Bilbao - Iván Pérez y Aitor Vidaurreta forman el dúo cómico Bocabeats Comedia: Boca, por ser la única herramienta que utilizan en sus actuaciones, y Beats, por el uso del beatbox en las mismas. Presentan un humor adaptado al público de Euskadi con un factor que los diferencia de cualquier otra actuación: El uso del beatbox (recreación de patrones de ritmo y sonidos musicales mediante boca, labios y cuerdas vocales) en sus shows. Cuentan con varios vídeos virales, pero es en los directos, con grandes dosis de improvisación, donde de verdad se puede apreciar la esencia de los cómicos.
¿Cómo crean Bocabeats Comedia?
-Nos conocimos en clase, en el Bachillerato Artístico. Solíamos hacer beatbox y poco a poco fuimos añadiéndole humor. Un día, una de nuestras profesoras, nos pilló haciendo nuestras tonterías y en vez de echarnos la bronca nos dijo que saliéramos al frente de la clase. Ese fue nuestro primer espectáculo. La profesora pensaba que nos íbamos a callar, pero nos ganamos los aplausos de la clase. A los 17 años nos apuntamos a Tú sí que sabes, un concurso en Cantabria en el que competimos contra gente de diferentes partes del Estado. Tuvimos suerte y ganamos el concurso y los 1.800 euros que lo acompañaban. Un año después realizamos nuestras primeras actuaciones serias en el teatro de Derio, en las que llenamos casi todo. Poco a poco pasamos a bares y terminamos en el circuito de la comedia, actuando con humoristas de Paramount Comedy, Juan Muñoz, de Cruz y Raya, o Xabier Deltell, entre otros. Parece mentira que ya llevemos ocho años en esto.
¿Por qué decidisteis usar el ‘beatbox’ en sus actuaciones?
-Al principio, cuando nos contrataban para actuar, nos daba miedo decir que íbamos a hacer beatbox. Así que lo ocultábamos y por la mitad comenzábamos con el beatbox y no parábamos. No sabíamos cómo se lo iban a tomar. De hecho, al principio eran monólogos más convencionales y solo metíamos un poco de beatbox al final de la actuación, pero vimos que era esta última parte la que más éxito tenía. Hoy en día saben lo que hacemos y ahora nos llaman para actuar y no somos nosotros los que tenemos que llamar.
¿Cómo describirían su relación?
-Nos conocemos desde hace diez años y pasamos más tiempo juntos que con nuestras parejas. Siempre hemos congeniado muy bien y no existe competitividad entre nosotros. Los dos formamos el grupo y sin uno todo se iría abajo. Bocabeats no existiría sin los dos. Pasamos mucho tiempo en carretera, preparando las actuaciones y en restaurantes de comida rápida, que son los únicos lugares abiertos tras las actuaciones. Una parte de nuestro sueldo se nos va en comida basura. Vivimos de esto, así que nos vemos todas las semanas y trabajamos en esto todos los días.
Usan mucho las redes sociales. ¿Hasta qué punto les ayudan?
-Cuando nuestros vídeos virales llegaron a las redes, ya teníamos una trayectoria de seis años. Nuestros espectáculos ya estaban elaborados, pero la gente venía a vernos pensando que éramos influencers y que íbamos a hacer el ridículo.
¿Con qué vídeo saltaron a la fama en Internet?
-En navidades de 2015, cuando publicamos el vídeo de Villancicos vascos. Teníamos alrededor de 300 seguidores en Facebook y en un día pasamos a 5.000. El vídeo llegó a las 150.000 reproducciones en dos días y también se hizo viral por WhatsApp. La gente enviaba el vídeo como felicitación de Nochebuena. Pensábamos que esto no se volvería a repetir, pero la fórmula siguió funcionando. Hay que tener en cuenta que eran canciones en euskera para el público euskaldun, al contrario de los vídeos virales de los grandes, dirigidos a todo el público de habla hispana.
¿Esto no les limita?
-Preferimos centrarnos en el público de Euskadi, porque aquí hay muy poco humor local en directo. Así que carecemos de competencia. De vez en cuando salimos de Euskadi para actuar en directo, pero no es lo habitual. Además, como nuestro espectáculo tiene mucha improvisación, podemos actuar muchas veces en la misma localidad. Siempre va a ser diferente.
¿Cómo adaptan el ‘show’ fuera de Euskadi?
-Tenemos una actuación estatal y solemos variarla dependiendo del lugar, añadiendo bromas locales. Siempre nos adaptamos al público.
¿Cuál es su vídeo favorito?
-Kalekoak, una parodia euskaldun del programa Callejeros. Pero el mejor vídeo está por llegar.
¿Cómo trabajan para llevar a cabo las ideas?
-Al ser un trabajo creativo dependemos mucho de la inspiración. Pero congeniamos tan bien que cada vez que nos juntamos nos salen muchísimas ideas. Tenemos muchas de ellas apuntadas. Los vídeos, desde la idea a la realización, los hacemos prácticamente en un solo día. A veces invertimos mucho tiempo en la idea para un vídeo que no llega a tener mucho éxito y otras, con solamente tres horas, hemos creado vídeos de gran éxito. Aunque nosotros ponemos cuerpo y alma en los espectáculos en directo, los vídeos son algo secundario. Al contrario que los youtubers, nosotros no dependemos de las visitas de nuestros vídeos.
¿Dirían que la mitad de su ‘show’ es improvisación?
-Podría ser, pero hay mucha falsa improvisación. A veces salen bromas que realizamos en alguna actuación del año pasado. Ignatius Farray, cómico que nos encanta, solía decir que hay que tener un show fuerte con una base asegurada para poder improvisar. Hay patrones que se repiten, cuando hacemos beatbox, aceptamos peticiones de canciones y muchas de estas coinciden con las que nos piden en otras actuaciones. No hay un día en el que no nos pidan Despacito.
¿Se puede llevar una vida estable con su trabajo?
-Hay temporadas en las que podemos darnos nuestros caprichos y otras en las que tenemos que contenernos. Ahora en verano tenemos unas quince actuaciones por mes, pero en invierno no trabajamos tanto. No solo actuamos en locales o en fiestas de pueblos, también lo hacemos en bodas, fiestas y otros tipos de eventos privados. Una vez actuamos frente a todos los empleados del Ikea de Barakaldo. También tenemos un show adaptado para niños que solemos realizar en ikastolas. Nos han ofrecido hacer anuncios para marcas, pero no queremos vender nuestra imagen de esta manera. Si nuestra actuación gusta en un lugar, normalmente nos vuelven a llamar. Las productoras terminan confiando en nosotros y cada año hacemos más actuaciones.
¿Cuál es la relación con sus seguidores?
-Hay veces que salimos a la calle y nos saludan como treinta veces. Nos hace mucha ilusión que algunos ancianos nos reconozcan. Tenemos nuestros seguidores, pero la mayoría de la gente nos conoce por el boca a boca o por algún vídeo y se acerca a ver cómo son las actuaciones en directo.
Tendrán multitud de anécdotas relacionadas con sus actuaciones.
-Nos ha pasado de todo. Hemos tenido un hombre borracho insultándonos durante una actuación, perros ladrándonos y hemos actuado con lluvia hasta enfermar, entre otras cosas.
¿Qué planes tienen al terminar esta gira?
-Suicidarnos para quedar por todo lo alto, como Kurt Cobain (risas). Empezaremos con una nueva gira, aunque también realizaremos bastantes actuaciones privadas.