Bilbao - El maestro Escudero -como siempre le llamó también su mujer, Goyita- no podía estar sin componer, sin trabajar. Tenía que sacar de alguna forma toda la música que llevaba dentro. En una entrevista que le realizó Juan Antonio Zubikarai, revelaba lo especial que había sido el encargo que le realizó la Sociedad Coral de Bilbao, la composición de Gernika, su segunda y última ópera tras Zigor. La compuso entre 1979 y 1985 y en el tercer acto recreó el horror que sufrió la localidad vizcaina cuando fue bombardeada por la Legión Cóndor el 26 de abril de 1937.
Escudero (Zarautz, 1912; Donostia, 2002) sufrió la guerra en primera persona, que le llevó a exiliarse a Francia, donde no cesó en su actividad musical. Vivió la vida que le tocó vivir (guerra, exilio, campo de concentración...), pero por encima de eso siempre permaneció la figura del creador, del hombre que quiso contribuir a crear la cultura del pueblo vasco.
Gernika, una de las cumbres en la producción del compositor vasco, se estrenó en el Teatro Arriaga, en 1987, en versión concierto. Más de dos décadas después, la obra quedó registrada por primera vez en un disco. La iniciativa la tomó la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) en el marco de su 25º aniversario.
Hoy, cuando se cumple el 80 aniversario del bombardeo de la localidad vasca, la Orquesta Sinfónica de Euskadi volverá a interpretar, a partir de las 20 horas, una selección de las escenas de la ópera de Francisco Escudero. Un concierto que se repetirá mañana y el viernes en el auditorio del Kursaal, bajo la dirección de José Ramón Encinar, y que contará con un importante elenco de solistas, como la soprano Carmen Solís, el barítono Federico Gallar, el tenor Gustavo Peña y los bajos Fernando Latorre y Miguel Ángel Arias. Ochenta coralistas de la Sociedad Coral de Bilbao se encargarán de dar voz a la conciencia del pueblo.
Gernika narra parte de la historia del pueblo vasco, mediante una música de enorme vigor, a través de los misterios y dolores de una mujer partícipe y espectadora del drama humano que se presenta. La principal protagonista del libreto es Gernika, una joven con poderes adivinatorios que en tiempos remotos guía al pueblo vasco en momentos de zozobra después de que una incursión de los soldados del Rey del Norte turbe su vida ideal y pacífica.
El tercer acto se sitúa el mismo día del bombardeo, el 26 de abril de 1937, en Gernika, adonde la acción se traslada para reflejar con detalle el ataque sobre la villa.
en euskera El maestro Escudero amaba el euskera, no lo hablaba bien pero se rodeaba de personas intachables a nivel filológico. Por eso quiso que su ópera sonara en euskera. El libreto escrito por el propio Escudero basándose en un argumento de Luis Iriondo, fue traducido al euskera por Carmelo Iturria y Agustín Zubikarai. Esta nueva interpretación de escenas de Gernika cuenta con el patrocinio de las Diputaciones forales de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa.
memoria de un país El consejero de Cultura y presidente de la Sinfónica de Euskadi, Bingen Zupiria, tuvo palabras de reconocimiento para la Sociedad Coral de Bilbao, que fue la que encargó al maestro Escudero la composición de la obra. “Es una manera de patrocinio y mecenazgo cultural, que las instituciones deberíamos apoyar e impulsar para generar nueva obra de autores vascos”. Zupiria recordó también que “durante estos días ha habido, afortunadamente, varias actividades culturales para conmemorar el bombardeo de Gernika, como fue también el estreno por parte de la Sinfónica de Bilbao de Zeru urdinetik, el pasado 6 de abril”.
Por su parte, la diputada de Cultura de Bizkaia, Lorea Bilbao, reivindicó la convivencia entre los pueblos. “Con la música, queremos garantizar, precisamente, la transmisión de nuestra historia. Es imprescindible cultivar la memoria colectiva para construir la identidad de nuestro pueblo. Conocer la historia enriquece el presente y nos ayuda a proyectar el futuro del país”.
El titular de Cultura de la diputación foral de Gipuzkoa, Denis Itxaso, consideró que “habla muy bien de un pueblo el hecho de que en su momento la Sociedad Coral de Bilbao tuviera la sensibilidad de encargar a Escudero esta pieza, que se consiguiera representar, y que las instituciones estén promoviendo que se vuelva a representar. Nos hace pensar por unos segundos en lo que sucedió hace 80 años y lo que hoy todavía está pasando en el mundo”.
su hijo El hijo del compositor vasco, Francisco María Escudero, también estuvo presente ayer en la presentación de los conciertos. Una ocasión que le trajo muchos recuerdos de cuando trabajaba junto con su aita en la corrección de esta partitura. “Fueron muchos fines de semanas de trabajo, de encuentros y desencuentros y de aprendizaje para mí. Aita fue un buen padre de familia, que pasó una gran parte de su vida trabajando, lo que se puede apreciar en el importante legado que ha dejado a la cultura vasca. Siempre creaba para generar un patrimonio cultural vasco”.
Francisco María Escudero confía en que algún día la ópera Gernika se pueda representar completa en escena.