Bilbao - Tras la muerte de George A. Romero, director de La noche de los muertos vivientes, el pasado 16 de julio, el cine de terror perdía ayer a otro de sus referentes. Tobe Hooper, artífice de La matanza de Texas y Poltergeist, falleció en Los Ángeles a los 74 años, por causas que aún se desconocen.
La afición de Hooper (Texas, 1943) por el séptimo arte comenzó cuando era un niño y encontró una cámara de 8 mm que pertenecía a su padre con la que filmó varios cortometrajes. Antes de dedicarse al cine, el director fue profesor universitario y camarógrafo de documentales. Así, en 1965 trabajó en un corto llamado The Heisters, que llegó a ser invitado a inscribirse en la categoría de Mejor Cortometraje en los Oscar, aunque finalmente no pudo terminarse a tiempo para la competición de ese año. Estos trabajos fueron la antesala de una exitosa carrera que estaba a punto de comenzar.
Gracias a la película La matanza de Texas, (1974), con Marilyn Burns y Gunnar Hansen como principales personajes y prohibida en varios países a causa de su violencia gráfica, el director saltó a la fama y se unió a una generación de directores -a la que pertecen Larry Cohen William Lustig o John Carpenter-que marcaron la década de los 70 inaugurando un nuevo estilo de este género cinematográfico. Entonces los psicópatas más sanguinarios se convertían en los grandes protagonistas, dejando atrás a vampiros o licántropos. Con este largometraje Hooper elevó a Leatherface, el carnicero de cara destrozada que se cubre con una máscara de cuero y mata con una sierra, a la categoría de icono del cine de terror, al que se unirían en la década de los 80 Freddy Krueger -creado por Wes Craven e interpretado Robert Englund- o Jason de Viernes 13, al que dio vida Ari Lehman.
De este modo, Hooper seguía una estela comenzada por Alfred Hitchcock, quien ya apuntaba en películas como Psicosis que no son necesarias las criaturas fantásticas para sembrar el terror.
Tras debutar con La matanza de Texas, que además fue rodada con un bajo presupuesto -tan solo 140.000 dólares-, Hooper dirigió, en 1979, la miniserie basada en la novela de Stephen King, El misterio de Saem’s Lot, que en el Estado se emitió como Phantasma II.
Tres años después se puso al frente de una película que se convertiría en otro gran clásico: Poltergeist, con guión de Steven Spielberg y primera parte de una trilogía. El filme narra la historia de una familia que vive tranquilamente en un barrio de California hasta que descubre que su casa está construida sobre un antiguo cementerio indio. De hecho, la imagen de la niña hipnotizada frente al grano de la pantalla de televisión es una de las escenas clásicas del género de terror.
Desde esta consagración Hooper no volvería a alcanzar tanto éxito, pero realizaría otras películas de culto como La casa de los horrores (1981) -en la que varios adolescentes son amenazados en una feria ambulante-, Lifeforce (1985), Invasores de Marte (1986) o La matanza de Texas 2 (1986).
Últimos trabajos En los últimos años, Hooper participó en la serie Masters of Horror, dirigiendo dos capítulos: El baile de los muertos (2005) y La cosa maldita (2006).
Su último largometraje lleva por título Djinn (Donde habita el mal), que se estrenó en 2013 sin el éxito esperado, y que hace clara referencia a anteriores trabajos al narrar la historia de una pareja que descubre que sus vecinos podrían no ser humanos y que su casa está construida sobre un lugar que pertenece a seres malignos, los djinn. A pesar de la menor notoriedad de sus últimas producciones, Tobe Hooper quedará como uno de los grandes directores del cine de terror gracias a personajes como Leatherface o Carol Anne Freeling, la angelical protagonista de Poltergeist.