bilbao- El roquero Rulo, exlíder de La Fuga, junto a su grupo actual, La Contrabanda, ha logrado su segundo número uno consecutivo en la lista de discos más vendidos en el Estado con su tercer álbum, El doble de tu mitad (Warner), que presentará en directo mañana en Bilbao, en la sala Santana 27, y el sábado, en el Zentral de Iruñea.
Tenía nervios con el debut. ¿Más relajado ahora, tras sendos números uno?
-Con el primero fue muy difícil tras dejar La Fuga y tras un año depresivo; y con el segundo viví cierta inercia. Ahora sigo con nervios. Quise parar para cuidar a la familia y amigos, que había descuidado durante cinco años, y coger energía. He hecho más de 200 conciertos en once países. Ha sido una locura, pero maravillosa.
Pero ya no es miedo a que se olvidaran de usted.
-No, es un miedo sano. Pobre del incauto que crea que tiene todo ganado porque esto es un pulso diario.
Si componer es un estado de ánimo, ¿cómo surgieron estas canciones?
--Este disco tiene más luz que sombras en lo musical y en letras porque es fruto de que canto lo que sufro y gozo. En mí es inevitable lo autobiográfico y la vida me ha tratado muy bien estos dos últimos años. Se advierte en la luminosidad de la primera parte del disco, que lleva también cierta melancolía del Norte, marca de la casa. Y luego, van temas al final más profundos y que calan.
Entre ellas, una dedicada al Alzheimer.
-Sí, La reina del barrio. Es que este año se ha muerto mi abuela, con la enfermedad. Y la tiene la madre de mi chica, a sus 60 años. La canción no salió de forma premeditada sino tocando la guitarra y cantando, sin más, esperando a las putas musas, que deben andar con otro (risas). Luego, con la banda la puse un traje de seda. Pude llegar a ponérsela a mi abuela, estando en coma.
Habla del corte de mangas de la inspiración. ¿Sangra al componer?
-Después de trece discos, es algo misterioso. ¿Qué coño sucede? Picasso tenía razón, tiene que haber cierta predisposición, que las musas te cojan trabajando. Mis guitarras están repartidas por casas de familias y amigos, por si aparece la inspiración. El piloto tiene que estar siempre encendido, por si acaso, aunque igual me paso un mes sin escribir nada o compongo una canción en una hora. Y necesito cierta concentración, por eso me es difícil componer en giras. Y si la cocina se quema, ni me entero. Viajar me sirve mucho para airearme.
Ha cambiado de productor, se ha decidido por Carlos Raya.
-Todos vamos a por él. Tiene una capacidad de adaptación muy grande y sabe dar el barniz final adecuado. Aprendí mucho con Javi San Martín y es amigo, pero quería seguir avanzando porque cada uno tiene un talento diferente, lo que te hace crecer como músico. Se tiene la idea de que solo pensamos en vender, pero lo primero que busco es crecer como músico.
Y para ello hay que juntarse con los mejores.
-Claro. ¡Y cómo suena el disco, de orgánico, fresco y directo! Raya graba poco y lo hace con parte de su equipo. Lo hicimos en su casa-estudio, para no mover sus guitarras y micrófonos antiguos, y poder grabar sin mirar la cartera ni el calendario.
Le comparan con Fito. Ahora, al elegir a su productor, lo harán más.
-No me molesta. Raya se adapta a la gente y a su sonido. Pasa conmigo y con M-Clan o Leiva, por ejemplo. ¿Cómo me va a importar si Fito es mi amigo y un músico cojonudo?