BILBAO - Dead Bronco, liderado por el cantante estadounidense Matt Horan, ha renovado su formación para grabar Driven by frustration (Roots Union), un disco de raíces americanas pero más duro en sonido. El “cambio radical” se podrá advertir en una gira que incluye países como Austria, Serbia, Suecia, Francia, Holanda, Alemania o Estados Unidos y festivales como BBK Music Legends, en junio, en Sondika. “Tengo una relación de amor/odio con la carretera, pero he nacido para esto”, indica el también actor Matt Horan.

¿Qué ha pasado? Ha creado unos nuevos Dead Bronco.

-La gira previa acabó en Bilbao con un fiestón pero después de seis años girando me sentí limitado. Sentía los viajes como rutina y trabajo. Perdí la ilusión de girar, y sin ella es difícil sobrevivir. Cuando volvimos de EE.UU. tenía que tomar una decisión: seguir haciendo música más purista o hacer un cambio radical. Me encanta el sonido actual y los nuevos músicos. ¡Los directos son una brutalidad!

El título del disco habla de frustración y usted canta “me gustaría ser una mosca, para morir en un día”.

-Driven by frustration es positivo, significa que me motiva la frustración. Mi frustración y mis limitaciones son lo que me hace seguir adelante. Lo de la mosca es una metáfora pero sí que hay algunas veces que me siento así.

Hay mucho dolor, autocompasión, bebida, pastillas, odio...

-Hablan de mi vida, en general. Algunas tratan del pasado, otras son ficción y otras, una mezcla. Me gusta ser sincero y agresivo con mis letras por si alguien está viviendo lo mismo, que sepan que no están locos. El mensaje es que hay que seguir luchando y no dejar que la vida te deprima.

Dice haber elegido “la carretera del Diablo”. Pasa factura ¿verdad?

-Hay que sacrificarse al ir de gira porque te pierdes cosas familiares, no duermes bien, te alimentas de humus y cerveza templada, y las distancias son de locos. Esto es más un estilo de vida que un trabajo, y no todos los músicos están hechos para girar. Si estás en esto por el dinero, no pintas nada en la carretera porque los beneficios no compensan el sacrificio. Tu corazón tiene que estar completamente entregado y tener una verdadera pasión por tu música.

Ahora denominas su sonido “Americana sludge” (fango americano).

-Americana es por los instrumentos que usamos y la base tradicional que tienen algunas canciones, y sludge por la mezcla de doom y hardcore punk que hemos metido. Es un tratamiento eléctrico con distorsiones, efectos y modulaciones.

¿El sonido más crudo tiene que ver con los cambios y con su gusto por el grunge, por Alice in Chains o Soungarden?

-Totalmente. Es lo que buscaba desde el principio. Tenía un sonido claro en mi cabeza y elegí a cada uno de los músicos actuales específicamente, porque pensaba que la mezcla podía ser una jartada, en el buen sentido. Cuando nos juntamos la primera vez salió un sonido muy peculiar que nunca había oído. Me flipó y ahí salió lo de American sludge.

Les quedan muchas carreteras por recorrer en la gira.

-Esta vez han salido muchas fechas fuera, pero otras en la península no se han anunciado. Iremos a países en los que nunca hemos estado como Austria y Serbia, y siempre es un lujo volver a Suecia. Y regresaremos a los EE.UU. con una gira completa. Hemos firmado con el sello de Nashville Roots Union Records y va a encargarse de Norte América. Arrancamos la gira en el Muddy Roots Fest, en Tennessee, compartiendo escenario con Sleep, TSOL, Regan Youth, Meat Puppets... Estoy muy emocionado porque me encantan esos grupos. No hay mejor forma de empezar la gira americana.

La firma con Roots Union les abrirá más puertas.

-Nos ha abierto muchas puertas, y ahora que nos hemos unido al sello... ¡comienza la invasión americana!

Por cierto, ¿ha olvidado el cine o existe algún proyecto en marcha?

-Este mes empiezo como protagonista de otra película tras La mina. La dirigirá Axel O´Mill, ganador del Goya por su documental Hijos de la tierra. Va ser intenso porque tendré que compaginarlo con la gira del grupo, pero tengo muchísimas ganas de actuar otra vez; y trabajar con Axel va ser una experiencia brutal.