Albaola prepara una prospección de la nao ‘Trinidad’ de la expedición de Elcano
La investigación subacúatica, prevista para marzo, se llevará a cabo en Indonesia y contará con financiación local
donostia - La Factoría Marítima Vasca Albaola va viento en popa. En un año y medio prevé la botadura de la nao San Juan que construye en su astillero de Pasaia, al tiempo que ya tiene claro el siguiente proyecto, la recreación de la nao Victoria, la embarcación con la que el getariarra Juan Sebastián Elcano circunnavegó por primera vez el mundo -este 2019 se cumplen 500 años del inicio de aquella hazaña-.
Además, distintas entidades del mundo se han interesado por la manera de hacer de Albaola y tienen la voluntad de replicar la factoría en distintas esquinas del globo. Es el caso de la propuesta mexicana para reconstruir la nao San Pedro, en la que el ordiziarra Andrés de Urdaneta logró otro gran hito: el tornaviaje o, dicho de otra manera, la travesía que permitió en octubre de 1565 retornar de Filipinas a América a través del Pacífico.
Ahora, Albaola se encuentra embarcada en una nueva aventura. No en vano, prepara una prospección subacuática, prevista inicialmente para el mes de marzo, para intentar hallar vestigios de la nao Trinidad, el otro navío que, junto a la Victoria, llegó hasta las Islas Molucas. La comandada por Elcano siguió su camino hacia el Oeste -adentrándose en aguas portuguesas sin recurrir al cabotaje-, mientras que la dirigida por Gonzalo Gómez de Espinosa -aun siendo el capitán, este burgalés “no era un marino experimentado”- intentó retornar a México.
No obstante, varios meses después de partir de las Molucas, los vientos y las corrientes devolvieron al navío en muy malas condiciones al punto de inicio a la isla de Tidore, a donde la tripulación llegó ya “muy diezmada”. Finalmente, la Trinidad se hundió cerca de allí, frente al puerto de la isla Ternate, lugar en el que los investigadores de la Factoría Marítima Vasca Albaola pretenden llevar a cabo la prospección.
NAVEGACIÓN TRADICIONAL Su presidente, Xabier Agote, explica que Albaola, en representación de Euskal Herria, pertenece a la iniciativa Atlantic Challenge International, que fomenta la navegación tradicional. En este contexto, la rama indonesia del Atlantic Challenge se interesó por el trabajo que se lleva a cabo en Pasaia y hace aproximadamente un año visitaron la factoría para “escanear” el modelo e, interesados por la labor de recuperación del patrimonio que se hace en Gipuzkoa, intentar exportar esta iniciativa, para poder reconstruir una embarcación indonesia del siglo XIV.
Aun y todo, el presidente es cauto y aclara que “llevará tiempo” la creación de un centro genérico de patrimonio marítimo basado en el modelo de Albaola en el otro lado del globo pero reconoce que “hay grandes posibilidades y mucha ilusión”, sostiene.
Agote les devolvió la visita en agosto de 2018, viaje que aprovechó para conocer la tradición y patrimonio marítimo del lugar, en la que las Molucas son un hito fundamental, y, a su vez, reconocer la zona de Ternate.
En este punto, el presidente recuerda que las Molucas era donde se encontraba la línea divisoria del mundo, el lugar en el que se separaban los mares controlados por los castellanos (de Europa hacia el Oeste) y los portugueses (de Europa hacia el Este) y que el objetivo de Fernando de Magallanes no era circunnavegar el globo, sino llegar a las islas para establecer una colonia y hacerse con las preciadas especias tan o más valiosas que el oro.
Fue Elcano quien decidió dar la vuelta al mundo, adentrándose en aguas portuguesas, mientras que ordenó el retorno de la Trinidad por el camino que habían recorrido: “Elcano intuyó que volver por el Pacífico iba a ser muy complicado por las corrientes y por los vientos contrarios. Y así fue”.
Albaola prepara ya la prospección subacuática, que contará con ayuda económica del Gobierno de Indonesia. El presidente explica que muy pocos historiadores del lugar conocían que la Trinidad naufragó allí y que tampoco tenían noticias de la expedición de Elcano, por lo que considera que sería “muy interesante” poder encontrar algunos restos arqueológicos en la prospección.
En este punto, Agote vuelve a ser cauto y reconoce que la empresa es difícil, dado que todo depende del fondo marino y existen, asegura, “muchas incertidumbres”. Toda la zona de Ternate es volcánica y los expertos desconocen si alguna erupción ha podido cubrir el yacimiento.
A pesar de todo, también reconoce que hay zonas marinas propicias a la conservación de un pecio. No obstante, estas se encuentran muy cerca de corales: “Si un barco se hunde encima de un espacio coralino es como una trituradora”.
En el caso de que la prospección sea positiva, activarán una excavación y una posterior investigación para conocer “cómo era esa tecnología”. Aun más, en el caso de que todo salga bien, desde Albaola no descartan poner en marcha un proyecto de reconstrucción del navío en la factoría de Indonesia.
la ‘trinidad’ De los cinco navíos que partieron del puerto de Sevilla en 1519 dentro de la expedición comandada por Fernando de Magallanes, tres eran de origen vasco. Concretamente, fueron la Victoria, la San Antonio y la Trinidad. Esta última era la comandada por Magallanes, que falleció en la travesía y no llegó a las Molucas, y fue propiedad del lekeitiarra Nicolás de Artieta.
Según explica Agote, tanto la Victoria como la Trinidad eran embarcaciones “muy similares”, siendo esta última algo más grande llegando hasta las 110 toneladas. “La Trinidad representa la globalidad, un cambio de época. Anteriormente a ese momento había quien imaginaba el mundo plano. Lo que hace Elcano es, desde la experiencia, demostrar que el mundo era redondo, que es una esfera”, asegura con vehemencia Agote, quien considera que aquel cambio de época fue “el mayor hito del Renacimiento”.