohammed bin Rashid Al Maktoum- que este año celebra su octava edición y que en esta ocasión el eje central gira en torno a la esperanza. Este proyecto nació con el objetivo de fomentar y difundir la cultura de la imagen en todo el mundo y desde su creación ha repartido numerosos premios divididos en diferentes categorías convirtiendo así a Dubái el escenario del arte, del talento y de la innovación. Ajuriaguerra quedó finalista en esta ocasión entre 4.000 participantes. No obstante, en febrero, HIPA anunció un nuevo concurso de fotos en Instagram donde todos los aspirantes debían colgar su instantánea bajo el hashtag #HIPAContest_CelebratePhotography. Es aquí donde, en una categoría inferior pero no menos importante, Ajuriaguerra logró hacerse con el primer premio emiratí.

Admite que la imagen ganadora es un homenaje a su madre. La define como simple pero cargada de sentimientos y recuerdos. Sin duda, una obra maestra visual que ha conquistado al jurado de HIPA. “En las bases del concurso no ponía ningún tema en concreto así que tenía una pequeña idea de cómo hacerla. Se trata de una foto en la que se ven las fotos de mi madre sosteniendo una imagen de su comunión. La idea era un poco mostrar las arrugas y plasmar un recuerdo. Pienso que sin la fotografía no sería posible captar recuerdos”, admite. No es la primera vez que Ajuriaguerra se presenta a este concurso. Lleva participando en él hace unos años y siempre ha quedado finalista. Sin embargo, en esta ocasión ha sido merecedor del primer premio en la categoría de Instagram al igual que el fotógrafo del National Geographic Ken Geiger, también premio Pulitzer de fotografía en 1993.

Hace ocho años se introdujo en este mundo de manera casual y desde entonces, no ha parado de crecer. Sin ir más lejos, el pasado año se hizo con el trofeo Pangea de Oro de deportes en los Siena Photography Award 2018 quedando en primer puesto y a día de hoy acumula más de 300 premios de diferentes concursos en los que ha resultado ganador en diferentes categorías. “Yo creo que mi secreto, no es porque lo diga yo sino porque me lo dicen, es la pasión con la que vivo la fotografía. Todo esto me ha llevado a ir a sitios a los que no hubiese ido jamás”, admite. China, Italia, Kuwait? Sus instantáneas cruzan fronteras. “Mi mujer me regaló una cámara pequeña compacta. Luego también coincidió que hicimos un viaje a la Sagrada Familia y empecé a hacer fotos, las envié a algunos concursos y gané. Después, me compré una réflex y comencé a participar en concursos internacionales. El primero fue en 2016 y allí conocí a gente muy importante con la que no he perdido el contacto”, admite.

Miembro de la asociación Zuribeltza y colaborador de revistas como el Magazine BAO Bilbao, Bilbao Turismo o MGZ Promotions, entre muchas otras, confiesa ser un amante de la fotografía deportiva y arquitectónica. “Como la imagen con la que he resultado ganador que es un retrato, no suelo hacer. Aun así desconocía esta faceta porque a mí nunca me había dado por la fotografía. Ahora me gusta y me apasiona”, cuenta. En este corto periodo de tiempo, Ajuriaguerra intenta exprimir cada viaje para continuar aprendiendo aunque admite que esto solo es un “hobby que se me está yendo de las manos”. “Tengo que echarle a veces un poco el freno porque no puedo estar viajando tanto y la gente me ofrece cosas que no puedo aceptar. A este premio no podía decirle que no porque para mí era el evento más soñado y estoy orgulloso de mí mismo”, concluye.