LA cerveza artesana (Craft Beer) da un sabor especial a este establecimiento bilbaino dispuesto a diferenciarse de la oferta hostelera de la zona con sus 16 grifos, más otro al estilo de un pub inglés, cuatro fijos con una propuesta local y 12 rotativos, manteniendo estilos diferentes y escalados de precios. Pueden saborearse en versión caña, pinta, media pinta o bien en formato tabla con tres o cinco variedades. Incluso organizan catas por encargo.
Si a la oferta de producto se añade su decoración, con estilo propio, a base de mobiliario vintage, con un sofá de piel y un aire sobrio, con poca luz y música muy cuidada en función del momento del día, surge el ambiente perfecto para sentirse a gusto.
Abren a partir de las cuatro de la tarde y los fines de semana desde las 13 horas, con los jueves, viernes y sábados por la tarde y noche como momentos cumbre en cuanto a afluencia de clientes. Además, es uno de los pocos locales que abre los domingos en la zona.
El café también lo miman, con cafés de origen y molido al momento. Y ofrecen picoteo original, fuera del pintxo habitual. Hacen pulled pork (aguja de cerdo cocinada a baja temperatura y desmigada), que luego sirven con lombarda y mayonesa de café en un pan especial traído de Donostia y horneado en la casa. Es un pan de masa madre para no perderse. A este picoteo estrella suman el guacamole y hummus casero y están probando con sandwiches y perritos de jengibre de Thate, que marida bien con la cerveza. Otras opciones para picar son la ración de queso parmesano con grisines (palitos de pan) o de patatas de raclete.