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Carlos Tarque: “Necesitaba un chuletón, hacer rock potente y primitivo”

“Necesitaba hacer rock potente, visceral; como no se puede comer pescado a diario, necesitaba un chuletón”, dice el rockero Tarque que actúa el viernes en el Kafe Antzokia

Carlos Tarque: “Necesitaba un chuletón, hacer rock potente y primitivo”José Filemón

BILBAO - La influencia de AC/DC, Free, Led Zeppelin, Small Faces o Rod Stewart corren por las canciones de Tarque (Warner), el debut en solitario de Carlos Tarque, el cantante de M Clan, que se ayuda del fitipaldi Carlos Raya en las guitarras y produción. Hay músicos que nunca se plantean dejar la protección de una banda. ¿Usted lo soñaba, se lo había pensado?

-Es algo que siempre ha estado ahí, ya que he tenido varios grupos paralelos para hacer versiones y divertirme. Es útil porque haces algo que te saca de tu día a día. Al final, con el grupo llevo 25 años.

¿Se puede llegar a convertir en una rutina?

-Hay que trabajar las cosas, claro. Y se pueden combinar... aunque siempre hay celos. Necesito hacer algo fuera de M Clan con los colegas y desde hace años pensaba trabajar en solitario en un proyecto que se desmarcara del estilo del grupo, aunque sin que fuera sorprendente. Yo vengo de eso, del rock duro y clásico en su espectro más amplio.

Y ahora oficia de ‘boss’, de líder absoluto.

-Bueno, de tener la última palabra, con decisión y mando aunque pida consejos, claro. De hecho, Carlos Raya tiene tanta sabiduría que sus opiniones cuentan tanto o más que la mías. Yo me equivoco más.

“Ahora y en la hora, siento que ha llegado mi hora”, canta.

-Es un juego de palabras sobre el Padrenuestro, pero sí puede sonar a esta decisión mía. Es una canción oscura y reflexiva sobre qué puede haber tras la muerte, pero se puede relacionar con lanzarme en solitario.

Imagino que este debut será consecuencia del parón temporal de M Clan ¿no? La banda no corre peligro ¿verdad?

-No hay peligro, no. Son muchos años, funcionamos muy bien y sería una tontería tirar tanto trabajo por la borda, pero sí he abierto una puerta que no quiero cerrar. Quiero seguir en solitario y la idea con el grupo es volver en 2020. Esto no es una aventurilla de una noche, estoy cómodo.

Y el sonido de estas canciones ¿son una reacción al último trabajo del grupo, ‘Delta’, de sonido folk y acústico?

-Las cosas se hacen por algo. Vengo de algo muy acústico y necesitaba un chuletón porque no se puede comer pescado todos los días. Delta era una idea mía que sonaba más acústico en origen, y que me gustó mucho hacerlo. Cada disco tiene sus peculiaridades y los conciertos de la gira, como el del Arriaga, fueron una experiencia trabajosa porque sus canciones tenían muchos matices.

Y apostó por el rock clásico.

-Me apetecía mucho un rock potente y primitivo, en formato de trío. Mi voz flota por ahí; ellos, que son muy bestias y viscerales, me sostienen a mí. Es volver a lo básico y artesanal, y muy agradecido en directo, donde se pone el alma.

El disco se inicia con un rugido a la vieja usanza. Más claro en cuanto a las referencias, imposible: rock años 70, el que le impulsó a subir a los escenarios.

-Sí, es tal y como dices. Vengo de ahí, me gusta recrear esa sensación tan rockera. Este disco soy yo aunque me gustan muchos tipos de música.

El disco me recuerda a la canción ‘Grupos americanos’, a esas bandas de su juventud que oía en cintas de casete.

-Americanos y británicos. Es la esencia del rock clásico, la de Cream, Led Zeppelin, AC/DC con las guitarras Gibson de Raya y los amplificadores Marshall... Los riffs siempre me han encantado. Es difícil hablar de bandas favoritas pero los Zeppelin lo tenían todo. Y hay referencias al rock soul de Frankie Miller, a Steve Marriott (Small Faces y Humble Pie), a Rod Stewart o a Free, con su cantante Paul Rodgers al frente, que me flipa.

Free influyeron a AC/DC también.

-Claro, porque fueron unos de los primeros grupos de hard rock.

Citando referencias, las más evidentes se muestran en ‘Janis, Amy, Billie’.

-Es que Joplin, Winehouse y Holiday... son las damas del dolor porque tuvieron una vida jodida. Es la canción con sonido más M Clan, un medio tiempo algo country, muy a lo Creedence. Es muy bonita y gusta a las chicas porque habla de mujeres, amor y admiración.

Suena compacto y crudo. ¿Han grabado en directo?

-Lo grabamos en el estudio casero de Raya, con material antiguo, como los micrófonos, que son lo más importante. Lo hicimos en digital, no en cinta, pero tocando juntos y eligiendo la mejor de varias tomas. Se habrá corregido apenas un 3%. Suena como si arrancaras un Supermirafiori (risas).

¿Cuál es el papel y el estado del rock en 2018, ante el empuje del reggaetón, el trap y el éxito de Rosalía?

-El rock es un estilo que lleva 70 años y ya no es la música del Diablo que hacía que las madres se echaran las manos a la cabeza. El rock está muy asimilado, aunque todavía guarde agresividad y mensaje. El trap es un estilo con el que no conecto, pero puede tener para ciertos jóvenes esa actitud similar a la del rock cuando Jerry Lee Lewis quemaba pianos.